Edición

Borrar
Pedro Sánchez (izq.), junto a Luena, en la reunion ejecutiva del PSOE.
PSOE y Podemos cierran la puerta a la investidura de Rajoy

PSOE y Podemos cierran la puerta a la investidura de Rajoy

Los socialistas rechazan tajantemente la posibilidad de abstenerse y no descartan intentar un gobierno de izquierdas

Paula De las Heras

Lunes, 21 de diciembre 2015, 14:58

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

"Voy a intentar formar gobierno y creo que España necesita un gobierno estable". Mariano Rajoy expresó anoche ante sus militantes un deseo que se antoja muy difícil. Los resultados del 20-D reflejan la pérdida de la gran mayoría obtenida en 2011, es decir, 63 escaños menos en el Congreso y 3,6 millones de españoles que dejaron de depositar su confianza en el Partido Popular.

La misión ahora para el presidente del PP es recabar apoyos para conseguir al menos gobernar en minoría y para ello prácticamente la única posibilidad que tendría sería sumar a la abstención de Ciudadanos, con 40 representantes, la del PSOE en la segunda votación (cuando se necesita que haya más 'síes' que 'noes'). Pero los socialistas, que obtuvieron ayer 90 representantes (el peor resultado de su historia), ya han cerrado la puerta a esta opción. Lo ha dejado claro su secretario de Organización, César Luena. "El PSOE va a votar 'no'. Los españoles han votado cambio, también izquierdas, y vamos a atender ese voto de los españoles en la sesión de investidura o en las sesiones de investidura", ha dicho en una comparecencia ante la prensa.

Eso quiere decir que no descarta por completo tratar de investir a Sánchez si los populares fracasan, a pesar de haber quedado casi siete puntos por debajo, con 33 escaños menos y, sobre todo, a pesar de necesitar del concurso de Podemos, las coaliciones con las que se ha presentado en Galicia, Cataluña y la Comunidad Valenciana y alguna fuerza parlamentaria más. De momento, aun así, se niegan a decirlo abiertamente. "Quien debe intentar formar gobierno es el PP; esa es la fase en la que estamos y es a la que se va a referir y ocupar el PP", ha dicho Luena una y otra vez.

El debate interno sobre esta cuestión es intenso. En el núcleo duro de Sánchez verían plausible con alguna condición el gobierno del PSOE en minoría, según fuentes próximas. Pero el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page, ha dejado claro que no se gobernará a cualquier precio ni haciendo "pastiches", y en la misma línea se han pronunciado el presidente extremo, Guillermo Fernández Vara o los representantes andaluces en la ejecutiva.

En todo caso, Luena sí ha recordado que "al margen de cualquier sesión sesión de investidura" los socialistas se opondrán siempre a una vulneración del artículo 2 de la Constitución, que establece que la soberanía nacional reside en el conjunto del pueblo español. Eso hace imposible, a priori, un entendimiento con la formación de Pablo Iglesias que, con sus 69 diputados conseguidos, ya ha dejado claro que no renuncia a la celebración de un referéndum de autodeterminación en Cataluña. Y, de hecho, pese a haber asegurado anoche que veía a Pedro Sánchez presidente hoy ha apuntado que le ve "en la oposición".

La estrategia de poner condiciones irrenunciables no es nueva en Podemos. Ya lo hizo en Andalucía para apoyar la investidura de Susana Díaz y no se movió un ápice de sus posiciones iniciales, hasta el punto que los socialistas andaluces terminaron por pactar con Ciudadanos. Iglesias ha llamado esta mañana al diálogo y a tener altura de Estado, pero no ha aclarado si piensa ceder en alguna de las líneas rojas que ha marcado.

¿Nuevas elecciones?

El líder de Podemos también ha dejado claro que no propiciará un nuevo Gobierno de Mariano Rajoy "ni por activa, ni por pasiva". E incluso ha resaltado que, si resulta imposible formar otro Ejecutivo, su partido acudirá de nuevo a las urnas con optimismo porque en cada convocatoria su partido ha ganado más y más votos.

La perspectiva de unas nuevas elecciones también provoca vértigo en el hoy primer partido de la oposición. A pesar de su lectura triunfalista (hablan de resultado "aceptable") saben que se han librado de un sorpaso de la suma de Podemos y las coaliciones con las que se presenta por los pelos y temen que en unos nuevos comicios el voto se polarice entre el PP y el partido emergente. No en vano, tras haber perdido en todas las provincias españolas salvo en una extremeña y cinco andaluzas, haber quedado cuartos en Madrid, terceros en Cataluña, Comunidad Valenciana, Baleares, País Vasco y Navarra, su satisfacción se mide por lo siguiente. "No hemos ganado al PP pero hemos ganado a las encuestas".

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios