Borrar
La publicación llegó a contar con una imprenta y domicilio propios gracias a los suscriptores que pagaban mensualmente. IDEAL
'El Pito', aquel primer semanario satírico de la Primera República

'El Pito', aquel primer semanario satírico de la Primera República

Historias de Almería ·

Analizaba la realidad provincial y estatal desde el punto de vista de la crítica y la ironía y tuvo una vida corta pero que resultó muy intensa

VÍCTOR HERNÁNDEZ BRU

Almería

Domingo, 17 de diciembre 2017, 00:35

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Aunque no es, obviamente, una novedad del primer período republicano español, la realidad es que la prensa satírica encontró en aquella Primera República, incluida en el conocido Sexenio Revolucionario (1868-1874) su mejor caldo de cultivo. En aquel entonces, las leyes de prensa e imprenta se relajan, la Constitución imperante es la más permisiva con la opinión pública y publicada y, en general, los ingenios viven el momento de mayor permisividad legal en todo el siglo. En ese clima, Madrid y Barcelona ven desarrollarse una industria periodística basada en la sátira, hasta consolidar un género que, por otro lado, ya existía con anterioridad; con muchos años de anterioridad.

Sin embargo, Almería apenas había participado antes de esa tendencia periodística, basada en enfocar la realidad y la información cotidiana desde un prisma humorístico y con una acerada y afilada sensación crítica. Así las cosas, en enero de 1872, llega a la calle, en Almería, 'El Pito', un periódico que salía cada siete días y cuyo subtítulo de cabecera era 'Semanario satírico Independiente', en un nuevo ejemplo del mal uso que se ha llevado a cabo siempre en el ámbito periodístico del término 'independiente'.

La prensa almeriense no había tenido hasta ese momento un órgano de estas características

Está más o menos aceptado que 'El Pito' fue el inaugurador de este género satírico en la prensa almeriense. Un semanario que, ya en sus primeros números, mira al futuro con ambición, al declarar claramente que «se publica los domingos, con esperanzas de ampliarlo», lo cual no dejaba de ser un reto, puesto que la mayoría de la prensa local de la época no traspasaba la periodicidad semanal. No obstante, nunca llegará 'El Pito' a publicarse más de una vez por semana, entre otras cosas porque, con el final del Sexenio, las nuevas leyes de la Restauración restringirán mucho más el campo a lo satírico y el periódico dejará de existir. Dos reales debían pagar al mes los suscriptores de esta publicación, que tenía imprenta propia y domicilio en la Calle de la Vega, que también podían contratarlo trimestralmente, aunque el resultado era el mismo, puesto que el precio por los tres meses era seis reales.

Revolucionario

Será, 'El Pito', sin duda, un periódico que supondrá una revolución en la prensa almeriense, que hasta ese momento no había contado con ningún órgano de estas características. Sus secciones estarán relacionadas con el título de la publicación, habiendo así 'Pitazos', 'Pitadas', 'Pitos sueltos', 'Pitillos' y 'Variaciones de pito', todas ellas cargadas de ironía y crítica enfocada a los principales centros de poder e influencia de aquella sociedad almeriense, con especial dedicación al ámbito político. No se libran de su acidez los compañeros de la prensa de aquel entonces, a los que no duda en lanzar dardos envenenados, como por ejemplo con motivo de los insistentes rumores de la vuelta de la Monarquía. En esos días, publica 'El Pito': «Los que ahora saludan a Isabel y abogan por su hijo, ¿por qué no lo hicieron el 20 de octubre de 1862? Entonces no estaban sus patronos en el mando. Clarito: simpatías de conveniencias». También otro monarca, el entonces reinante Amadeo I de Saboya, será objeto de su análisis crítico, cuando en sus páginas se publica que «parece que tratan de uno que está de más, que debe irse, que se irá, y que si no se va no faltará quien lo eche (...) ¿Y si no hubiera venido? Bien que se lo decían diez y seis millones de españoles: bien que se debió oírlo, pero no hizo caso». Fue corta, la vida de 'El Pito', seguramente por una motivación que combinaba su ausencia de pelos en la lengua y de límites en la crítica y la sátira y la evolución de la situación política en aquella España de la Primera República.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios