Borrar
La desaladora fue inaugurada en septiembre de 2011 y quedó inutilizable justo un año después, en las riadas de septiembre de 2012. M.C.
Acuamed encarga, tras seis años de parón, el anteproyecto para reparar la desaladora de Cuevas

Acuamed encarga, tras seis años de parón, el anteproyecto para reparar la desaladora de Cuevas

La empresa estatal licita un contrato de consultoría para evaluar el estado de la infraestructura y ampliar su capacidad en 15.000 metros cúbicos diarios

MIGUEL CÁRCELES

ALMERÍA

Viernes, 6 de abril 2018, 02:41

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Casi seis años después de la riada de aquel fatídico 28 de septiembre de 2012, Acuamed ha dado el primer paso para devolver al uso la desaladora del Bajo Almanzora, una infraestructura que costó cerca de 80 millones de euros y que apenas proporcionó agua durante tan sólo un año. El Consejo de Administración de la sociedad estatal Acuamed ha aprobado la licitación de un contrato de consultoría que supone -tras seis años de absoluto parón- la primera muestra de que algo se mueve en torno a esta polémica infraestructura. Seis años en los que la desaladora está incluso siendo objeto de una investigación judicial por la presunta adjudicación fraudulenta de contratos públicos inflados destapada en la operación Frontino, desarrollada por la Guardia Civil y que acabó con 13 arrestos y 16 registros policiales.

Una consultora de ingeniería se encargará de evaluar los «daños» existentes en la infraestructura y redactar posteriormente el anteproyecto de reparación de la planta. «Partiendo del estado actual de la planta desaladora de Bajo Almanzora, este contrato es necesario para llevar a cabo la reparación y puesta en servicio de la citada instalación. Para ello ha de realizarse una evaluación detallada del estado y de los daños de la instalación, que permita definir el alcance y las prescripciones técnicas de los trabajos de reparación y puesta en marcha, que se completará con un período de mantenimiento y operación a modo de período de garantía», reza el pliego de condiciones técnicas de la licitación, al que tuvo acceso IDEAL.

Además, también incluirá una novedad: el anteproyecto deberá incluir la ampliación de la capacidad de producción inicial con el suministro y montaje de un bastidor de ósmosis inversa adicional para una producción de 15.000 metros cúbicos al día. Esta ampliación estaba prevista con anterioridad. La infraestructura se construyó, en su momento, con una capacidad de 45.000 metros cúbicos diarios ampliables en un 25%, justamente lo que ahora encarga Acuamed -en un contexto de dura sequía para todo el Levante almeriense-.

El contrato de consultoría tiene un presupuesto base de licitación de 464.814 y un periodo máximo de redacción de 12 meses. Atendiendo a los plazos burocráticos que conlleva cualquier proyecto de esta magnitud, sería prácticamente imposible que lleguen obras este año pese a que el Gobierno ha incluido una partida de tres millones de euros en el proyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado para este año -que irían encaminados a la ampliación- y otros dos millones para la reparación que, advierte, es «repercutible [a] terceros».

Una primera estimación de daños -los técnicos ya hicieron una evaluación inicial sin llegar a la profundidad necesaria- cifra en torno a 14,5 millones de euros la inversión necesaria para devolver la desaladora al uso. En principio, y según la proyección que arroja el proyecto de presupuestos, la obra podría estar de nuevo en servicio a lo largo del año 2019. Ayer, el diputado popular Juan José Matarí ya mostraba su convencimiento de que la reparación de la infraestructura -paralizada desde hace casi seis años pese a haber contado con dotaciones presupuestarias anuales- era una cuestión inminente. Lo hacía alegando un «conocimiento directo» de que Acuamed había retomado las gestiones para que la principal fuente de agua, tanto para riego como para suministro doméstico, en el Levante volviera a prestar servicio cuanto antes.

Sin embargo insistía en la tesis de que la principal causa de la anegación de la misma en 2012 fue la decisión de situarla en la margen izquierda del río Almanzora en lugar de en la derecha, donde había sido planeada inicialmente. Este cambio de ubicación tuvo lugar bajo gobierno socialista. Esta tesis ha sido no obstante descartada por los propios técnicos de Acuamed. Un informe de la entidad remitido al Juzgado Central de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional -el que investiga la Operación Frontino- reconoce el cambio de ubicación por el rechazo social. Sin embargo, las medidas protectoras que se le efectuaron eran suficientes «en base a los estudios hidrológicos e hidráulicos» para evitar la anegación. De hecho, Acuamed vincula los sucesos de 2012 a intensidades de lluvia «muy elevadas» y a que el agua «circuló fuera de los límites» de la rambla de Canalejas «aguas arriba de las parcelas que ocupa la desaladora».

«Prueba de ello», agrega Acuamed en dicho informe, «es que el agua arrastró las estructuras de dos pasos elevados de la A-7 y la AP-7», las dos autovías existentes en la zona, «aguas arriba de la ubicación de la desaladora del Bajo Almanzora». «El agua circulaba por fuera de la rambla desde antes de llegar al tramo encauzado», esgrime la sociedad estatal a la Audiencia Nacional.

Además de la obra de reparación, está previsto que se ejecute otra obra en dos fases: una primera sobre drenaje de la parcela en la que está ubicada la desaladora y algunos elementos de bombeo y una segunda con una ampliación del encauzamiento en la rambla de Canalejas -que fue el cauce desbordado que acabó inutilizando la infraestructura-. «La conclusión de estas obras garantizaría la protección de la planta desaladora», apunta Acuamed en sus conclusiones ante la Audiencia Nacional.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios