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ANDALUCÍA EN EL DIECISÉIS

Clima siciliano

La teoría de que nada de lo que parece es real se ha instalado en la política andaluza. Puede que se deba al tufo de unas terceras elecciones generales o quizás a esos afanes por lo teatral de nuestros líderes políticos

Lola Tortosa

Domingo, 11 de septiembre 2016, 00:22

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La teoría de que nada de lo que parece es real se ha instalado en la política andaluza. Puede que se deba al tufo de unas terceras elecciones generales o quizás a esos afanes por lo teatral de nuestros líderes políticos. O todo a la vez. Preparan las armas de la tercera contienda electoral al tiempo que salen a escena como actores secundarios del interminable 'reality show' de la política nacional. Pero lo cierto es que solo juegan a desconcertar. ¡Y les encanta!

En este contexto no debería sorprendernos la desconfianza desplegada por el portavoz de Ciudadanos, Juan Marín, en la antesala de conversaciones con el Partido Popular a instancias de su líder regional, Juanma Moreno. Si hiriente debió ser para este que Marín gritara como un enamorado al pie del balcón de Verona: «La señora Díaz es de fiar»; más humillante ha debido ser la puñalada del día siguiente, cuando aclaró por qué lo dijo: «Es que Moreno me la ha jugado varias veces». Marín ha propiciado un clima siciliano desconcertante para la cita este miércoles entre los dos grupos parlamentarios, una reunión al más alto nivel, con los dos líderes incluidos y sus portavoces y asesores. Un clima de vendetta inexplicable, salvo que se trate de un paripé.

Lo obvio es pensar que lo hace para tranquilizar al PSOE, con quien mantiene intacto el pacto de gobierno y negocia unos presupuestos para 2017 donde volverá a colgarse la medalla de la bajada de impuestos. Una medalla que no quiere compartir con Moreno, está claro, por mucho que este se empeñe.

También es evidente que Ciudadanos sigue en su estrategia de equilibrios para mantenerse como el niño en el bautizo y el novio en la boda de la política regional, como la sal de todas las salsas. Por un lado apuntala al PP en Málaga y Almería y por otro sostiene al PSOE en la Junta, sin dejar de meter el dedo en el ojo a cada uno de vez en cuando. No vayan a creerse ustedes... Y hay que recordar: PP y Ciudadanos no suman nada en el Parlamento andaluz para sacar solos una iniciativa, pero sí pueden torpedear que salgan adelante las del Gobierno andaluz dadas las malas relaciones al día de hoy del PSOE con Podemos, con quien también suma mayoría absoluta.

Quizás Marín solo esté avisando a Moreno que no será su torpedo submarino para alterar la tranquilidad pasmosa que Susana Díaz exhibió este jueves a su vuelta de las vacaciones. Que se busque otro, viene a decir. Pero Moreno, ¿por qué aguanta tanto desplante del 'novio robado'? El 'chip' de las terceras, sin duda.

Si intrincada es la estrategia de PP y C's, no menos lo es la del PSOE de Susana Díaz. Marín es solo un aprendiz comparado con ella, la gran artista del enredo. La primera sesión de control al Gobierno andaluz en el Parlamento se vivió como si se tratara de un 'thriller' del que se esperase un final sorprendente y luego decepciona. Susana Díaz no quiere terceras elecciones (en las segundas perdió en Andalucía frente a Moreno), tampoco ve viable un gobierno en solitario del PSOE con 85 diputados cuando la mayoría absoluta es de 176. Es decir, blanco y en botella: Que gobierne el PP. No hay otra. Pero no lo dice, lo amaga y no lo dice. No quiere ser la primera en su partido en plantear una abstención que le dé cancha a Pedro Sánchez contra ella ante la militancia. Para justificarlo ante los otros 'barones' del PSOE recuerda que Mariano Rajoy bloqueó con inquina su investidura. «No tengas tan seguro que serás presidenta», le dijo Rajoy el 24 de abril de 2015. Clima siciliano, insisto. Entonces y ahora.

La presidenta parece apuntarse también al desenlace tras las elecciones vascas y gallegas, confiada en que sea el PNV el que mueva la pieza definitiva para que gobierne el PP. Lo que resulta inexplicable es por qué Susana Díaz, con su silencio, busca aparentar que ha borrado su perfil protagonista del 'facebook' nacional. Siempre ligó su constante afán de presencia y voz en Madrid al papel decisorio de Andalucía en el devenir de España. ¿Se debe su silencio a que Andalucía ya ni pincha ni corta como le dio a entender a Moreno cuando le tildó de «pueril» por plantear lo contrario? Moreno le devolvió la pelota: Tú me pides la cabeza de Rajoy y yo te reclamo que tus 20 diputados rompan la disciplina de voto. Todo imposible. Luego, en su constante juego de contrarios a lo Ionesco, Susana Díaz dejó caer a los periodistas que ayudará para que Andalucía participe del desbloqueo. Quizás, sencillamente, no sepa cómo hacerlo todavía.

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