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Ana Botín.
Ana Botín revoluciona la estrategia, el equipo y el dividendo

Ana Botín revoluciona la estrategia, el equipo y el dividendo

Decisiones rápidas, contundentes y sin ataduras con el pasado han marcado la gestión de la presidenta de la entidad en el último año

Amparo Estrada

Sábado, 19 de septiembre 2015, 07:45

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Todos han notado el cambio en el Banco Santander: empleados, accionistas, clientes y competidores. La sucesión de Ana Botín en la presidencia tras el fallecimiento de su padre, Emilio Botín, ha traído una transformación en todos los elementos relevantes de una entidad financiera. Giro estratégico, comercial, cultural, en la política de dividendo y, por supuesto, revolución en el equipo. Hace un año, el 10 de septiembre de 2014, fallecía de forma inesperada Emilio Botín, una figura clave que llevó a una pequeña entidad española a convertirse en unos de los diez primeros bancos del mundo en capitalización bursátil y en el primer banco de la eurozona. A las pocas horas, su hija Ana Botín fue nombrada nueva presidenta por unanimidad del Consejo de Administración. Pronto, Ana Botín dejo claro que ella haría las cosas a su manera y no a la de su padre.

"Importa tanto la cuenta de resultados como la forma de conseguirlo", enfatizó Ana Botín en su primer encuentro con empleados ante 30.000 trabajadores (conectados virtualmente) el 1 de octubre. Una de las principales diferencias con su antecesor tiene que ver con el Gobierno corporativo, un cambio que también está muy relacionado con que las exigencias del supervisor bancario europeo ahondan en la imposición de normas de buen gobierno. Es frecuente que en sus intervenciones públicas, la presidenta del Santander defienda la función social de los bancos y su obligación de "contribuir al progreso de las personas y las empresas". Ana Botín se deshizo de Rodrigo Rato en noviembre, dos meses después de llegar a la presidencia, mediante la fórmula de eliminar de un plumazo el Consejo Asesor Internacional del que formaba parte el exvicepresidente del Gobierno. Rato llevaba meses siendo una losa para la imagen del banco por su imputación por la salida a Bolsa de Bankia y por las 'tarjetas black'. Emilio Botín, que le fichó dos veces, no quiso prescindir de él.

Aunque nada más asumir la presidencia, Ana Botín mostró su respaldo al entonces consejero delegado, Javier Marín, rápidamente empezó a formar su propio equipo. El 25 de noviembre se nombra a José Antonio Álvarez nuevo consejero delegado, y a Rodrigo Echenique, muy cercano a la familia, vicepresidente. El nuevo Consejo de Administración de la entidad queda configurado con 15 miembros de cuatro nacionalidades (España, Estados Unidos, Reino Unido y México), de los cuales 9 son independientes. Entre los nuevos consejeros, Sol Daurella (presidenta de la embotelladora europea de Coca Cola, que ha estado en el ojo de la polémica por el ERE realizado en España y anulado por los tribunales).

La rapidez en la toma de decisiones ha marcado el primer año de Ana Botín al frente del Santander. No en vano ha estado casi toda su vida profesional ligada a la firma, salvo una pequeña etapa. Sólo cuatro meses después de su toma de posesión, el Consejo de Administración aprueba la mayor ampliación de capital en la historia del banco: 7.500 millones de euros, el 9,9% del capital del grupo, con un 9,9% de descuento. El impacto positivo fue el reforzamiento del capital del banco, especialmente en un momento en que se acaban de publicar los test de estrés y el regulador europeo presionaba a los bancos para que refuercen su solvencia. El aspecto negativo es la dilución de valor que supone para el accionista, además fue una ampliación de capital acelerada con exclusión de derechos de suscripción, es decir, que sólo unos pocos elegidos (grandes inversores internacionales) pudieron acudir a la ampliación. También se produjo un cambio en la política de dividendo: se redujo un 66% pero aumentó el pago en metálico.

Ana Botín ha renovado casi por completo el equipo de dirección del banco y ha trasladado la estrategia comercial que desarrolló cuando dirigía la filial británica del grupo financiero. 'Sencillo, Personal y Justo' y la Cuenta 1,2,3 marcan la actividad de la entidad. Aunque el banco tiene 100 millones de clientes, sólo 53 millones son activos y únicamente 13 millones son vinculados, los más rentables. Su objetivo: lograr 18 millones de clientes vinculados en 2017 y 25 millones de clientes digitales (ahora son 14).

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