8: El regalo envenenado: seguir con un AVE recortado o retrasarlo todo

Ese regalo envenenado se repite en otra infraestructura comprometida para 2023: la reconversión de la línea convencional con Granada en una vía renovada en ancho internacional. Un 'no-AVE' que, sin embargo, abarataría el coste de ejecución de los 2.500 millones presupuestados para una línea de AVE completa, la planificada por el exministro socialista José Blanco, hasta los 365 millones. Volver a la planificación inicial supondría retrasar la puesta en marcha de la infraestructura mejorada con Granada, elevar su coste a cifras muy elevadas en años de constricción presupuestaria y retrasar la puesta en servicio del Corredor Mediterráneo completo, desde Algeciras y hasta la frontera francesa.

Donde no debiera haber problemas es en mantener los planes actuales de soterramiento (inicialmente sólo en El Puche y, para 2023, hasta la avenida del Mediterráneo). El proyecto ha sido defendido con vehemencia por parte del Ayuntamiento de Almería y, además, cuenta con el visto bueno de otra administración socialista, la Junta de Andalucía. Algo parecido ocurriría con la conexión ferroportuaria. El proyecto inicial lo lanzó el PSOE. Y el Ministerio de Fomento, bajo los mandos de Íñigo de la Serna, se comprometió a desempolvarlo y a ejecutarlo de forma soterrada hasta, al menos, la Fuente de los Peces. Ambos planes han contado con una nula oposición por parte del PSOE que podría, sin contradecir su discurso, mantenerlos.

Otra cosa bien diferente ocurriría con el Cercanías del Bajo Andarax, cuya viabilidad económica y social estudia a día de hoy la Consejería de Fomento de la Junta de Andalucía y que debería contar con fondos del Gobierno central. El proyecto está en un estadio absolutamente preliminar y nunca -ni bajo administraciones socialistas ni populares- ha estado ciertamente sobre la mesa.