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«A mi edad no solo tengo difícil encontrar trabajo sino también una ayuda»

S. G. H.

ALMERÍA

Lunes, 21 de mayo 2018, 03:02

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Un cúmulo de injusticias trufado con la mala suerte ha hecho que Mónica se encuentre hoy completamente desamparada ante un sistema que está convencida que pese a lo que dicen «no funciona». Lo asegura de manera tajante después de que lleve más de un año y medio de institución en institución solicitando ayuda y trabajo para poder sobrevivir.

Vive con su hija de 12 años, tiempo precisamente que lleva desempleada a pesar de ser diplomada en Empresariales y haber desarrollado parte de su vida laboral en las oficinas del antiguo INEM. Ha querido el destino que esta almeriense haya pasado en poco más de una década de reubicar laboralmente a personas paradas, a protagonizar ella misma una de las situaciones más diabólicas que se dan hoy en España: la de persona sin empleo, mayor de 50 años, con niños a su cargo y con sus prestaciones agotadas.

«Estoy bloqueada. Aunque tengo esperanzas en que me llamen de alguna bolsa de trabajo para las que he estudiado mucho, la verdad es que hay días que los tengo muy bajos, donde lo veo todo negro», explica Mónica. Cuenta que todo cambió al quedarse embarazada, tanto para bien como para mal. Casi coincidió la gestación de su hija con el fin del contrato de interinidad que le ayudaba a pagar facturas. Quiso la casualidad que en el séptimo mes de embarazo le llamasen de nuevo del Inem para volver a trabajar pero su 'nueva' situación, con un parto y el permiso de maternidad en ciernes, le hurtó de forma injusta la posibilidad de firmar nada. El sueldo de su marido y los problemas de su hija recién nacida le hizo centrarse en sus labores familiares.

La crisis económica y el divorcio la tienen hoy sin ingreso (solo una pensión alimenticia con la que paga el alquiler de su casa) alguno y con un vacío enorme en su currículo. Con 51 años lamenta que el mercado laboral esté cerrado para ella, así como también muchas ayudas. «Yo ya he asumido que las empresas privadas no me quieren. Y cada vez lo tengo más difícil con las prestaciones», dice esta almeriense, que se siente atrapada por su situación personal y una burocracia que le va a abocar a meses sin ingresos.

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