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Andalucía cuenta con una comunidad investigadora de alto nivel de excelencia y de presencia internacional.
El nuevo plan andaluz de investigación, en busca de dinero privado

El nuevo plan andaluz de investigación, en busca de dinero privado

Andalucía ha conseguido una comunidad científica de alta cualificación y precisa comprometer a las empresas en la inversión en I+D+i

Lalia González-Santiago

Martes, 3 de noviembre 2015, 01:09

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No hay un discurso o análisis que no hable de la necesidad imperiosa de avanzar en I+D+i, investigación, desarrollo e innovación, para lograr un modelo económico de futuro, no deslocalizable. Para ello ha de tener un papel fundamental el nuevo Plan de Investigación andaluz, el PAIDI, el cuarto que se pone en marcha, que se enfrenta al reto de consolidar los logros de los planes anteriores y que debe además suplir los recortes sufridos por estas políticas. El plan anterior concluyó en 2013, y aunque los proyectos en marcha no murieron, la ralentización ha pasado factura a una comunidad científica numerosa, esforzada y cualificada, pero que precisa recobrar estímulos y medios, es decir dinero. El nuevo plan sale ahora a exposición pública para recoger las aportaciones de los sectores implicados, con intención de ser aprobado antes de que acabe el año, según ha declarado el consejero de Economía, Antonio Ramírez Arellano, y con la captación de fondos del sector privado como gran reto.

Andalucía cuenta con una comunidad investigadora de alto nivel de excelencia y de presencia internacional. Es la tercera autonomía que más aporta en términos absolutos, tanto en gasto en I+D nacional como en el número de investigadores, después de Madrid y Cataluña. Son datos procedentes de la evaluación del Instituto de Estudios Sociales Avanzados del CSIC los que avalan esta afirmación, que no es producto de 'botafumeiro': El número de grupos de investigación aumentó durante el último PAIDI (2010-2013) en un 23,7% y llegó a alcanzar los 2.153, en los que trabajaban 27.300 personas. Ahora son algo más, 2.200, con unos treinta mil investigadores en sus filas. Periódicamente son noticia con hallazgos relevantes que quizá, por la escasa atención que se presta a la ciencia, no tienen el eco que merecen.

Artículos científicos

La producción de artículos científicos ha crecido, hasta el punto que las universidades andaluzas son las que más aportan, un 66,3% del total en datos de 2012. Esto habla, según la evaluación avanzada citada, de un buen nivel de eficiencia del colectivo investigador andaluz: aunque representa el 11% del total nacional, su producción fue el 13% de la nacional.

Asimismo, se ha avanzado en la profesionalización de la actividad investigadora, gracias a los proyectos de investigación en excelencia y el refuerzo de las capacidades de los científicos. Así lo indica la lectura de tesis doctorales, entre las que destaca las procedentes de investigadoras, el 51,8% del total.

También ha mejorado la captación de fondos en programas competitivos, especialmente europeos, en una proporción más alta de la media española, y crece la transferencia tecnológica y la relación universidad-empresa, una de lo más persistentes 'matras' del discurso sobre I+D+i: ya más de la mitad de los grupos de investigación afirma haber participado al menos en una actividad de transferencia, sobre todo asesoramiento (38%), proyectos contratados (34%) y proyectos cooperativos con financiación pública (30%). Por parte de la empresa, un 50% manifiesta haber tenido relación con las universidades y centros públicos. El asesoramiento informal es la actividad más destacada, con un 32%.

Asignatura pendiente

Con todo, la participación de dinero privado en el gasto en I+D sigue siendo la gran asignatura pendiente en Andalucía, una comunidad de escaso tejido empresarial y demasiado acostumbrada a la subvención. Revertir esta mentalidad es una de las claves de la política de Ramírez Arellano. Ahora mismo, la inversión pública supone la mayor parte de este gasto, con un 63,2% frente al 36,8% del sector privado, mientras que a nivel nacional este balance está más equilibrado (46,9 de gasto público y 53,1 privado). En Europa un 70% del gasto en I+D+i procede de empresas, por lo que el objetivo de la Junta es alcanzar lo que viene marcado la Agenda por el Empleo en el Horizonte 2020, es decir que el 50% de la financiación venga de dinero privado.

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