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Antonio Carrión junto a Pepe Menese. JOSÉ PAMÓS
«El flamenco es para minorías»

«El flamenco es para minorías»

Antonio Carrión Jiménez 'Niño Carrión'

RAFAEL VALERA ESPINOSA

Lunes, 4 de junio 2018, 03:36

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Aclaradas las cuestiones de quién fue su primer maestro, de cómo desarrolló su inicios profesionales, así como sus opiniones sobre el toque de los viejos maestros, en especial de 'Diego el del Gastor', otro autodidacta como él en el toque flamenco, nuestro diálogo del año 2000 continuó como sigue, recabándole su opinión sobre los maestros consagrados hasta ese momento.

-¿Manolo Sanlúcar?

-Manolo va a más con la época y lo veo como un guitarrista melódico, un guitarrista pasao de ideas, virtuoso...

-¿Paco de Lucía?

-¡Punto y aparte! ¡Paco es el gran monstruo!

-¿Se puede considerar como el mejor guitarrista de la historia incluso comparándolo con Ramón Montoya o Javier Molina?

-¡No lo sé! Depende también del toque. Es muy complicado responder a esto porque habría que ir confrontando toque por toque y facetas. Habría que examinar las modalidades de acompañamiento y de solista de cada uno de ellos. Lo que sí puedo decirte es que con el virtuosismo de hoy, la guitarra ha avanzado mucho con la de otros tiempos, aunque es posible que haya perdido sabor en flamenquería. Pero ha ganado en técnica, en ritmo... Lo que es demostrable es que Paco le ha dado un impulso enorme a la guitarra flamenca, y muy concretamente entre la juventud.

Lo que me pregunto es si esto es bueno o no tan bueno, pues chavales que se comen la guitarra los hay a manojitos, pero que después le pongan a un cantaor para acompañarle y sepan hacerlo, eso ya es más difícil, ya que cuando acompañan por bulerías, le tocan igual a un cantaor de Jerez, de Utrera, de Lebrija o de Morón. Cierto que el toque por bulería va al tres por cuatro, sin embargo, como te decía antes, el soniquete varía.

Hay quien se come la guitarra y no se da cuenta de eso. Le ponen a un cantaor al lao y es como el que escucha llover. Y todo esto viene por querer o intentar ser como Paco. Y no se entera la gente de que Paco deja de ser solista y se vuelve acompañante, y toca a las mil maravillas porque ya antes desarrolló la faceta de acompañar a cantaores. Solo hay que escucharlo en La Unión cuando acompañó a Antonio Mairena; en los discos que tiene con 'Camarón', 'Fosforito' o 'Lebrijano'... y suena a verdadera gloria. No solamente hay que estudiar al 'Paco de Lucía' de ahora, hay que hacerlo también con el 'Paco de Lucía' de aquellos tiempos.

Otro caso similar es el de 'Camarón'. En la actualidad los seguidores de su escuela imitan al 'Camarón' de los últimos años de su vida ¿A ver quién se atreve a imitar a 'Camarón' cuando salió con la voz que tenía?

-¿Te gusta más el cante que el toque?

-¡Sí! Me gusta más cantar que tocar. Y tiene su lógica, pues el cante es lo que he vivío y he escuchao de chiquitito. ¡Hombre...! La guitarra también me gustaba y me sigue gustando una enormidad. Pero he de confesar que he sío un cantaor frustrao.

-¿Y el baile?

-También me gusta. Me pego mis pasitos, aunque tengo que decir y reconocer que no es mi fuerte. Pero bueno, me lanzo de vez en cuando en el fin de fiesta de los festivales a soltar la guitarra y pegarme una pataíta en el escenario.

-¿Has tocado alguna vez para el baile?

-La verdad es que no lo domino como yo quisiera porque no lo he practicado con la intensidad necesaria como para desempeñar un buen papel. Gracias al trabajo que tengo para acompañar al cante, ese faceta del flamenco no he tenido que afrontarla y por tanto no tengo la suficiente experiencia.

-¿Estás de acuerdo con la teoría de que el guitarrista para acompañar bien al cantaor ha de saber más flamenco que el propio intérprete?

-Sí, puesto que si hoy le estás acompañado cotidianamente a un cantaor conoces su personalidad. Pero has de tener en cuenta que si vas acompañando a veinte cantaores, cada uno de ellos es un mundo. Un cantaor puede dominar ocho o diez estilos, pero mañana tienes que acompañar a otro que lo hace con diez o doce, y cuatro o cinco son diferentes de los que dominar el anterior; pasao mañana lo haces con otro que dominar otros tres o cuatro diferentes de los dos primeros, y así sucesivamente. El guitarrista debe de estar súper preparado para todos esos palos y los muchos más que le echen. De ahí la certeza de esa teoría.

-¿Qué opinión tienes de los concursos?

-La verdad es que yo no he solío presentarme a los concursos. Me dieron 'El Madroño Flamenco' en Sevilla y ya está, a pesar de que me indicaban que me presentara a los más populares. En la actualidad, ante el nivel que tengo, pienso que a mí no me conviene participar en ninguno.

-¿Crees que las administraciones se implican en la promoción del flamenco?

-Ahora parece ser que se están mojando un poquito más. Cierto es que se están estableciendo subvenciones, no tantas como desean y necesitan los colectivos flamencos, pero sí que se están haciendo cosas por este arte. Yo veo en la actualidad más difusión y ayuda a los espectáculos de flamenco que hace cinco o seis años atrás.

-¿Crees que el flamenco tiene el reconocimiento que se merece?

-Hay otros tipos de músicas que en nuestra comunidad tienen más reconocimiento que el flamenco. Un ejemplo claro es cuando grabas un programa de televisión y se está cantando magníficamente por soleá. Si te pasas medio minuto del tiempo asignado tienes que volver a grabarlo, y yo compruebo después, cuando estoy viendo la televisión, la cantidad de pamplinas que tienes que soportar y nadie corta nada.

-¿Existe sensibilidad en las casas grabadoras por el flamenco?

-Las casas grabadoras van a lo suyo, a vender. Por tanto te piden comercialidad. Uno que graba por siguiriyas, soleá o serranas no vende nada y por ello no te graban. Lo cierto es que el público demanda lo primero y eso condiciona a las casas grabadoras. Y es que el flamenco es para minorías.

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