Edición

Borrar
El largo silencio de Michael

El largo silencio de Michael

Tres años después del accidente, la familia mantiene el mutismo sobre el estado de Schumacher, solo alterado por la apertura de cuentas en redes sociales

JOSEBA VÁZQUEZ

Domingo, 1 de enero 2017, 23:33

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Una densa nebulosa envuelve y protege a Michael Schumacher, enclaustrado desde septiembre de 2014 en su fastuosa mansión de la localidad suiza de Gland, a orillas del lago Lemán y a pocos kilómetros de Ginebra. En ese cofre de lujo permanece el siete veces campeón del mundo de Fórmula 1 después de 18 meses en el hospital de Grenoble -todos ellos en situación de coma inducido- y tres más en el Universitario de Lausana, adonde fue trasladado al despertar de su letargo. Ese doble ingreso y dos intervenciones cerebrales fueron las primeras consecuencias del accidente de esquí que sufrió en la estación invernal de Meribel, en los Alpes franceses, el 29 de diciembre de 2013. Acaba de hacer tres años.

Ahora todo se fragua en Gland, donde el 'Kaiser' cumplirá mañana 48 años. Coincidiendo con las dos fechas, miles de fans de todo el mundo aguardaban alguna buena noticia sobre el estado del piloto alemán. Han pinchado en hueso. Construido y custodiado por las dos mujeres clave en la vida del deportista -su esposa, Corinna, y su mánager, Sabine Kehm-, un grueso, hermético y efectivo búnker de silencio aísla del mundo la privacidad de la residencia familiar. La razón del mutismo la ha explicado la propia Kehm: «Somos conscientes de que, para algunos, es difícil de entender, pero actuamos así de completo acuerdo con la opinión al respecto de Michael y agradecemos su comprensión».

El pasado noviembre, en declaraciones a la BBC, Ross Brawn, amigo íntimo del campeón y su director técnico durante los siete títulos, abundaba en la misma línea: «Hay signos esperanzadores y rezamos cada día para que haya más, pero hay demasiadas especulaciones falsas sobre su estado y la familia ha decidido llevar el asunto en privado. Tengo que respetarlo». Y hasta ahí pudo leer.

Como uno de esos «signos esperanzadores» aludidos por Brawn se ha interpretado en algunos círculos la apertura de cuentas oficiales en redes sociales también en noviembre, coincidiendo con el 22 aniversario del primer mundial de 'Schumi' y como «lugar de encuentro para intercambiar recuerdos» bajo el eslogan 'keep fighting' ('sigue luchando'). A las pocas horas de este saludo se contabilizaban casi 80.000 seguidores en Instagram y cerca de 1.500.000 en Facebook. Pero los optimismos hay que administrarlos con sumo cuidado. Ya en su día, la familia tuvo que negar que el heptacampeón pudiera hablar o caminar. Ni eso es cierto ni la imagen del piloto ha podido ser nunca captada por los drones que periódicamente sobrevuelan su casa. Más aún, algunas informaciones dicen que Schumacher apenas pesa en la actualidad 50 kilos. Su esposa adaptó la vivienda en base a las necesidades de atención de su marido, de cuyos cuidados se ocupa un equipo médico de quince personas que firmaron cláusulas de confidencialidad. Se calcula que este operativo cuesta unos 134.000 euros a la semana, casi siete millones al año. Una cifra asumible para un patrimonio valorado en 635 millones de euros.

En tanto, la vena deportiva se abre paso en la familia. La hija, Gina Maria, de 19 años, triunfa en la equitación, y su hermano, Mick, de 17, está a punto de debutar en Fórmula 3. Los dos esperan el milagro. También Michael, claro, tan callado desde hace tres años.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios