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Juan Enrique Gómez
Martes, 10 de abril 2018, 17:31
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La antigua carretera de Madrid, la N-323, a la que se conoció como Carretera de la Muerte por la reiterada accidentabilidad que registró en zonas como el cruce de Iznalloz, vuelve a tener el cartel de vía maldita, aunque esta vez para la fauna silvestre del entorno del pantano de Cubillas. La aparición de otra nutria atropellada el pasado viernes junto a la presa del embalse, muestra la necesidad de tomar medidas de protección para especies de fauna, algunas de ellas catalogadas y protegidas, que se ven obligadas a cruzar la vía que, en algunos momentos, posee una alta densidad de tráfico. Con esta nueva nutria atropellada, son dos los ejemplares muertos en solo esta semana, a los que se suma otra más atropellada hace unos meses, y aquellos de los que no se ha tenido constancia porque no hayan resultado muertos en el acto.
Los responsables de mantenimiento de la carretera ya habían ubicado una señal de peligro para alertar de la posible presencia de animales sueltos, la conocida señal del ciervo saltando, y extendía la precaución a un tramo de tres kilómetros, pero lo ocurrido esta semana aconseja que se tomen medidas más drásticas, como la construcción de pasos específicos para fauna silvestre, como ocurre en casi todas las carreteras de nueva construcción. Las riberas del embalse, que es por donde se mueven especies que cazan en el agua o en sus inmediaciones, se acaban en la presa y, unos metros más hacia el norte, en el aliviadero del embalse. Cuando hay poca agua, el aliviadero puede ser vadeado por los animales, pero desde que el pantano está a tope, es una misión imposible. Esto implica que los animales, sobre todo las nutrias por ser depredadores que se alimentan, fundamentalmente de peces, pero también, tejones, ginetas, algun gato montés, incluso jabalíes o perros asalvajados en busca de alimento, se ven obligados a sortear la calzada de la N-323.
Recientemente se puso de manifiesto que uno de los problemas para una posible reintroducción del lince ibérico en sierra Arana, muy cerca de Cubillas, era la inexistencia de pasos de este tipo en la carretera de Iznalloz. Los especialistas consideraban que este tipo de infraestructuras, que canalizan a los animales hacia esos pasos, son fundamentales para la pervivencia de la fauna silvestre. De hecho, hay linces que llegan a zonas próximas al Cubillas porque hay pasos en la A-44.
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