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La modelo Marisa Jara, quien estará hoy en el Foro de Salud de IDEAL. R. C.
«Pude superar mi trastorno alimentario porque actué rápido»

«Pude superar mi trastorno alimentario porque actué rápido»

La modelo Marisa Jara compartirá hoy su experiencia con la bulimia en el Foro de Salud que organiza IDEAL y patrocina Bida Farma

JOSÉ ANTONIO MUÑOZ

GRANADA

Jueves, 28 de septiembre 2017, 01:52

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La sevillana Marisa Jara es una de las profesionales españolas que ha tenido una carrera más larga en el mundo de la moda. París, Nueva York, Tokio o Milán, las grandes capitales del sector, la han visto desfilar en las últimas dos décadas. Ahora, ha reorientado su carrera para convertirse en una modelo 'con curvas', lejos de los estereotipos impuestos por determinadas instancias en el mundo de la alta costura, y mucho más cercano a la mujer que podemos observar cada día caminando por la calle. También sufrió en su día un trastorno alimentario, y ha contado su experiencia en el libro 'La talla o la vida' (Planeta). Una experiencia que también compartirá hoy con quienes se acerquen al Foro de Salud 'Trastornos alimentarios: la talla o la vida', que tendrá lugar en el Teatro CajaGranada, organizado por IDEAL y patrocinado por Bida Farma.

-¿Deseosa de volver a Granada?

-Siempre es un placer. He estado trabajando muchas veces por ahí. Una de las últimas, presentando la colección de Elena Miró, así que estoy encantada de volver, y más para hablar de un tema tan importante como los trastornos alimentarios.

-¿Cómo surgió la idea de plasmar en su libro 'La talla o la vida' su experiencia con este problema?

-Siempre había tenido la inquietud de escribir un libro contando mi trayectoria en el mundo de la moda, pero fue a raíz del inicio de mi trabajo como modelo 'curvy' cuando pensé que era el momento de escribir todo lo que me había ocurrido, desde una perspectiva más rica, más amplia. En esta dinámica, vino la editorial Planeta y me ofreció la oportunidad de publicar ese libro que deseaba mostrar, y aquí estamos.

-¿Le dio vértigo poner 'negro sobre blanco' sus vivencias?

-Al principio sí, un poco. Pero tras pasar un par de meses pensando qué quería decir y cómo, preparando lo que quería contar, me lancé, y estoy muy satisfecha con el resultado. Siempre he sido una mujer a la que le ha gustado probar nuevas experiencias, y compartir mi historia me parecía una tarea interesante, no solo por lo que suponía de liberación para mí, de sacar fuera todo lo que tenía dentro, sino por la oportunidad que se me ofrecía para ayudar a otras personas que han pasado por la misma situación y han debido afrontar los mismos problemas que afronté yo. Ha sido un año de intenso trabajo, pero finalmente, el libro vio la luz, y afortunadamente, está teniendo muy buena aceptación.

-¿Cómo se inició su trabajo como modelo?

-Empecé muy jovencita a trabajar en el mundo de la moda, y no tuve una carrera en la que subí peldaño a peldaño. De repente, me vi en las pasarelas más importantes del mundo, casi de la noche a la mañana. No me presenté a concursos de belleza, ni comencé haciendo trabajos en mi entorno inmediato. Me metí de lleno muy rápido en la dinámica de agendas, aeropuertos, pases, fiestas... Viví sucesivamente en Japón, París, Miami, Nueva York... Siempre tuve mucho trabajo, y una carrera internacional notable, con trabajos para las principales firmas. En este mundo, cuantas más gente te conoce y aprecia tu trabajo, más trabajas, y más presión sientes.

-¿Cómo evolucionó su conformación física en esos años?

-Pues al principio no tenía problemas, estaba siempre delgada, y me codeaba con las modelos más importantes del mundo sin problemas. Pero a medida que te consolidas, la exigencia de la perfección va en aumento. Siempre he sido una mujer con curvas, mi sangre es andaluza al cien por cien, y soy como son las mujeres de aquí. Por ello, había países donde mis medidas no encajaban, como en Francia. Había otros donde sí, como Estados Unidos, pero el deseo de llegar a todos lados me llevaba a vivir una doble presión: la de mis agentes y la que me autoimponía. En un momento determinado, esa presión pudo conmigo.

-Y llegó el trastorno alimentario. ¿Se dio cuenta rápido de que lo sufría?

-Sí, y también muy rápido, con el apoyo de mi familia, puse los medios para corregirlo. Esa fue la gran ventaja en mi caso. Me di cuenta porque respondía de forma negativa a la presión: me pedían que bajara tres kilos y yo subía tres kilos más. Empecé a pasarlo muy mal. Los episodios de bulimia se hicieron cada vez más frecuentes. Así que cogí el toro por los cuernos, y pedí ayuda. Fui a la clínica Ravenna en Madrid, donde me trataron y continúan ayudándome, y tras unos años complicados, conseguí dejar atrás este problema. Insisto: tener a la familia a mi lado fue clave.

Un nuevo camino

-Descubrió además que había un lugar para usted en el mundo de la moda.

-Trabajando como modelo convencional, coincidí con modelos 'con curvas'. Al principio, las veía como algo lejano, que nada tenía que ver conmigo. Pero cuando me recuperé, las diseñadoras Adela&Viki me ofrecieron desfilar en la pasarela Cibeles, hice ese desfile, me hicieron una entrevista que tuvo una gran repercusión, y a partir de ahí comencé a trabajar en esta faceta. Luego, me contrató Elena Miró y una cosa llevó a la otra. Tuve suerte, porque no fue algo que buscara, y sin embargo no he dejado de trabajar desde entonces.

-Esto certifica que, como usted dice en el libro, ni la belleza ni el amor entienden de tallas.

-Efectivamente... (risas). Lo más importante en una persona es ser tú misma, tu actitud. Puedes ser una mujer maravillosa con una talla 44. Lo que importa es cómo afrontas la vida.

-Esa misma actitud es la que hace que hablen bien de usted incluso sus compañeras.

-Bueno, eso es de lo más bonito que te puede pasar. Querer y sentirse querida es muy importante.

-Muchas chicas jóvenes se sienten obnubiladas por la pasarela. Desde el punto de vista de la salud, ¿qué consejos les daría?

-Soy muy partidaria de que cada uno consiga su sueño, pero tienen que tener presente que ese sueño no puede costarles ni el bienestar ni la vida. No cuento el lado malo de la moda desde el rencor, sino desde la experiencia, desde la capacidad para aprender. Esta profesión me ha dado cosas muy bonitas.

-¿Cuál es hoy el estilo de vida de Marisa Jara?

-Pues hago deporte a diario, porque me encanta. Y sobre todo, lo que intento es comer muy sano, llevar una alimentación a base de productos naturales: fruta, verdura, pescado... Llevar una dieta equilibrada. Eso no quita para que de vez en cuando me dé algún capricho... (sonríe). Por ejemplo, me encanta el chocolate, y por eso a veces me doy un gusto. El secreto está en el equilibrio y el autocontrol.

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