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Rossi, tras irse al suelo a consecuencia del incidente con Márquez. Nicolás Aguilera (Efe)
Y todo comenzó en Termas en 2015
Mundial

Y todo comenzó en Termas en 2015

El incidente en la carrera del domingo entre Marc Márquez y Valentino Rossi y la posterior resaca tensiona MotoGP

BORJA GONZÁLEZ

BUENOS AIRES (ARGENTINA)

Lunes, 9 de abril 2018, 17:59

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2015 fue un año especialmente tenso para el Mundial de Motociclismo. La carrera de Australia generó una reacción inesperada de Valentino Rossi en la previa de la siguiente prueba disputada en Malasia, un gran premio que finalizó con la famosa patada del italiano a Marc Márquez que derivó en una guerra que con el paso de los meses se fue apaciguando. Aunque lo de Sepang venía de antes, en concreto, de un primer incidente en la carrera de Argentina. Con mucho más ritmo, Rossi adelantó a Márquez, que trató de seguirle; la rueda delantera de la Honda del piloto español rozó con la trasera de la Yamaha y el primero terminó por los suelos. No hubo reacciones desmedidas aunque sí que a Márquez le quedó la sensación de que había habido intencionalidad, un toque de freno del italiano, que dejó en fuera de juego su rival. Aquello encendió una mecha que poco a poco llegó a su final y estalló. Este domingo Termas de Río Hondo volvió a ser el escenario de una batalla que, con estos antecedentes, tenía una mecha mucho más corta y una carga de explosivos mucho mayor.

La carrera comenzó mal para Márquez. Un problema en la salida le hizo tener que intentar arrancar la moto por sus propios medios, saltándose todo el reglamento. La inane intervención de los responsables de carrera generó un pequeño caos –deberían de haber sacado su moto de la parrilla- y una posterior sanción que obligó al campeón del mundo a atravesar el pit lane. A partir de ahí, Márquez comenzó con una frenética remontada en la que, con un ritmo tremendamente superior al resto, fue adelantando rivales de todas las maneras, en algunos casos no de la mejor manera. Entre sus víctimas se contaron Aleix Espargaró –una acción reconocida por el propio Márquez y por la que recibió otra penalización, aunque el piloto de Aprilia fue mucho más crítico con un golpe que le propinó antes Petrucci-, Nakagami, Luthi, Smith, Rabat… así hasta llegar a la rueda de Rossi, o más bien, cerca del italiano, quizás no lo suficiente para afrontar una maniobra de adelantamiento que terminó reventando una carrera que por delante estuvo plena de emoción y que tuvo en Crutchlow a un justo ganador -con Zarco segundo después de haber dejado en fuera de juego a Pedrosa, pendiente de una revisión médica para comprobar si tiene una lesión en la muñeca derecha, y con Rins tercero-. Lo demás llegó en cascada.

Nada más terminar la carrera, Márquez decidió ir a disculparse al box de Rossi acompañado por su manager, Emilio Alzamora, y el por el máximo responsable de Honda, Alberto Puig. Una escena similar a aquella de Jerez en 2011 cuando Rossi fue a pedir disculpas a Casey Stoner por haberse precipitado al adelantarle. «Tu ambición ha superado a tu talento», le espetó el australiano.

En este caso, en una escena inaudita en el entorno de una fábrica del nivel de Yamaha, fue Uccio Salucci, el fiel acompañante de Rossi, el que recibió 'a puerta gayola' a Márquez, Alzamora y Puig -con los máximos responsables de la marca mirando desde detrás-, y les echó del garaje azul. El primer capítulo de lo que vino después. «Tengo miedo cuando estoy en pista con él porque sé que viene a por mí. Y él no me trata como al resto, todavía me trata peor. En 2015 me hizo perder el Mundial expresamente», exageró Rossi aprovechando que, esta vez, la razón estaba de su lado. «No he hecho nada voluntario, en ningún caso he tirado a nadie con el toque ni he ido a buscar a nadie, quería ir hacia delante. Respecto a las declaraciones, no voy a decir nada. Él también ha tenido 25 años», respondió Márquez, que usó como argumento su juventud una vez que ya ha sido capaz de ganar cuatro títulos de MotoGP, algo que cuestiona esa posible falta de madurez.

«Creo que es un deporte maravilloso, es precioso», apuntó Sete Gibernau, que sufrió a Rossi en pista y que, por entonces, por sus quejas, recibió comentarios por una supuesta falta de firmeza en pista –mismas 'acusaciones' que recibieron en su momento Bautista en sus duelos con el malogrado Simoncelli en 250cc o Pol Espargaró con el propio Márquez en Moto2. «Hay un grandísimo riesgo simplemente al subirse a una moto, todos son muy valientes. Pero no es un deporte de contacto. Creo que desde Dirección de Carrera a todos tenemos que esforzarnos para evitar el contacto y no hay que ser más valiente porque te metes y tocas a otro piloto. Suficiente tienen todos los pilotos con jugarse el físico. Y más en condiciones tan difíciles con una sola trazada. Hay que ir con cuidado con esto», concluyó el subcampeón de MotoGP, que ahora trabaja junto a Pedrosa. Una reflexión que se ha extendido por un paddock que espera, con algo de incredulidad, que se pueda reconducir una situación muy, muy complicada.

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