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Lalia González-Santiago
Martes, 9 de agosto 2016, 01:42
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La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, inició ayer un par de semanas de vacaciones, «sin agenda» en lenguaje oficial, tras un acto en el astillero de Navantia en Puerto Real, donde la compañía pública naval entregó a Iberdrola un hito industrial, la primera subestación eólica marina que construye ese centro y que abre nuevas perspectivas a la factoría. La presidenta se fue sin hacer declaraciones, firme en su posición de no alimentar en debate político acerca de la posición del PSOE en la investidura de Mariano Rajoy y sabedora de que permanece en el ojo del huracán, tanto por la fuerza del PSOE andaluz en el federal como por sus posibilidades de sustituir a Pedro Sánchez como secretaria general socialista.
Díaz quiere mantenerse al margen del debate, pero no es de extrañar que la controversia le alcance: Ciudadanos, que también presiona al PSOE para lograr una abstención que justifique y ampare su propia postura de dejar gobernar a Rajoy y evitar las terceras elecciones, saca a relucir que necesita su apoyo para sacar adelante los Presupuestos de la comunidad y le impone nuevas condiciones, además del cumplimiento absoluto del pacto que hizo posible las cuentas públicas de 2015.
El principal caballo de batalla volverá a ser fiscal. Juan Marín, el líder andaluz de C's, reclama la reducción de medio punto del tramo autonómico del IRPF, mientras que la Junta se niega a nuevos recortes en esta materia y fuentes de la Consejería de Hacienda indican que no se contemplan. Pero, sobre todo, Marín exigirá el cumplimiento del acuerdo. Si no es pleno, y hasta ahora él lo ha cifrado en el 60% en unas declaraciones a Europa Press, no se sentará a hablar del siguiente.
Marín, que reconoció «dificultades», considera que «nosotros apoyamos el de 2016 porque nuestras propuestas fueron incluidas, pero exigimos su ejecución. A partir de ahí, hablaremos de 2017».
De momento «no hay nada ni hablado ni acordado para este nuevo presupuesto», dijo, en el que C's pedirá también invertir en «infraestructuras productivas», como la autovía del Olivar o la conducción de la presa de Rules, y en mantener recursos educación, sanidad, dependencia, pymes y Justicia, declaró
El presidente andaluz de C's negó sin embargo que la situación nacional influya en su posición: «Andalucía no es moneda de cambio en el contexto nacional», dijo, «y no es cuestión de distanciamiento sino de entendimiento de lo que nuestra comunidad necesita para avanzar en materia de creación empleo y garantía de servicios públicos».
Asimismo, Juan Marín recordó que C's va a incluir en las negociaciones presupuestarias que se «siga cumpliendo» el acuerdo de investidura, con la ley electoral, la ley de agroindustria o la reforma de la RTVA como asuntos destacados.
Sin embargo, fuentes del Gobierno andaluz son optimistas y creen que no habrá dificultades para alcanzar el acuerdo presupuestario, puesto que aún queda por desarrollar en este ejercicio la reforma del impuesto de sucesiones ya iniciada, para eliminar el llamado «error de salto» y subir el mínimo exento, y aún queda mucho camino negociador por recorrer.
En cuanto al endurecimiento de la posición de partida del partido naranja, estas fuentes la consideraron «un poco de postureo, muy propio de agosto».
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