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Vista de la sede central de Bankia.
La CNMV castiga a Bankia por dar información «falsa o engañosa» en las semanas previas a su rescate

La CNMV castiga a Bankia por dar información «falsa o engañosa» en las semanas previas a su rescate

El regulador le multa con 150.000 euros porque el equipo de Rato “manipuló el mercado” con movimientos de acciones propias para mantener la cotización

José Antonio Bravo

Martes, 6 de diciembre 2016, 20:35

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Primera sanción firme a Bankia por realizar prácticas de manipulación del mercado en las semanas previas a que tuviera que reformular sus cuentas, en mayo de 2012, para revelar el agujero multimillonario dejado por el equipo directivo del controvertido Rodrigo Rato. Y aunque no afecta a priori al período anterior a su polémica salida a Bolsa el 20 de julio de 2011, que ya ha motivado miles de demandas civiles e incluso un procedimiento penal que lleva cuatro años y medio instruyéndose en la Audiencia Nacional, sí viene a confirmar de manera oficial que en algunas fases de aquella época convulsa anterior a la etapa de José Ignacio Goirigolzarri no se dio a los inversores toda la información que exigía la ley e incluso se alteró parte de ella para ocultar la realidad.

El castigo fue impuesto por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) el 25 de marzo de 2015, pero no ha sido hasta este martes cuando se ha declarado firme en vía administrativa, según publica el Boletín Oficial del Estado (BOE), de modo que la entidad podría recurrirla ahora en vía contenciosa ante la Audiencia Nacional. La multa no es de cuantía elevada, 150.000 euros de importe, pero sí se considera grave la infracción cometida por el banco en relación a sus acciones propias -con el objetivo probable de mantener de forma ficticia la cotización y que no cayera pese a los rumores crecientes de importantes problemas financieros- entre el 13 de febrero y el 12 de marzo de 2012, es decir, los dos meses anteriores a que se descubriera su agujero multimillonario y mientras tanto Rato como su equipo seguían negando lo que algunos empezaban a sospechar aunque solo de forma somera.

En el período citado los títulos de Bankia redujeron su valor hasta quedar en apenas una séptima parte del mismo, pasando de los 3,5 euros por acción que se pagaban como promedio a tan solo 0,5 euros que marcaba tras ser salvada de la quiebra por el Estado a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), que inyectó en sus balances un total de 22,424 millones de euros, el mayor rescate de una entidad financiera en España. Y para el regulador del mercado, al menos en esas ocho semanas, el equipo de Rato preparó o realizó prácticas que falsearon la libre formación de precios respecto a su cotización bursátil.

No se concretan, sin embargo, los detalles de tales prácticas aunque conforme a la argumentación de la sanción, por la vulneración del artículo 83 ter. de la Ley 24/1988, de 28 de julio, del Mercado de Valores, solo cabrían dos opciones o incluso ambas de forma alterna. De un lado, que hubiera proporcionado, o al menos podido hacerlo, indicios falsos o engañosos en cuanto a la oferta, la demanda o el precio de los valores negociables o instrumentos financieros. Por otro, que se hubiera asegurado por medio de una o varias personas que actúen de manera concertada el precio de uno o varios de esos instrumentos en un nivel anormal o artificial, a menos que el implicado demuestre la legitimidad de sus razones.

Corría el viernes 25 de mayo de 2012 cuando el entonces nuevo equipo gestor de Bankia, encabezado por Goirigolzarri, reconoció que los 309 millones de euros anunciados como beneficio de las cuentas de 2011 por su antecesor no eran más que un artificio contable. Pero la cruda verdad era que el citado ejercicio, según dicha reformulación de cuentas remitida a la CNMV, el banco perdió un total de 2.979 millones de euros debido a los saneamientos forzosos que hubo que hacer luego sobre un alto número de créditos morosos -por ejemplo, pasaron a fallidos (irrecuperables) préstamos por 1.689 millones- y activos adjudicados, así como la valoración a la baja que se realizó sobre buena parte de sus sociedades participadas.

Reclamaciones prescritas

Precisamente esa misma fecha es la que vienen marcando, en general, los tribunales como referencia a la hora de establecer la prescripción de las acciones emprendidas contra el banco por sus inversores para reclamar la devolución del dinero empleado en comprar acciones suyas antes de que las cuentas sufrieran una corrección tan brutal. Lo que pasa es que no todos los jueces se ponían de acuerdo a ese respecto. Por eso, al menos en el ámbito judicial de Madrid -donde se han presentado buena parte de las demandas-, la Audiencia Provincial ha establecido a través de su junta de magistrados que la posibilidad de reclamar por ello se extinguió el pasado 25 de mayo.

En tal fecha se cumplieron cuatro años de la reformulación de balances, momento en que según los jueces madrileños salió a la luz la verdadera situación del banco y se pudo pensar que las cuentas usadas en el folleto de su salida a Bolsa no reflejaban una imagen fiel sino que incluso podían inducir a error al inversor, sobre todo al pequeño, que es justo lo que investiga en vía penal el magistrado Fernando Andreu en la Audiencia Nacional. Ese mismo criterio de prescripción ya lo marcó el Tribunal Supremo para la admisión de reclamaciones por ventas de participaciones preferentes en Bankia, aunque también teniendo en cuenta la fecha de cada operación.

Según los datos que la propia Bankia ha enviado al juzgado que lleva su caso, la entidad ya ha devuelto su inversión a 223.000 pequeños accionistas y aún quedarían otros 21.000 pendientes de recuperar unos 96 millones de euros. En total, la previsión del banco era devolver a los inversores particulares 807 millones a cambio de sus títulos, además de un interés anual del 1% por renunciar a sus demandas legales.

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