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Un maltratador se confiesa ante Évole: «La machacaba y se me daba bien»

Un maltratador se confiesa ante Évole: «La machacaba y se me daba bien»

El hombre fue condenado a dos años de cárcel por agredir psicológicamente a su pareja en un intento de que le dejara, aunque no llegó a ingresar en prisión al carecer de antecedentes. «Yo era el hombre de la casa, el que traía el dinero, el que ordenaba y mandaba. No la quería, pero no me atrevía a decírselo», explica

virginia melchor

Lunes, 8 de febrero 2016, 16:47

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Jordi Évole comenzó temporada este domingo con 'El machismo mata'. «El programa más importante que hemos hecho en las últimas temporadas», confesó el presentador en una entrevista. Y la audiencia respondió con un 16% de cuota de pantalla y 3.233.000 espectadores, quedándose a muy poca distancia del Peliculón de Antena 3. Évole volvió a la parrilla televisiva para centrarse en las personas, dejando a un lado los personajes de renombre. La entrega de anoche fue un homenaje a esas mil mujeres que han fallecido desde el año 2000 en España víctimas de la violencia de género. Las cifras con las que abrieron el programa resultan alarmantes: 355 denuncias y 64 órdenes de alejamiento al día.

Sin embargo, el conductor de 'Salvados' fue más allá de los números y se sentó frente a jueces, víctimas, terapeutas, e incluso, a maltratadores condenados y arrepentidos. La entrevista a uno de éstos últimos, un hombre de Bilbao que prefirió preservar el anonimato, sirvió para concienciar sobre una de las lacras que más hiere a nuestra sociedad. «La machacaba y se me daba bien», confesó el agresor durante su conversación con Évole, realizada en un edificio situado frente al paseo de Uribitarte.

El entrevistado prefirió «no dar la cara, aparecer en el programa sin rostro» porque ni siquiera su madre, sus hermanos o su hijo saben que en 2009 le condenaron a dos años de cárcel por agredir a su pareja de entonces. «Lo he ocultado por vergüenza», confesó a Évole. Se libró de entrar en prisión, por carecer de antecedentes, pero con la condición de asistir al programa para reeducar a maltratadores al que ha estado acudiendo «bastante tiempo».

Los hechos se remontan a 2005. El entrevistado reconoció en el espacio de La Sexta que fue un «cobarde por estar con su novia sin quererla». «No me atrevía a decírselo y la presionaba psicológicamente para ver si ella me dejaba a mí», explicó. Entonces, empezó a maltratarla psicológicamente. La llamaba «florero o chacha». «Yo era el hombre de la casa, el que traía el dinero, el que ordenaba y mandaba», contó anoche. Tras una pausa, continuó con su sobrecogedor testimonio: «la machacaba, la machacaba y se me daba bien, la verdad».

El maltratador reconoce ahora que su expareja estaba sufriendo, pero que en aquel momento no se daba cuenta. Fue la terapia de grupo en un centro bilbaíno la que le hizo «abrir los ojos». Sin embargo, confesó que ha vuelto a mantener comportamientos machistas con otras parejas. «Hay cosas que todavía sigo cometiendo, descalificaciones, insultos. Me considero machista, lamentablemente. No es fácil quitarse una educación que has mamado desde pequeño. ¿Por qué quiero quedar siempre por encima de ella?», preguntó a Évole. «No me considero violento físicamente, en la agresión física no he vuelto a caer. Mi tema no es físico, es psicológico y emocional. Me gustaría que la sociedad me tratara como un enfermo emocional en vías de recuperación», concluyó.

«Es la dignidad lo que te duele»

'Salvados' también recogió el testimonio de Marina Marroquí, maltratada en su juventud y actualmente responsable de talleres para tratar la violencia de género con adolescentes. «A los 15 años una niña cree que sabe todo sobre el amor, pero tiene que trabajar los valores de autoestima y sabiduría», explicó. «Gracias a Dios antes no había WhatsApp ni había Facebook. Violencia de género había la misma, pero ahora tienes control 24 horas de tu novio. Yo no he querido olvidar esa época. Cuando sufres eso en la adolescencia, las secuelas no son las mismas que cuando te pasa con 30 años», añadió. En su opinión, «lo que duele es la dignidad, las hostias a los diez minutos te dejan de doler». «A muchos maltratadores no les hace falta pegar», afirmó. Sin embargo, lamentaba no haber denunciado «para proteger a los demás» y por temor a represalias. «Viví con miedo muchísimos años, y cuando lo dejé me dijo que más tonta era yo, que a ver quién me quiere gorda, y que me iba a matar aunque fuese lo último en su vida», reflejó.

Marroquí también aconsejó no ocultarlo a la futura pareja. «Tiene que saberlo, tiene que saber por qué te enfadas o por qué montas unos pollos increíbles. Para ti el sexo no ha sido sexo, han sido violaciones intensivas». Ahora ha conseguido no tener pesadillas por las noches, pero reconoce que «las secuelas te acompañan toda tu vida". Además, recomendó a los padres con hijas maltratadas «no quitar importancia a nada, dejar que cuente y buscar profesionales». «A una mujer maltratada hay que verla como una superviviente», concluyó.

«Entre el 82 y 85% no denuncian»

Entre los testimonios que también se recogió en el programa de La Sexta, destaca la conversación con la magistrada Francisca Verdejo. Ésta describió qué procesos judiciales se llevan a cabo cuando llega una denuncia por violencia de género que de media en una guardia diario es de 8-10 casos. Verdejo aseguró que tuvo entre manos casos muy duros en los que las víctimas no quisieron denunciar a sus agresores apesar de las graves lesiones que sufrían. Uno de los problemas con los que se encuentra la justicia es que entre el 82 y 85% no denuncian, muchas veces porque no creen que sean maltratadas, no ven más allá, y otras porque se creen dependientes». La magistrada criticó cómo se trata a la mujer maltratada porque tiene que haber garantías, «que se le proporcione una vida nueva, y además se debe recuperar al maltratador por imperativo constitucional».

Otro de los puntos de vista claves durante el programa fue la charla con Jorge Freudenthal, psicólogo y terapeuta que trabaja con maltratadores. El requisito principal a lo largo de su experiencia es «conocer su historia y poder ponerme en su lugar al saber cómo ha sido el proceso». En su opinión, el problema está en que el machismo «es una ideología y una forma de pensar que te lleva a comportarte de una manera amparado por un sistema y una sociedad que te permite este comportamiento», aseguró. Y concluyó que «los maltratadores no son enfermos».

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