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MARÍA TORRES
Domingo, 3 de mayo 2015, 01:42
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Han pasado casi cinco años desde que la familia Lupiáñez decidiera compartir con Adra y los abderitanos parte de su patrimonio etnológico más valioso y, desde entonces, nada sabe de su paradero. En el año 2010, poco después de su cesión gratuita al Ayuntamiento de Adra para su exposición en el Molino del Lugar, algunos de los objetos donados desaparecieron. El robo fue denunciado por el Ayuntamiento de Adra, pero los hechos siguen sin esclarecerse. Impotentes por la pérdida de distintos objetos centenarios y decepcionados por la falta de atención recibida, los Lupiáñez exigen responsabilidades.
Albarcas, cencerros, espuertas, utensilios para trabajar la piel y un sinfín de herramientas integraron la cesión acordada con el Ayuntamiento de Adra. Todas están relacionadas con las costumbres más arraigadas de la zona, se hicieron a mano y algunas datan del siglo XIX. Cuantificarlas hoy resultaría complicado.
Según la familia, no constan en ningún inventario. Son, en cualquier caso, piezas de un valor «incalculable». «Sentimentalmente, no hay dinero para pagarlo. Son cosas que elaboraron artesanalmente mis padres, incluso, mis abuelos. Son piezas tan antiguas que ya no se hacen», reconoce Elodia Lupiáñez, miembro de esta familia con raíces alpujarreñas.
Parte de las piezas donadas fueron robadas antes de su exposición y el resto continúa integrando la muestra etnológica que da contenido al Molino del Lugar, uno de las visitas turísticas obligadas que oferta la antigua Abdera.
«Había tres llaves del Molino y la cerradura no estaba forzada. No puede ser tan complicado averiguar algo de lo ocurrido», apunta. La familia Lupiáñez ha presentado una docena de instancias en el Ayuntamiento para solicitar información sobre lo ocurrido o para conocer la responsabilidad que debe asumir el Consistorio ante este caso, algo que no contempla el convenio firmado.
La primera, en 2010 y la última, en febrero de este mismo año. A lo largo de este tiempo, solo han sido atendidos en una ocasión por la que fuera alcaldesa de Adra en su momento, Carmen Crespo, y posteriormente por el actual alcalde, Enrique Hernando, según su testimonio.
«Por el momento no vamos a denunciar, preferimos dialogar, pero no entendemos tanta dejadez por parte de nuestros dirigentes políticos porque no lo merecemos», añaden los Lupiáñez.
El Consistorio, por su parte, ha optado por dar la callada por respuesta y no valorar el asunto.
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