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Messi abraza a Luis Suárez.

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Messi abraza a Luis Suárez. José Jordán (Afp)
Jornada 15

El Barça sale del purgatorio

Vence sin brillo al Villarreal cuando más lo necesitaba y acaba con su racha de dos partidos sin victorias

jesús ballesteros

Domingo, 10 de diciembre 2017, 07:44

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Aunque los dos empates consecutivos en Liga ante Valencia (1-1) y Celta (2-2) no le han penalizado demasiado, el Barça está obligado a vencer al Villarreal en el Estadio de la Cerámica para recuperar la confianza que le había llevado a ser un líder intratable. Con esa finalidad, Ernesto Valverde ha rotado a jugadores tan importantes como Leo Messi en los dos últimos partidos de la Liga de Campeones, en los que el delantero argentino sólo disputó la última media hora. Pero, curiosamente, llegar más descansado a una gran cita no siempre se traduce en los tres puntos. Quedan tres partidos antes del parón navideño, Villarreal a domicilio, Deportivo en el Camp Nou y el clásico del 23 de diciembre en el Santiago Bernabéu. El Barça no sólo quiere mantener la ventaja que tiene, también cree que puede aumentarla, pero el riesgo de perder parte de lo ganado también existe cuando los desplazamientos son tan complicados.

El equipo azulgrana conoce la dificultad que supone superar al equipo castellonense en su casa, donde la pasada temporada, en un partido con errores arbitrales de bulto, se tuvo que conformar con el 1-1 al final gracias a una falta que Messi clavó en la escuadra. Valverde tiene allí una espina clavada también, pues ha sido el único club del que no ha tenido una buena salida al ser destituido a media temporada en la 2009-10, con el equipo en la mitad de la tabla.

Samuel Umtiti, el central más en forma en esta Liga del Barça, será la gran baja tras su lesión muscular sufrida ante el Celta que le apartará de la competición durante dos meses. Como Mascherano todavía no puede reaparecer tras otro percance muscular, el tándem defensivo lo formarán Piqué y Vermaelen, con David Costas, del filial, cedido por el Celta en agosto, en la convocatoria para prevenir más contratiempos. Además, siguen en la enfermería Iniesta, Dembélé y Rafinha, los tres cerca de reaparecer ya, aunque en el caso de los dos últimos no hay prisas para evitar recaídas debido a la gravedad de sus contratiempos y apuntan al Celta el 4 de enero en la ida de los octavos de final de la Copa.

Mascherano, precisamente, ha acaparado la información estos días porque ha pedido irse a China en el mercado de invierno en busca del protagonismo perdido, no sólo para no perder su plaza en el Mundial en la Argentina de Sampaoli, sino también porque cobraría tres veces más. Valverde le necesita en su papel de tercer central, que ahora sería el segundo, pero posiblemente se acabará marchando con un mínimo detalle por su parte: esperar a que Umtiti se recupere, dos meses en los que el club azulgrana deberá también firmar a un central. También se espera la salida de Arda Turan en breve, pero si por Mascherano se ingresarían unos cinco millones, por el turco, posiblemente, con ahorrarse su alta ficha el club se conformará.

Por su parte, el Villarreal tiene las bajas de los lesionados Bruno Soriano, Sansone, Cheryshev y el portero Andrés Fernández, además de la de Bacca por precaución. Tampoco podrá jugar Fornals, que se desmayó en el último entrenamiento debido a un hipoglucemia. Calleja podría dar la titularidad al portero Asenjo y al central Rubén Semedo, recuperados de sus lesiones. El equipo amarillo, sexto, atraviesa un momento dubitativo tras perder sus dos últimos partidos pese a adelantarse en el marcador: 2-3 ante el Sevilla y 3-1 en Leganés.

Y ganó. Cuando más lo necesitaba el Barcelona. No había otra salida visto cómo se había desarrollado la jornada. Derrotó al Villarreal y puso fin así a su corta, pero intensa trayectoria por el purgatorio, en la que había cosechado dos empates consecutivos y despertado el hambre de sus perseguidores.

Eso sí, fue una nueva victoria carente de brillo, con un Messi algo torpón, pese al gol, y ante un equipo mermado por las lesiones y las expulsión de Raba. Para algunos, la clave del choque. Cierto es que el resultado puede ofrecer otra lectura, incluso reconociendo que debió ser más amplio viendo las ocasiones de uno y otro equipo, pero el sufrimiento sigue siendo excesivo en cada choque de los azulgrana.

