La Guardia Civil sanciona a más de 150 personas por maltrato animal en Almería

Entre otros aspectos, los investigadores de la Benemérita detectaron en la propiedad del acusado un «fuerte olor a animal muerto», observaron también excrementos, restos de pelo, orines y restos de huesos tirados por el suelo, así como botes de pintura reciclados para ser usados como bebederos, de forma que los que no estaban vacíos, contenían agua «de color verde».

En definitiva, condiciones en las que ningún ser vivo podría sobrevivir durante mucho tiempo.

Este es sólo uno de los casos de maltrato animal que se han denunciado este año en territorio almeriense. Pero la provincia ha contabilizado a lo largo de este 2017 episodios tan denigrantes hacia lo animales como el acontecido el pasado mes de julio en Garrucha, donde un hombre de 82 años se dirigió durante la noche del 4 de julio a la casa de un familiar y accedió sin su consentimiento a la azotea de la vivienda, situada en la tercera planta y con acceso directo desde la vía pública, y causó la muerte de un perro al arrojarlo hacia la calle.

Frente al maltrato animal las herramientas más importantes son la concienciación social y el papel que juegan los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad para poner fin a la actividad de los maltratadores. En este sentido, la labor realizada por el Servicio de Protección a la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil, apoyados por las patrullas de los diferentes acuartelamientos, ha permitido detener a lo largo de este año a dos personas acusadas de casos muy graves de maltrato animal, al tiempo que ha interpuesto 157 infracciones de carácter leve. Estas últimas infracciones recogen conceptos que no sólo serían maltrato, sino otros como la falta de identificación del animal, ausencia de bozal o la no vacunación, entre otros muchos.

A ello hay que sumarle que en Almería el pasado año un total de 20 personas rindieron cuentas ante el juez acusados de maltratar a algún animal o a varios a la vez, como los dos jóvenes que acabaron con la vida de 79 lechones en Huércal-Overa al saltar sobre ellos mientras uno de ellos lo grababa en vídeo. Ahora se enfrentan a una petición de dos años y medio de prisión.

Desde la Guardia Civil señalan que en la actualidad «hay menos casos de maltrato» pero las redes sociales han provocado que todos o casi todos salgan a la luz y haya más conciencia social. En este sentido, apuntan a que la mayoría de las infracciones por maltrato animal se registra en «animales de compañía y en menor medida por ir contra la normativa de animales peligrosos». Los casos más graves son los «gatos y los perros» los peor parados.

Y sobre el perfil de las personas imputadas por maltrato suele haber una característica común que más o menos se suele repetir, «son personas reincidentes por lo general». Desde el Seprona indican que en el 99% de los casos más graves de maltrato está detrás «un varón, de entre 16 y 30 años, con poca formación y cuyo trabajo está paradójicamente relacionado con los animales». Este es el perfil que más se repite en los casos de maltratos contabilizados en la provincia. «El Código Penal ha puesto más fácil la imputación de los maltratadores, cuyas sanciones pueden acarrear penas de hasta dos años de prisión», indican desde el Seprona.

El Código Penal recoge, asimismo, el abandono como un delito leve o tipo atenuado del maltrato de animales y conlleva multas de uno a seis meses. Abandonar a los animales, anteriormente castigado como una simple falta, no entiende de fechas ni de calendario, pero los meses de junio, julio y agosto se llevan la palma en cuanto al número de llamadas a las protectoras.

«Hemos recibido una media diaria de cinco avisos por abandono de animales», señala Marga Callejo Marcos, portavoz de la protectora de animales Huella Roja. Este colectivo fue fundado en 2011 y durante ese tiempo ha conseguido dar en adopción a 2.000 animales.

Según indica Marga Callejo, muchos de los avisos que han recibido durante este verano eran de los propios dueños que querían deshacerse de sus mascotas con la llegada de las vacaciones. En este sentido, Huella Roja «es muy estricta» a la hora de dar en adopción cualquier perro que rescata. «La persona interesada tiene que pasar un cuestionario, una entrevista personal y firmar un compromiso de esterilización del animal», indica la portavoz de la protectora, al tiempo que señala que ningún perro sale en adopción sin llevar puesto el microchip.

Cualquier herramienta para evitar abandonos de animales es poca. «Después de dar en adopción a uno de los nuestros perros, realizamos seguimiento de su evolución para certificar que su cuidado es el correcto», atiende Callejo, quien señala que «la mayoría de adopciones afortunadamente terminan con un final feliz».