La tradicional Batalla de Flores volvió ayer a ocupar las calles de la capital para rendir un especial homenaje a la tradición y al folclore almeriense. Miles de niños y mayores aguardaron con ilusión la llegada de una comitiva de color formada por una decena de carrozas de enormes dimensiones -ocho metros de largo cada una- ambientadas en los carteles que a lo largo de la décadas han anunciado la Feria.
Pero como cualquier otro año, la batalla más pacifica que se recuerda no sería una verdadera fiesta si no contara con las flores que rinden tributo a la Virgen del Mar. En esta edición, la primera cuyo trayecto no pasó por el Paseo, al estar cortado al tráfico durante la semana grande de Almería, contó con alrededor de 20.000 claveles con los colores de la bandera almeriense, blancos y rojos, que los figurantes que viajaban en las carrozas se encargaron de lanzar a diestro y siniestro durante todo el trayecto.
La comitiva comenzó su recorrido pasadas las 19.30 horas desde la avenida Pablo Iglesias, para continuar por Obispo Orberá, avenida Federico García Lorca, y seguir por las calles Canónigo Molina Alonso, Artés de Arcos, Maestro Padilla, Doctor Carracido, Rambla Federico García Lorca, hasta finalizar en el Anfiteatro de la Rambla ante el aplauso de todos los asistentes.
El desfile
Las carrozas desfilaron ambientadas en los carteles que a lo largo de las décadas han anunciado la Feria Este desfile se completó con la música de la Banda Municipal, una charanga y los clásicos cabezudos
La Batalla de Flores, que cerró con los ya clásicos gigantes y cabezudos, fue adornada además con dos espectaculares pasacalles, figuras sorprendentes que evocaban motivos marinos muy mediterráneos.
A su vez, la oda a las tradiciones almerienses se vio entremezclada con la música y las indumentarias de los ocho grupos participantes en el 34º Festival Internacional de Folclore de Almería, que se sumaron al desfile, al tiempo que aportaron sabor y alegría al recorrido con los bailes más característicos de sus países de origen. Murcia, Ucrania, Portugal, México, Cuba, Osetia del Norte, Perú y el Grupo Municipal Virgen del Mar han estado representados a través de las coreografías y la música de estas agrupaciones tradicionales, muy aplaudidas por los miles de espectadores.
Este desfile se completó con la música de la Banda Municipal, la simpatía de una charanga y los clásicos gigantes. Una Batalla de Flores regada con miles de serpentinas y confeti, y en la que participaron varios centenares de figurantes, que tuvo su máxima atención en los motivos que adornaron las nuevas carrozas.
Y una vez acabados los claveles, el confeti fue entonces el perfecto sustituto, que acabó alfombrando las aceras de infinitos tonos ante la llegada de los servicios de limpieza.
Iconos de la ciudad
Otra carroza estaba centrada en la Alcazaba, el principal monumento de la ciudad. Y en la siguiente se mostraba la arquitectura del hierro de la Estación del Ferrocarril, que fue portada también de la cartelería. Y así sucesivamente hasta un total de diez grandes carrozas. Para el desfile se eligieron carteles desde el año 1955 en adelante, en un bello recorrido por la historia y los símbolos de la ciudad.
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