De hecho los últimos resultados en Liga no dejaban lugar a la duda y estaba obligado el Barça a no fallar tras las victorias de Valencia, Atlético y Real Madrid. Enfrente, un rival también urgido por la ausencias de victorias y con la posibilidad de recortar puntos a la Real Sociedad (que caía horas antes en Anoeta ante el Málaga) en la lucha por la quinta plaza.

Pero el patrón de los últimos partidos del equipo azulgrana se repitió en Villarreal. Parece no extrañar ya nada. Los resultados, la buena trayectoria del conjunto azulgrana en Liga, Copa y Champions lo engulle todo, pero no hay fluidez en los triunfos del Barça. Cuando todo parece fiado a lo que sea capaz de generar Messi y éste no tiene su día, amarrar la victoria se complica.

Villarreal

Sergio Asenjo, Mario, Álvaro, Victor Ruiz, Jaume Costa, Semedo (Samu Castillejo, min. 48), Rodrigo, Trigueros, Soriano (Rukavina, min. 64), Raba y Bakambu.

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Barcelona

Ter Stegen, Sergi Roberto, Piqué, Vermaelen, Jordi Alba, Busquets (André Gomes, min. 85), Rakitic, Paulinho (Aleix Vidal, min. 68), Denis Suárez (Paco Alcácer, min. 58), Messi y Luis Suárez.

  • Goles: Ter Stegen, Sergi Roberto, Piqué, Vermaelen, Jordi Alba, Busquets (André Gomes, min. 85), Rakitic, Paulinho (Aleix Vidal, min. 68), Denis Suárez (Paco Alcácer, min. 58), Messi y Luis Suárez.

  • Árbitro: De Burgos Bengoetxea (vasco). Expulsó a Raba (roja directa min. 60) y a Quique Alvárez, segundo entrenador del Villarreal (min. 62). Amonestó a Busquets, Bakambu, Álvaro.

  • Incidencias: Estadio de la Cerámica. 23.000 espectadores.

Ante el Villarreal, al argentino le costaba como al resto de sus compañeros. Quizás estuvo más impreciso que se costumbre. Al menos, él buscaba el contacto con el balón con tanto afán que, por momentos, iniciaba la jugada de ataque desde su propio campo.

Algunos incidirán en la expulsión de Raba como punto de inflexión en el choque, pero lo cierto es que éste llegaría antes. Con el cambio de Valverde, dando entrada a Paco Alcácer, clave en el resultado final. Su entrada y la mayor profundidad de Jordi Alba por banda, voltearon un duelo que parecía condenado a la nada.

Y es que tras el descanso, ambas escuadras estaban obligadas a dar un paso adelante. Las tablas sin goles no servirían como botín final. Ni a Villarreal ni a Barça, que sumaban tres y dos partidos consecutivos sin ganar en Liga, respectivamente.

Ambos buscaban reponerse, pero la victoria se resistía. El Barça amagó primero con un testarazo de Piqué al larguero, aunque el conjunto de Javi Calleja ofrecería una réplica en el mismo grado de peligrosidad. Ter Stegen volvía a sacar la de cada partido. Ocasión clarísima que detuvo el portero alemán a Soriano.

El guión era claro por parte de uno y otro equipo. El Barça sigue contando con una mayor posesión por partido incluso en los que ha bajado el rendimiento, pero el gran problema lo tiene arriba, a la hora de ver puerta. Genera pocas, muy pocas ocasiones, y convierte menos.

El ‘submarino amarillo’, que tiempo atrás fue capaz de disputarle la posesión al Barça, se atrincheró en la medular, quizás provocado por las ausencias, y buscaba las salidas de Bakambu, Soriano y el joven Raba, muy activo durante todo el duelo (hasta tal punto que se excedió en su entrada a Busquets). La lesión de Semedo y la roja a Raba trastocó el plan de Calleja que ya sólo vería a los suyos sufrir hasta el pitido final.

La segunda mitad fue un monólogo culé hasta tal punto que amagaría en un par de ocasiones claras antes de la jugada maestra en la que Luis Suárez lograría romper la sequía. Enorme la triangulación entre Messi, Alcácer y el delantero charrúa. Volverían a aparecer en un par de ocasiones más con un Jordi Alba, ahora sí, incisivo. La sociedad con Messi no tendría esta vez sus frutos, pero el argentino acabaría marcando merced a un error en la salida de balón del Villarreal. Un premio a la insistencia, más que al acierto del argentino que no cuajó una de sus mejores tardes.

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