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Miguel Cárceles
LAS NEGRAS, NÍJAR
Sábado, 7 de abril 2018, 12:52
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Los padres de Gabriel Cruz, el pequeño de 8 años que murió presuntamente asesinado por la pareja de su padre, Ana Julia Quezada, han expresado su alivio tras conocer que la autopsia revela entre los datos más relevantes, que el menor murió «en la primera hora» después de su desaparición el martes 27 de febrero. A su juicio, han valorado esta mañana, «Es difícil llegar a dar una respuesta sin que se nos encoja cada poro y pelo de nuestra piel», admitía Patrícia Ramirez, madre del pequeño, en una rueda de prensa concedida a los medios de comunicación en el hotel Cala Grande de Las Negras, en Níjar, a unos cinco kilómetros de la casa familiar de la que desapareció el menor.
«Hemos sentido mucho miedo durante 13 días cada minuto, cada hora y cada día. Teníamos pensamientos sobre cómo podría estar Gabriel, si estaba retenido, si le daban de comer, si tenía frío o miedo, si estaba drogado o estaban abusando de él. Incluso si estaba en el fondo de una balsa...», ha confesado Patricia. Sin embargo, y tras conocer el trágico desenlace, les «reconforta» el hecho de saber que «no tuvo tiempo de sufrir» y que «murió siendo feliz hasta ese momento». «Ha solventado mucha de nuestras dudas».
La madre del pequeño ha confesado que ella «de alguna manera» sospechó desde el principio de la posibilidad de que Ana Julia Quezada, la asesina confesa del menor, pudiera tener que ver con su desaparición. «Al principio sospechábamos de todo el mundo, pero poco a poco fuimos viendo cosas. Desde luego lo que no imaginaba nunca era el desenlace final. Jamás me pude imaginar que podía haber fallecido el primer día y que hubiéramos vivido 12 o 13 días de engaño y dureza. Porque aparte del daño por la pérdida de Gabriel, tenemos el daño por tenerla a nuestro lado para intentar consolarnos».
Sin embargo, el padre del pequeño, Ángel Cruz, si que ha admitido que jamás sospechó de su pareja. «No, yo dormía con ella por las noches y me consolaba».
La desaparición y muerte del pequeño Gabriel Cruz está siendo investigada en el Juzgado de Instrucción Número 5 de Almería. Tanto los padres como la abuela paterna del menor testificaron hace pocos días en las diligencias, una vez Ana Julia Quezada confesó el crimen ante el instructor. La causa continúa secreta, razón por la que el abogado de la acusación particular ha declinado efectuar declaraciones al respecto.
Gabriel y Patricia han reconocido tener sentimientos de «rabia y dolor» pero mostraron su «frustración, tristeza y pesar» por el impacto que los hechos de la 'Quema de Judas', un acto tradicional que en esta ocasión se efectuó con un pelele simulando la figura de la autora confesa del crimen, pueda tener en niños y niñas. Por ello han conminado a que la rabia y el dolo «no ganen al sentido común de proteger a niños y niñas». «La rabia y la maldad traen más rabia y maldad». Por ello agradecieron las disculpas que el Ayuntamiento de Coripe, en Sevilla, lugar en el que acontecieron los hechos, les han hecho llegar a la familia.
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