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Los villacarrillenses acumularon su sexta derrota consecutiva. DIEGO J. GONZÁLEZ
El Villacarrillo no gana
Tercera División

El Villacarrillo no gana

Un solitario gol es suficiente para que el equipo verde sume un triunfo que mantiene abajo a los villacarrillenses | El Atlético Mancha Real se lleva tres puntos en un nuevo derbi provincial

DIEGO J. GONZÁLEZ

VILLACARRILLO

Lunes, 18 de septiembre 2017, 01:05

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Que un recién descendido de Segunda B con presupuesto y plantilla para volver doblegue a un equipo humilde proveniente de División de Honor, no es noticia. Que el Atlético Mancha Real haya logrado su primer triunfo a domicilio y en un derbi -tras el precedente del miércoles pasado-, podría serlo. Que el Villacarrillo CF siga con cero puntos tras seis jornadas, ya sí lo es.

El cuarto duelo entre comprovincianos de los numerosos que se disputarán esta temporada se saldó con la victoria del cuadro de Rizos por 0-1. Balsámico triunfo que los acerca a puestos de play off y ahuyenta los posibles fantasmas que hubieran podido planear tras la dolorosa derrota frente al Martos en la jornada pasada. Por contra, nueva dosis de realidad para los celestes, a quienes el 'sueño' de su regreso a Tercera se les va tornando en pesadilla, de esas en las que por mucho que corras nunca encuentras escapatoria, salida, de un lugar inhóspito y ajeno repleto de peligro.

Villacarrillo despedía este domingo su semana grande en lo festivo con el duelo del conjunto local frente al Atlético Mancha Real, como digna atracción final a una semana llena de eventos. Grande en lo festivo y nefasta en lo futbolístico: desde que arrancaron la fiestas el sábado 9, los de Ruano han encadenado tres derrotas más, hundiéndose en el fondo de la tabla.

El farolillo rojo, a quien parece que le ha mirado un tuerto, se presentaba con numerosas bajas pero con la novedad del fichaje del extremo Juan Carlos, en el banquillo de inicio. Ruano planteó un 4-2-3-1, con Juanjo de nuevo como titular en la punta de lanza. En el cuadro visitante, la baja del central Tello fue cubierta por Antelo, disponiendo Rizos del mismo sistema que su homólogo y destacando la vuelta a la titularidad de Adri en la portería.

El ambientazo de la grada no se trasladó al césped en los primeros minutos. Las imprecisiones y el conservadurismo se erigieron como protagonistas. Era evidente que los visitantes mostraban más empaque y poseían más calidad a la hora de asociarse, mas dicha superioridad no se traducía en acercamientos al área contraria. Al Villacarrillo le quemaba el balón en sus pies y a poco que llegaban a zona de tres cuartos se les hacía de noche. Óscar Quesada abortaba cualquier atisbo de acercamiento local y la posesión, en consecuencia, era verde. Tan sólo dos remates a balón parado desviados, uno en cada área, se podrían asemejar algo a lo que se suele entender como 'ocasiones' de gol. El partido era brega y poco más.

Pero en el ecuador del que hasta entonces había sido un anodino primer acto, comenzaron a 'pasar' cosas. Primero, la lesión de Eu, que entre muestras de dolor no pudo ni abandonar el campo por su propio pie y fue sustituido por el a la postre héroe Corbacho. Posteriormente, Sabaca recibió un pelotazo en la testa y al cabo de los minutos tuvo también que retirarse, hecho que Ruano 'aprovechó' para modificar su sistema dando entrada a Cuevas e instalar un 4-1-4-1 con Juan Ángel como único pivote.

Polémica arbitral

Y llegó la polémica: Carlos Fernández Moral mostró tarjetas inverosímiles, hubo parones de juego inexplicables y decisiones difíciles de entender y que 'hermanaron' a verdes y celestes a la hora de suplicar que el juego fluyese, que de eso se trataba. Su mejor 'hit' quizá fue la absurda amarilla que mostró a Cuevas cuando entró en el cambio, supuestamente sin permiso, bajo la incredulidad del público.

Sea como fuere, el juego continuó y Manu Castillo tuvo dos opciones para abrir la lata antes del intermedio. Primero con un cabezazo desviado tras falta servida por Pedrito y, sobre todo, en la prolongación, cuando la internada de Bauti por la derecha y su consiguiente pase atrás no lo materializó el 7 verde, lanzando el esférico al limbo.

En la segunda parte los de Rizos dieron un paso al frente y paulatinamente crecieron ante un Villacarrillo menguante y desfondado. Corbacho ya avisó en el minuto 58 con un chut cruzado que obligó a Alberto a sacar su sempiterna pierna derecha a relucir para abortar el peligro.

Errores que cuestan partidos

Juanjo, ariete celeste, se dañó la muñeca izquierda en una caída y continuó en el partido mientras Fran era sustituido para dar entrada a Soto.

Y llegó el 0-1. Bauti, listo y vivo, aprovechó una pájara de concentración local para desde la divisoria del centro del campo efectuar un profundo saque de banda con dirección al área celeste; los centrales villacarrillenses no acertaron a despejar el balón y Corbacho se coló entre ellos para plantarse solo ante Alberto y meter gol a media altura. Los incomprensibles fallos locales se han convertido en una costumbre.

El gol dejó groggy al colista y Óscar Quesada pudo finiquitar el envite cuando dos minutos después, solo en el segundo palo, no acertó con su testarazo tras un saque de esquina.

Volvían las caras de desesperación en el plantel local, las cabezas agachadas. Es duro no ver recompensado el esfuerzo. Cuando se da todo lo que se tiene y los resultados no llegan, cuando jornada tras jornada los errores y los problemas se repiten. Pero esto es Tercera y luchar es como el valor para los militares: se supone. Aquí se exige además un cierto rigor, un plan A y un plan B por si acaso.

Quizá el plan C sea Juan Carlos. El menudo extremo regresaba a la banda del Veracruz y en los minutos que anduvo por el césped dejó su sello en forma de verticalidad, descaro y ganas de coger la pelota y producir algo, lo que fuera. Por parte manchega, fue Albertillo quien ingresó en el terreno tras aclamación popular antes, durante y después de ello. Todo un ídolo para una parroquia mancharrealeña que se 'atrevió' a cantar tras el gol y que veía cómo su equipo crecía con el paso de los minutos.

El físico importa. Para todo. Y al Villacarrillo se les hacen muy largos los noventa minutos. Por contra, los de Rizos presionaban incluso más con el paso de los minutos. Pedrito o Garrido no solo mantenían con criterio el esférico, sino que asfixiaban a los zagueros locales para que no pudieran siquiera empezar la jugada.

El control verde y la jerarquía de hombres como Óscar Quesada abortaron cualquier atisbo de peligro para el área de Adri, y sólo Abraham, en una jugada embarullada, tuvo la opción de empatar, mas su chut se fue muy desviado. El Mancha Real, sin demasiados aprietos, se llevaba el partido.

Se impuso la realidad. La de un Mancha Real que estará arriba, peleando por colarse entre los cuatro mejores de un grupo cuya competencia es inaudita. La de un Villacarrillo pobre, exasperado, que 'sale de una y se mete en otra', como el próximo domingo, cuando tenga que visitar al filial del Almería. Gozar y sufrir, sueño y pesadilla. 'Sabías a lo que venías'.

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