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La proliferación de las plantaciones de olivar en la provincia de Almería, un boom que ha multiplicado por 16 la superficie dedicada a dicho cultivo en los campos de Filabres-Alhamilla.
El olivar en el campo de Tabernas se multiplica por 16 en apenas un lustro

El olivar en el campo de Tabernas se multiplica por 16 en apenas un lustro

El GEM insiste en que los sistemas de cultivo «superintensivo» de la zona están esquilmando el acuífero de Aguas por los mayores bombeos

Miguel Cárceles

Sábado, 27 de septiembre 2014, 00:26

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Los campos de la depresión existente entre Los Filabres y Sierra Alhamilla, entre Tabernas y Sorbas, han sido objeto de una espectacular mutación en la última década. Miles de olivos han poblado las amplias extensiones de terreno existentes hasta el punto de haber elevado la producción oleícola un 25% en la provincia de Almería sólo en los últimos cinco años hasta llegar a los 11.850 toneladas en la campaña 2013-2014.

Según los datos de la memoria del Plan Hidrológico de las Cuencas Mediterráneas Andaluzas (2009), en el momento en el que se redactó existían 221 hectáreas de olivo de regadío en la comarca de Filabres-Alhamilla. En 2012, y según los datos del Instituto de Estadística de Andalucía, entre los municipios de Lucainena de las Torres, Tabernas, Tahal y Uleila del Campo, la superficie de olivos en regadío alcanzaba ya las 3.679 hectáreas, 16 veces más. «Esta superficie continúa aumentando en la actualidad y afecta a grandes extensiones con sistemas de cultivo superintensivo», alertan desde el Grupo Ecologista Mediterráneo (GEM).

Esta novedosa situación ha sido alertada en dos ocasiones a la Delegación Territorial de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente en sendos escritos presentados este verano y ante los que el colectivo ecologista aún espera respuesta. «Nada más hay que verlo, los olivos han crecido una barbaridad», indica José Rivera, presidente del GEM.

Según la organización conservacionista, el crecimiento exponencial de la superficie de olivos en regadío supone un impacto crucial para el ecosistema y, de forma especial, para la pervivencia de acuíferos amenazados en el subsuelo de la comarca. Especialmente a la masa subterránea de Aguas. Esta amenaza, a su juicio, es la que les llevó el pasado 15 de septiembre a instar a la Fiscalía a que investigue la otorgación de permisos de cambio de uso del suelo de forestal a agrícola en la zona. El Ministerio público abrió diligencias de investigación el pasado día 18 para observar si, tal y como alertó el GEM, pudiera estarse cometiendo un presunto delito de prevaricación por parte de la Administración autonómica.

«Basándose en datos del año 2008, el Plan ya indicaba que el acuífero estaba sobreexplotado, por lo que el índice de explotación actual [con las nuevas dimensiones de los cultivos de olivar] debe de ser mucho mayor del que se encuentra en dicho informe», alertaron desde el GEM a Medio Ambiente dos meses antes de la interposición de la denuncia ante la Fiscalía Provincial.

«Estimamos que tales autorizaciones», las que se han otorgado en los últimos años para los cambios de uso del suelo, «no se deberían haber concedido por tratarse de un acuífero en mal estado cuantitativo». De hecho, conminaron a la Junta de Andalucía hacer valer su obligación de «tomar medidas para impedir que se continúe agravando el problema». «En la situación actual y mientras continúen las extracciones actuales del acuífero para el riego de los cultivos existentes y los que se planean en un futuro inmediato», alertan, será imposible alcanzar un buen estado del acuífero subterráneo, previsto en el plan de cuenca para 2027.

Los planes de cuenca, como al que hacen referencia desde el GEM, son planificaciones para mejorar la situación de los acuíferos de cada una de las cuencas. El último redactado para la Cuenca Mediterránea Andaluza identifica una masa de agua subterránea bajo los términos municipales de Uleila, Tahal, Tabernas y Lucainena de las Torres del que dependen «destacados ecosistemas y el abastecimiento de numerosas poblaciones». Entre ellos están el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar, los Karst en yesos de Sorbas y la Sierra de Cabrera-Bédar. El primer informe de la Directiva Marco del Agua -la norma europea que obliga a un buen estado de las aguas para 2015- ya dictaminó fuertes presiones de extracción agrícola y determinó, ya por aquel entonces, en 2005, que sería difícil cumplir con el objetivo marcado por Europa, apuntan desde el grupo ecologista en otro escrito presentado ante la Junta. «Los sondeos destinados a abastecimientos de varias localidades que obtienen el recurso de este acuífero se han visto obligados a profundizar o reubicar sondeos para poder seguir garantizándolo». El colectivo ecologista cree que la sobreexplotación del acuífero es «tres veces más de la recarga natural».

La Delegación Territorial de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente de la Junta de Andalucía en Almería ha procedido a una revisión de varios expedientes de cambio de uso del suelo. Asimismo, tras conocerse la apertura de la investigación fiscal, ha comunicado que va a solicitar una inspección extraordinaria que certifique la legalidad de los cultivos en las enormes extensiones de terreno de los campos de Tabernas.

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