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Nuestra Señora del Rosario del Mar, encarando la calle General Tamayo.
Patrimonio de categoría en la Semana Santa de Almería

Patrimonio de categoría en la Semana Santa de Almería

Los hermanos del Rosario del Mar estrenaron ayer el nuevo paso de misterio para el Cristo de las Penas

JOSÉ LEYVA CUESTA

Viernes, 14 de abril 2017, 02:29

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Ayer había que estar en la Plaza de la Patrona a las cinco de la tarde para ver salir al Rosario del Mar. Tenía muchas ganas de disfrutar de un momento que iba a resultar histórico en nuestra Semana Santa y quiso Dios concederme la dicha de poder ser testigo del mismo. Que, ¿De qué hablo? Que, ¿Qué razón era tan poderosa como para celebrar con tanto júbilo la posibilidad de acudir a la salida de una procesión? Les cuento.

En la década de los sesenta un tallista de categoría que respondía al nombre de Juan Pérez Calvo y que, entre otras obras, era el autor del retablo de la basílica de la Macarena, realizaba un paso para la Hermandad de los Afligidos de la gaditana localidad de San Fernando y que, además, también sirvió de retablo móvil para el misterio del Prendimiento de la hermandad homónima de la tacita de plata. Pues bien, ese paso ahora está en Almería y es propiedad de la Hermandad del Rosario del Mar. Ha sido la principal novedad que han presentado este año y que justificaba estar en la puerta de Santo Domingo para ver a la cofradía iniciar su desfile procesional.

¡Es sólo un paso viejo!, pensarán algunos. Pues no, no es solo un paso viejo. Para empezar se convierte en el segundo paso más antiguo que procesiona en nuestra Semana Santa, por detrás del Santo Sepulcro, es una obra de arte catalogada y es la antesala de lo que está por venir en esta hermandad pues, en este nuevo paso, se podrán ir presentando las nuevas imágenes que acompañarán al Señor de las Penas en el abandono de sus discípulos para darle forma al misterio que representa.

Fue emocionante ver salir ese paso por la puerta de la Patrona. Yo que, además, no había podido ver con anterioridad a la cofradía del Rosario del Mar iniciar su Estación de Penitencia porque otras obligaciones profesionales me lo impedían, lo disfruté por partida doble.

El paso, además, portaba en el frontal del canasto una reliquia de Santo Domingo de Guzmán, titular del Convento dominico almeriense y que nunca en sus cinco siglos de historia, había salido del templo. Todo un orgullo para la comunidad, como reconocía el propio prior, que Santo Domingo salga a recibir pleitesía de la ciudad nada menos que en Jueves Santo.

Pero es que aquí no acaba la cosa. Resulta que, además, este año se celebra el vigésimo quinto aniversario de la hechura del Señor de las Penas y, por esta razón, la imagen procesionó ayer con potencias y con túnica morada. Fíjense si había razones para acompañar ayer al Rosario del Mar en su salida procesional.

Pepe Carmona, uno de los capataces auxiliares del equipo que dirige Rafael Morcillo, era ayer un manojo de nervios mandando el paso en los primeros compases del desfile procesional. Hoy, desde estas líneas, aprovecho para enviarle un cariñoso abrazo y le pido que lo haga extensivo a toda la hermandad que ayer vivió una jornada histórica.

No crean que me olvido de la Virgen. Saben que soy eminentemente mariano y no podría. Y menos de una imagen tan bella como el Rosario del Mar en sus misterios dolorosos. Ayer volvió a lucir radiante en su paso de palio que, a base de la incorporación paulatina de diversas piezas, también se está convirtiendo en una obra de arte con un relevante valor histórico.

Por dejar mención, que también se la merecen, valga un reconocimiento para la banda de cornetas y tambores Santa Cruz, que cada año que pasa suenan muchísimo mejor, y para la Banda de los Dolores de Granada, que acompañaba a la Virgen, y que, en su primera presencia en Almería, dejó constancia de su calidad musical.

Y tampoco quisiera olvidarme de la representación de la policía portuaria que escoltaba los pasos y de la presencia de la presidenta de la Autoridad Portuaria, Trinidad Cabeo, que también procesionó con el Rosario del Mar. Y no me olvido tampoco de las banderolas dominicas que presidieron la fachada del santuario de la patrona, ni de los cartelones con la cara de las imágenes titulares de la hermandad que colgaban de los balcones de la Escuela de Artes. Qué acierto más grande que, el Rosario del Mar, incluyera al santuario de la Patrona en el rosario de iglesias que acogen cofradías en tiempos de Semana Santa.

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