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Jueves, 6 de octubre 2016, 23:27
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No todos los negocios funcionan bien. De hecho si así lo hicieran Alberto Chicote no podría vivir una Pesadilla en la cocina cada temporada televisiva. Pero hay negocios que traspasan todos los límites. En el caso del Hot Beach de Alicante la situación es mucho más que difícil.
Chicote se ha encontrado con un bar-restaurante de playa que tiene de todo menos futuro. Cucarachas por todas partes, un dueño ahogado por la responsabilidad. La pareja de este incapaz de ayudarle en las tareas y huyendo en cada momento del local.
Todo ha llevado a una situación extrema a Chicote que en un momento dado ha amenazado con abandonar este restaurante y poner punto y final a su particular Pesadilla en la cocina. Pues la empresa era muy complicada, lograr levantar un local en ruinas para celebrar una boda casi imposible de llevar a cabo en un lugar así.
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