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Ferrán Torres, rodeado de contrarios en su último partido con el Covirán. :: ramón l. pérez

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Ferrán Torres, rodeado de contrarios en su último partido con el Covirán. :: ramón l. pérez
BALONCESTO

Los 'niños' no entienden de fiestas

El Baskonia barre a un relajado Covirán que se deja llevar por la felicidad en el ambiente a raíz del ascenso a LEB Oro

JUANJO MARTÍN

Domingo, 22 de abril 2018, 01:31

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Granada. Si el Covirán hubiese colgado un cartel en el Palacio en el que limitara el acceso a los adultos quizá hubiese podido colocar el broche idóneo de la victoria a una temporada histórica, en la que se ha conquistado el ascenso a la LEB Oro. Sin embargo, el club olvidó poner ese aviso y dejó que los 'niños' del Baskonia entraran al pabellón del Zaidín y barrieran por completo a los anfitriones (63-86). No obstante, ese revés se encajó sin problemas en el seno de una plantilla que lleva una semana de celebración y a la que le vino mal tener que vestirse de corto una última vez.

La falta de tensión competitiva era el principal enemigo a batir por parte del plantel de Pablo Pin y esa misión se cerró con un rotundo fracaso. No es que los baskonistas se jugaran mucho más -sin opciones de 'play offs' ni de caer al descenso, que ha condenado al final a Cambados-, pero los jóvenes integrantes del club vitoriano aprovecharon esta última jornada para lucirse en un escenario de una categoría superior. Todos tienen en mente que un gran rendimiento le abrirá las puertas del primer equipo, por lo que nadie quiere quedarse atrás. Esas ganas de agradar fueron más que suficientes para arrollar a los anfitriones, con la mente en otro sitio y que para cuando dijeron de ponerse a jugar se toparon con un 0-16 adverso.

Gluditis se encargó de que los seguidores granadinos grabaran a fuego su nombre. El letón anotó sus siete lanzamientos -entre ellos cinco triples- y concluyó el primer cuarto con más puntos (19) que todo el Covirán (16). Poco más hace falta decir para definir un acto en el que sólo hubo un equipo concentrado sobre la cancha. Los rojinegros tardaron cuatro minutos en convertir su primera canasta, un mate lleno de rabia de Devin Wright que no terminó de enchufar a sus compañeros. Pin pidió tiempo muerto para darle un toque a sus hombres, aunque eso no ocurrió hasta la entrada a pista de Bortolussi.

Gluditis anota 19 puntos sólo en el primer cuarto, tres más que toda la escuadra rojinegra

El argentino fue el catalizador del primer intento de reacción, con el que los locales se acercaron en el luminoso. Esa reacción siempre se quedó a medias por los errores de mentalización de los nazaríes, que tan pronto tenían a tiro al Baskonia como se veían con una desventaja gigantesca. Los visitantes estiraron la 'goma' y un 0-10 cerró el primer período (16-34) con la sensación de que los 'niños' definitivamente iban a estropear ese ambiente de felicidad que reinó en todo momento en el Palacio de los Deportes.

Por mucho que se empeñara 'Borto', con el Covirán a medio gas no había opción alguna de obtener la victoria. Los hombres de Pin lo intentaron en algunas fases, sobre todo cuando la defensa se asemejó a la que ha permitido que el Covirán sea el equipo que menos puntos ha recibido en todo el curso. Sin embargo, esos momentos no se prodigaron y siempre estuvo a remolque.

Ferrán Torres, que se despidió de la afición por finalizar su excedencia laboral y tener que regresar a Cataluña, tuvo la opción de recortar hasta la decena al filo del descanso. Su lanzamiento en el poste bajo no entró y los locales no defendieron los últimos segundos, en los que Williams machacó al contraataque la ilusión por la remontada (36-50). El último atisbo de reacción se produjo ya en el tercer período, cuando Wright se unió a Bortolussi para conformar una dupla interior reacia a caer en este último partido.

Con 48-56 en el electrónico hubo esperanzas, pero estas se fulminaron cuando Raieste sacó a relucir su fusil. El Baskonia se disparó de nuevo en el luminoso (+26) y ahí acabó la resistencia del Covirán. Las caras largas en la plantilla local por no poder brindar un último triunfo a su hinchada no duraron mucho, pues rápidamente se recordó que aquello era la fiesta del ascenso.

El conjunto rojinegro militará la próxima temporada en la LEB Oro y nada importa que este último episodio se torciera tanto. El 'repaso' no impidió que los nazaríes recogieran la copa de campeones de Liga y celebraran el éxito cosechado en este curso, en el que también sumaron el título copero. Un doble motivo para estar satisfecho por un año que concluyó como todos tenían en mente el pasado verano, con el Covirán en la segunda categoría. Eso es más que suficiente para sonreír.

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