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Catalá, el ministro talismán de Amat

Catalá, el ministro talismán de Amat

Con su mera presencia, el político ha hecho las veces de potente amuleto de la suerte

pepe fernández

Domingo, 17 de mayo 2015, 16:58

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Un talismán es un objeto, figura o inscripción al que se le atribuyen poderes mágicos, que suele traer buena suerte a quien lo tiene en su poder. Así habría que definir la figura del ministro de Justicia, Rafael Catalá, si tenemos en cuenta los efectos balsámicos producidos últimamente con su presencia en Almería, en la biografía judicial de Gabriel Amat, líder del Partido Popular.

Sus recientes viajes electorales a la provincia han coincidido con un rosario de decisiones judiciales que, en un plis plas, han servido para dejar inmaculada la imagen política del presidente de la Diputación y alcalde de Roquetas. Ya pueden ir guardando los enemigos de Amat las esperanzas que muchos albergaban de ver repetido en Almería un Caso Fabra (Castellón) o un Caso Rus (Valencia). La señora de la balanza y los ojos vendados, siguiendo el pestilente corredor mediterráneo de la corrupción, se ha parado en seco en Murcia, sin traspasar siquiera la línea administrativa que discurre por Cala Cerrada.

Un preciado talismán, el sr. Catalá, que, con su mera presencia, ha hecho las veces de potente amuleto de la suerte. No me negarán las gentes del PP que se ha hecho acreedor para que en el futuro su nombre quede perpetuado en mármol de Macael en la fachada de la futura sede judicial de Roquetas, la misma que se ubicará en la avenida José Amat Benavides, en memoria del padre del alcalde.

¿No le puso Juan Enciso una al ministro Jaume Matas en el paseo marítimo del Levante de Almerimar siendo ambos del PP? Pues eso.

La baraka de Amat

Varios han sido los acontecimientos procesales positivos para Amat que, en pocas semanas electorales, han aflorado en Almería. El mismo 18 de marzo, día en el que Catalá, entre mitin y mitin, mantuvo reuniones con los agentes jurídicos y judiciales de la provincia, el fiscal firmaba un demoledor informe en el que, tras desmontar los argumentos de la defensa de Amat y reconocer la existencia de los delitos mantenidos por la acusación, acababa no oponiéndose el archivo provisional de la pieza separada de La Fabriquilla.

A los pocos días se conocía un descafeinado informe de la Udyco, referido a la Trama Amat, guardado desde febrero por la jueza, en el que se reconocía la existencia de un entramado de empresas vinculadas al alcalde, pero que desprendía un tufillo policial claramente favorable al archivo o al inicio de una nueva macro investigación; la misma que la Policía no ha querido o no ha podido realizar en casi veinte meses, tal y como había ordenado el Juzgado y pedido la Fiscalía del TSJA.

Unas semanas después, en mitad de la campaña para las municipales, una nueva visita de Rafael Catalá volvía a traer una vez más la baraka -suerte providencial- al líder del PP imputado. El ministro, que pisó el investigado Teatro Auditorio respaldando su candidatura popular, trajo de nuevo la fortuna judicial para don Gabriel. Pocas horas después del mitin, un sorprendente auto de la jueza encargada del caso La Fabriquilla, la joven almeriense, dicen que «de buena familia», María del Mar Alejo Rico, dictaba el archivo provisional de la causa, intentando con su firma levantar las imputaciones que habían durado meses.

El denominador común de todas las actuaciones de la Justicia siempre ha sido el mismo: se reconoce la existencia de los delitos denunciados, pero en todas ellas quedaba de manifiesto la inexistencia de autor o autores de los mismos. Delitos en busca de autor, se podría llamar esta película en la tierra del cine.

Especialmente llamativo ha resultado el argumento base usado por la jueza para desimputar a Amat y sus concejales: son «analfabetos en materia urbanística». ¿Y los técnicos asesores? Pues no ha podido acreditarse que la sentencia del TSJA, prohibiendo urbanizar diez solares, llegase oficialmente un día antes de que el Ayuntamiento concediese las polémicas e ilegales licencias según el TSJA. Un auto, han dicho desde IU -único partido que se ha mojado-, «cogido con pinzas».

Como Gil en Marbella

No obstante, pese a los tres días hábiles para recurrir, la acusación AMAyT y Margarita Kaiser han decidido presentar recurso de reforma, susceptible de apelación posterior ante la Audiencia en caso de no ser aceptado por la jueza. En ese supuesto, continuarían vigentes las imputaciones durante meses. El viernes pasado, quedaba depositado en el Juzgado Nº 1 de Roquetas el correspondiente recurso donde se pretende desmontar, desde el punto de vista jurídico, el auto de archivo. Con abundante jurisprudencia al respecto -prevaricación urbanística por omisión- hace especial hincapié, entre otras cosas, en el hecho de que el Ayuntamiento, una vez conocida la sentencia del TSJA, no procediese a la suspensión de las licencias y, de inmediato, a una revisión de obligado cumplimiento, aseguran fuentes de AMAyT, que anuncia que mantendrá su acusación hasta el final. Un caso, dicen, al sucedido en Marbella con las licencias ilegales que daba Jesús Gil.

También desmontan la supuesta ignorancia de Amat en materia urbanística, recordando que, además de tener al secretario municipal, lleva 20 años de alcalde, ha sido miembro de la Comisión Provincial de Urbanismo, delegado de Urbanismo del Ayuntamiento y, además, empresario promotor con relevante actividad en el sector.

De todos los asuntos judiciales que penden sobre la cabeza de Amat, tan solo permanece en fase de investigación el referido a la trama societaria del alcalde, su familia y socios.

La jueza ha remitido una providencia a Fiscalía en la que le pide su pronunciamiento final o bien determine las diligencias a practicar. Dependiendo de lo que diga el Ministerio Público, en caso de proseguir con las investigaciones del entramado societario reconocido por la Udyco, a Gabriel Amat le quedará, aprovechando su racha de buena suerte, echar mano nuevamente del ministro-talismán con motivo de la siguiente campaña electoral de septiembre para las Generales y, quizás, nuevas autonómicas.

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