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Sarah Lark, la tarde que presentó su última novela en la Librería Picasso de Almería, junto a algunos de los ejemplares de su obra. Debajo, en Café Cyrano, rodeada de los libros del local. J. M. G.
«Puedo dedicarme a lo que me gusta en una casa pequeña pero suficiente con 23 caballos, tres llamas, una mula y mis perros»

«Puedo dedicarme a lo que me gusta en una casa pequeña pero suficiente con 23 caballos, tres llamas, una mula y mis perros»

Entrevista a Sarah Lark, escritora

JOSÉ MARÍA GRANADOS

ALMERÍA

Domingo, 18 de febrero 2018, 00:11

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Cristiane Bohl (Bochun 1958) escribe al menos diez folios al día y cuida de sus caballos en una finca del municipio de Los Gallardos, cerca de Mojácar, en el levante de la provincia de Almería. Así es la vida que eligió seguir hace quince años, cuando descubrió un paisaje desde el que podía proyectar su talento de escritora y atender su pasión por los equinos. Su amor por los caballos ya lo había dejado claro tras sus primeros balbuceos: «La primera palabra que dije fue 'pony' en lugar de papa» y su talento como escritora está avalado por los alrededor de 400 libros publicados y traducidos a diferentes idiomas, el último el chino, mercado en el que Sarah Lark -el más conocido y popular de sus pseudónimos- no ha hecho nada más que desembarcar y que de consolidarse supondría un importante valor añadido a su obra «imagínate -bromea- que en cada casa de China hubiera un libro mío. Son casi 1.400 millones de habitantes».

La escritora alemana anda estos días ocupada con la presentación de su última novela 'Bajo cielos lejanos' que, según dice: «Se trata esta vez de una obra única, sin continuidad, un sólo título aunque vuelve a estar ambientada en Nueva Zelanda. Pero en esta ocasión lo hace en la época actual con una pequeña mirada al pasado, pero es actual. Espero que guste a mis lectores. Es una concepción diferente a las anteriores y tiene una parte basada en el presente. La fórmula es la de dos protagonistas y muchas aventuras». No esconde que la novela esta vez puede estar más cerca de adaptarse al cine: «ya que al estar ambientada en el presente es más fácil llevarla a la gran pantalla y parece que hay interés. Con obras anteriores era muy difícil porque es muy caro producir una película que recrea otra época y aunque había interés en hacerlo, al final no se hacía». Además, el situar a sus protagonistas en los escenarios de Nueva Zelanda tampoco debe facilitar mucho las cosas.

Almeriense

-¿Por qué Nueva Zelanda?

-La idea de ambientar las novelas en ese país viene de mis editores. Mi agente me llamó un día para sugerirme que buscara países exóticos y lo primero que le pregunté fue qué entendía por un país exótico, si podría ser cualquiera de África o la India o Australia... De todas esas partes ya había muchos libros escritos así que le dije Nueva Zelanda, un país simpático, sin la violencia que hay en otros y donde solo hay ovejas y perros ¿Por qué no? Y escogí Nueva Zelanda, en un momento además dulce porque con lo del rodaje del Señor de los Anillos se convirtió en un escenario fantástico. Lo cierto es que es un país fascinante.

-Al menos habrá estado allí...

-Sí, sí... claro. No he vivido pero sí he estado en Nueva Zelanda.

-¿Le resulta complicado describir escenarios en los que no vive?

-Tardo unas dos o tres semanas en plantear el libro. La documentación es básica y dedico tiempo a ello, aunque no sigo un método y suelo hacerlo sobre la marcha. Mientras escribo busco lo que necesito. Nueva Zelanda es un país relativamente joven y tiene una vida muy documentada. Puedes encontrar a mano, en internet, todos los periódicos editados, programas de teatro del siglo XIX... todo, todo está accesible.

-¿Y la historia que cuenta en 'Bajo cielos lejanos'?

-Es la de una periodista alemana que escribe para un periódico y va a Nueva Zelanda a investigar un caso criminal antiguo. Ella nació en ese país y tiene recuerdos perdidos como un accidente en el que murió su padre... y así, en su investigación, es cuando encuentra la verdad sobre su vida.

-¿Qué suele leer entre obra y obra?

-Me gusta la novela negra y la fantástica.

-¿En qué trabaja ahora?

-Trabajo en otro libro ambientado en Nueva Zelanda, pero también estoy con otro, esta vez con desarrollo en España y sobre la historia del Cid vista desde el punto de vista de un esclavo musulmán y que saldrá con la firma de Ricarda Jordan -otro de sus pseudónimos-.

-¿Cuántos libros ha publicado?

-Suelo escribir dos novelas al año. Tengo una idea, me documento, la desarrollo y la publico. Son ya unos 400 libros los que se han publicado, incluyendo casi la mitad sobre caballos y colecciones para niños y jóvenes.

-¿Vive sólo de la literatura?

-Ahora sí. Gano dinero y puedo dedicarme a lo que me gusta, a los animales y a escribir. Tengo un pequeño cortijo con una casa pequeña pero suficiente, veintitrés caballos, tres llamas y una mula, aparte de mis perros. Antes he trabajado en agencias de publicidad, redactando anuncios, escribiendo en periódicos y revistas... Soy optimista, tengo lectores fieles y no me preocupo en exceso por el futuro. Mis libros son atemporales, se pueden leer ahora y dentro de cincuenta años van a entretener tanto como lo hacen ahora.

Tecnología

-¿Se lee ahora menos que antes?

-Los tiempos cambian y estamos en una época de cambios digitales. Hay más libros electrónicos y además utilizamos herramientas diversas para leer, el ordenador, el móvil... También han aparecido otras formas, como el audio vox. A mi particularmente me gusta más leer que oír pero hay excepciones y los autores no debemos desdeñar esos otros medios que aparecen en nuestro horizonte.

-¿Sus libros van a un público concreto?

-Escribo lo que quiero escribir, sagas familiares, novela histórica... Pero hay una cosa que todos sabemos y es que el 80% de la gente que compra libros son mujeres y hay muy pocos libros que solo leen los hombres. El género de las sagas familiares se dirige a la familia y en las familias hay más mujeres que hombres. Eso no quiere decir que escriba sólo para mujeres o que no tenga lectores masculinos, los tengo y en teoría no distingo porque escribo sobre tierras exóticas, aventuras, personas... y eso interesa a todos, independientemente de su género.

-No siempre fue así...

-No, no siempre. Empecé con libros sobre caballos, para niños y haciendo cualquier trabajo que tuviera que ver con el libro.

-¿Y para cada cosa un nombre distinto?

-Empecé con el mío, Christiane Golh. Entonces escribía sobre caballos, equitación, cuidados... El nombre de Sarah Lark lo adopté para distinguir la autoría de las novelas centradas en Nueva Zelanda y el de Ricarda Jordan lo uso para las otras novelas, las que recrean la época medieval. Y no, no es un lío. A veces el cambio de nombre, porque también he usado otros, se ha debido a que los editores que tenía en cada momento querían un nombre distinto.

-Muchos nombres, pero una sola autora, es su propia trinidad...

-Soy autora y escribo. Ese es mi papel. Siempre lo he hecho, es algo que me gusta y además no dudo de que he tenido suerte. No todo es el trabajo individual. Sacar un libro es más complejo. No sólo hay que escribirlo, sino que no se puede ver ni leer si no se edita, si no se publica y para eso hay que formar parte de un equipo. Con un nombre o con otro, hay que tener y formar un equipo.

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