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Alberto Valero: “Un niño que aprende a programar resolverá mejor los problemas en el futuro”

Enseñar habilidades a los adultos del futuro a través de la robótica o la impresión 3D es la última tendencia en educación. Y lo es por poderosas razones.

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Alberto Valero es el director de la División BQ Educación de la empresa BQ. Ingeniero Industrial, doctor en Ingeniería Informática y con formación en Filosofía, este profesional ha dedicado buena parte de su carrera a la divulgación tecnológica y la docencia porque considera que el mayor recurso de una sociedad es la formación. En esta entrevista nos habla sobre las últimas tendencias en educación y por qué conceptos como STEAM son tan importantes para el desarrollo de los adultos del futuro.

Los adultos nos asombramos cuando vemos a un niño de corta edad manejar mejor un smartphone que un tenedor. ¿Qué riesgos supone que los niños aprendan a utilizar la tecnología por sí solos? ¿Hasta qué punto necesitan guías?

«Es la cultura moderna la que ha separado las humanidades de la tecnología, pero nunca ha sido así «

Alberto Valero - director de la División BQ Educación

En realidad, el hecho de que un niño aprenda a utilizar la tecnología por sí solo tiene ciertos riesgos, pero también ventajas, ya que un niño no tiene ideas preconcebidas, así que puede innovar con facilidad. Pensemos en un cuchillo: el niño podría encontrar fácilmente nuevas formas de utilizarlo porque no tiene prejuicios, pero si nadie le dice que este objeto corta, puede dañarse en el proceso.

El equilibrio perfecto, en este caso, sería aquel en el que el niño puede desarrollar su creatividad y hacerlo acompañado. Como cuando aprendemos a montar en bicicleta.

Actualmente nos centramos en enseñar a nuestros hijos materias relacionadas con la tecnología. ¿Nos quedaremos sin filósofos y poetas en el futuro?

Esto es exactamente lo contrario de lo que perseguimos desde BQ. En la antigüedad, los grandes creadores eran también filósofos y poetas, sin embargo la cultura moderna ha separado la tecnología de las humanidades.

Nosotros proponemos recrear los valores de los verdaderos artesanos. Por eso planteamos una educación basada en la filosofía STEAM, acrónimo en inglés de Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Humanidades y Matemáticas. De esta manera, la tecnología se aproxima a través de la filosofía y no se convierte en algo mecánico para los niños, sino en algo que pueden utilizar para hacer el bien. Las humanidades, en este caso, serían el alma de la máquina.

¿Crees que si las generaciones anteriores hubiéramos disfrutado de conceptos como la filosofía STEAM habríamos salido con más confianza a la pizarra en clase de matemáticas?

Es cierto que hemos recibido una educación muy pasiva que ha derivado en una falta de creatividad que, a su vez, se ha traducido en un desarrollo industrial escaso en las últimas décadas. Si les damos espacios creativos a los niños, si trabajamos su creatividad, seremos de nuevo motores del mundo. Tal vez los resultados tarden 20 años en llegar, pero es preciso abordarlo ahora.

“Si la tecnología se aproxima a través de la filosofía, no se convierte en algo mecánico, sino en algo que los niños pueden utilizar para hacer el bien”

Las aulas de robótica son hoy el equivalente al judo de hace unos años. ¿Por qué se ha vuelto tan popular esta disciplina? 

Precisamente la robótica es tan popular porque los niños disfrutan con ella. La educación actual es demasiado receptiva y nos convierte en meros registradores de información. No somos felices porque no creamos. Sin embargo, la robótica nos da la posibilidad de crear, por eso si se enseña bien se puede considerar una disciplina creativa, como la música o la pintura.

“La robótica nos da la posibilidad de crear, por eso si se enseña bien se puede considerar una disciplina creativa, como la música”

¿Cómo se enseña a un niño a programar? ¿Por qué es importante que aprenda a utilizar una impresora 3D?

La programación va más allá de la informática, ya que es una habilidad que nos ayuda a resolver problemas.Por eso, al enseñarles a programar ayudamos a los niños en su capacidad de resolución de problemas, independientemente de si en el futuro deciden dedicarse a la informática, la medicina o la artesanía.

En el caso de las impresoras 3D, se deben mostrar como aparatos que resuelven necesidades reales. Hoy hay cientos de ejemplos de objetos creados con estos dispositivos con aplicación en campos como la medicina, ocio o cocina. Si los niños ven ejemplos concretos de su utilidad y cómo les pueden ayudar a resolver problemas, estarán motivados de manera natural para utilizarlas.

¿Qué pueden aportar las empresas tecnológicas a la educación de los niños?

No se trata tanto de que deseen aportar algo a la educación, sino que quieran dedicar parte de sus recursos a la educación. En el caso de BQ, hace tres años ya que creamos una unidad especial dedicada a la transmisión de conocimiento al mundo real.

Una empresa tecnológica sabe qué se demandará profesionalmente en el futuro, por eso es tan importante contar con un grupo de personas dispuestas a transferir este conocimiento al sistema educativo. Estas personas deciden qué trasladar, cómo hacerlo (en nuestro caso a través de la metodología STEAM) y cómo hablar con los educadores para que lo transmitan a los alumnos.

En BQ concretamos todo esto en actividades como los Campus de Verano, el apoyo al profesorado, o proyectos con entidades como la Fundación Endesa, la Fundación Mapfre o Ayuda en Acción, entre otras. También hemos hablado con miles de profesores sobre cómo trasladar nuestro conocimiento y hemos desarrollado Bitbloq, una aplicación con la que 130.000 personas aprenden a programar. Ayudar a la gente es nuestro objetivo y conseguirlo, nuestra satisfacción.