La línea de Galicia se lleva casi la mitad del presupuesto de AVE para España este año

Sin embargo, las prioridades dibujadas -con dinero contante y sonante- en las cuentas públicas insisten en mantener como principal proyecto de obra pública en todo el país el de la Línea de Alta Velocidad entre Madrid y las principales ciudades de la Comunidad Autónoma de Galicia. Y la almeriense -el ministro pidió «más que tiempo, confianza y fe por parte de la sociedad», admitió- se mantiene relegada a una séptima posición con 89,1 millones de euros para este año.

En el PP -y en el Gobierno- insisten en que todo esto es así por la reprogramación a la que se ha sometido todo el proyecto en su totalidad: la rerredacción de los proyectos para adecuarlos a vía única; el lanzamiento de las expropiaciones, que aún no se habían ejecutado pese a los últimos seis años de gobierno monocolor conservador en La Moncloa; y la relicitación de los seis tramos en los que se ha subdividido de nuevo el proyecto. Debido a ello y a los inamovibles plazos burocráticos y de control de la contratación pública, no podrá volver a haber tajos abiertos hasta, como mínimo, finales de año. Y ello limita la capacidad de inversión.

Sin embargo, y sumando los fondos distribuidos entre los dos territorios por los que discurrirá la conexión ferroviaria almeriense al Corredor Mediterráneo, Almería y Murcia, se presupuestan cerca de 90 millones: 7,4 en Almería (no llega al 9%) y 81,7 en Murcia (más del 90%).

Galicia ha venido siendo en todos y cada uno de los presupuestos bajo gobierno del Partido Popular la joya de la corona. En los seis presupuestos generales aprobados bajo gobierno del PP, la Línea de Alta Velocidad a Galicia se ha llevado entre el 21,14% y el 27,66% del total de la inversión estatal en ferrocarriles. En este caso concentra, aproximadamente, el 45% de los fondos destinados a la construcción de nuevas líneas de AVE en el país. Solo los 611,17 millones de euros que asume la línea entre Olmedo (Zamora) y Orense ya son 7 veces el total de lo que planifica el Gobierno para todas las infraestructuras en territorio almeriense: 88 millones de euros.

El Gobierno pretende inaugurar esta nueva línea antes de que acabe el año próximo. Con ella, las cinco principales ciudades gallegas tendrían, de golpe, conexiones AVE con Madrid: Vigo, Pontevedra, A Coruña, Santiago de Compostela y Orense. Todas ellas están, a día de hoy, ya conectadas entre sí mediante un AVE interno en ancho nacional que cambiaría a internacional con gran facilidad -las traviesas así lo permiten-.

Junto al gallego, el segundo gran proyecto de infraestructura ferroviaria en asumir fondos es el AVE extremeño. No será como el resto: será en ancho ibérico, electrificado y vía única, pero permitirá mejorar los tiempos de viaje antediluvianos que padecen los usuarios de Badajoz y Cáceres. A día de hoy, un pacense tarda 5 horas y 28 minutos en llegar a Madrid en el mejor de los casos. Entre ambas ciudades hay unos 400 kilómetros (casi la mitad que entre Madrid y Girona, adonde apenas se tardan tres horas y media, dos horas menos).

Este AVE 'low cost' extremeño, una solución barata en tanto en cuanto Portugal no reactiva la conexión con la frontera en las mismas calidades que el AVE español, se llevará el año próximo cerca de 300 millones. La pretensión de Fomento es poderlo inaugurar en verano de 2019. Para entonces el viaje a Badajoz sería de 4 horas y 18 minutos (casi hora y media menos).

El Corredor Mediterráneo se llevará también unos buenos pellizcos. Pero la mayor parte de la obra se situará de Murcia hacia el norte. Los proyectos vinculados a la Línea de Alta Velocidad al Levante son los terceros con más fondos. Entre ellos se encuentra la llegada de la Alta Velocidad a Murcia, pero también las conexiones entre Valencia, Xátiva y La Encina, que permitirán trayectos de AVE por la vía litoral. En total son 243 millones de euros que se sumarán a los 161,5 del tramo Vandellós-Valencia y los 39,9 del Tarragona-Vandellós. En ambos tramos había verdaderos cuellos de botella que iban a impedir la circulación fluida de mercancías y trenes de pasajeros. Con las obras, contarán con doble vía y mutarán al ancho internacional para permitir el tránsito de trenes -mercantes o de viajeros- hacia el resto de Europa.

A estas grandes inversiones se suman dos proyectos muy avanzados: el de la variante de Pajares (en el acceso desde León a Asturias) que acortará 33 kilómetros el viaje a través de la Cornisa Cantábrica y el del tercer túnel entre Chamartín y Atocha, este para vías de AVE. Una vez culminado el túnel, los trenes procedentes de Andalucía o del Mediterráneo podrán continuar por vías del AVE hacia Zamora o León vía Chamartín sin necesidad de recurrir a los farragosos y lentos cambios de ancho en ambas estaciones, acortando los tiempos de viaje.

Según los calendarios que ha ido deslizando el ministro de Fomento en sus últimas visitas, el AVE Granada y Murcia llegaría este año, a Galicia llegaría en 2019, junto con la nueva vía a Badajoz. En 2021 se inauguraría el tramo de la Variante de Pajares y la nueva vía a Algeciras. Y en 2023 el AVE llegaría a Almería y a las tres capitales vascas -a todas a la vez-. Con ello, todo el Corredor Mediterráneo estaría culminado ese año, desde Algeciras y hasta la frontera francesa, pero con algunos tramos en calidades distintas. Por ejemplo, el Algeciras-Bobadilla o el Granada-Almería (para los que se han presupuestado escuetas partidas). En ambos casos, las vías serán convencionales cambiadas a ancho internacional, con algunas rectificaciones de trazado y con electrificación. Además, algunos tramos se mantendrán en vía única (también el Antequera-Granada o el Almería-Murcia).

Sin embargo, para que este calendario se cumpla es necesario que las previsiones presupuestarias se cumplan. El AVE entre Murcia y Almería requiere de casi 4.000 millones, y apenas hay ejecutados 800 que, por suerte, están en los tramos de orografía más difícil. Son los construidos bajo gobierno socialista. Mucho dinero y un calendario que aprieta. En Galicia, hasta ahora, está siendo posible.