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Salida de uno de los pasos de la iglesia de Piedras Redondas.
Piedras Redondas habla de paz y unidad

Piedras Redondas habla de paz y unidad

Desde los cerros que flanquean la ciudad retumbó el mensaje más contundente del Sábado de Pasión

JOSÉ LEYVA CUESTA

Domingo, 9 de abril 2017, 01:48

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El segundo mensaje evangélico que la Semana Santa nos ha dejado este año fue pronunciado por los hermanos de Piedras Redondas. La Hermandad de la Unidad demostró desde sus primeros compases que, precisamente ese, es uno de los valores que rigen en sus hermanos.

Y es que no había hecho más que salir el paso de misterio cuando un nazareno de tramo que acompañaba con su cirio al Cristo de la Paz, sufrió un desvanecimiento que le hizo caer de bruces al suelo. La hermandad se detuvo y nadie se movió de su sitio hasta que una ambulancia alcanzó el punto más cercano a la rampa de San Ignacio de Loyola y, desde allí, los sanitarios pudieron acceder para trasladar al joven al interior del vehículo y atenderlo con todas las garantías.

«Por Álvaro. Que acaba de sufrir un percance y no va a poder acompañar a su hermandad esta noche», fueron las palabras que Luis Corpas dirigió a su cuadrilla por entre la madera del estrenado respiradero tallado justo antes de reiniciar la marcha.

No hubo tensión en los asistentes, puede que impaciencia ante el desconocimiento de los hechos, pero nadie criticó el prolongado parón que entretuvo a la cofradía en el mismo momento de su salida. Y el Cristo atado a la columna que preside el paso de misterio, derramó su paz una vez que las luces de la ambulancia se alejaron llevándose consigo todas las preocupaciones y dejando a Álvaro sano y salvo.

Unidad, nombre de la Virgen del barrio, valor que anoche quedó plasmado en el comportamiento de todo un cortejo que, al unísono, entregó su amor a uno de sus hermanos y, con él, a todos los vecinos.

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