Miles de ciudadanos se vuelcan con Lola

Algo que aunque desgraciadamente no era nuevo en el barrio resultó ser suficiente para que su penosa situación acabase como tema viral en las redes sociales. La realidad de esta mujer de 69 años, sola en una casa desvencijada del Casco Histórico desde que murió su madre, causó conmoción en muchos ciudadanos, los cuales no han tardado ni tres días en volcarse con ella. El vídeo se colgó en Facebook junto a la denuncia pertinente a las autoridades y a la Policía Local, estamentos a los que se le acusa de excesiva pasividad con su caso, que se ha convertido hoy en el de mucha gente.

Al grito de ayuda de Lola acudieron muchos. Unos se dedicaron a colaborar con la difusión de la historia por las mismas redes y otros a ofrecer su intermediación para que la luz del relato alumbrase a la Policía Local, al área de Asuntos Sociales municipal o la misma televisión. Ya era hora de que se conociese con exactitud la cruda existencia de esta vecina, por lo que con las mismas se inició una campaña de recogida de firmas virtual -que ya lleva recabados casi 6.500 apoyos- o se puso en marcha un grupo de Facebook -Ayudemos a Lola!- en el que ya se contabilizan más de 600 miembros, activos en su mayoría.

La historia trascendió la provincia almeriense y llegó hasta la cercana Granada. Desde allí, una trabajadora social se sintió directamente interpelada emocionalmente con la historia de tal manera que cogió su coche y se plantó en casa de Lola. Grabó su encuentro también en vídeo, siempre con su preceptiva autorización. Fue entonces cuando la denuncia traspasó con ella el quicio de la puerta. El problema principal ya no eran lo vándalos que la acosaban, sino la precaria situación de su vivienda.

La mala vida que le dan a Lola los gamberros de puertas hacia afuera no es más que la punta del iceberg de lo que tiene que soportar diariamente esta vecina de puertas hacia adentro. Vivienda antigua de techos altísimos, la de Lola es una casa en condiciones de habitabilidad paupérrimas. Tiene goteras enormes cayendo de un techo descompuesto o grandes manchas de humedad en todas y cada una de las paredes. Lola no tiene electricidad ni una cocina utilizable, es por eso que come con las monjas. En el baño apenas queda espacio para el inodoro. Es diminuto y para entrar hay que correr una cortina, único elemento que pretende dar intimidad a un espacio que parece haber salido de una zona de guerra.

De todo esto y más se puede ver en este segundo vídeo, esta vez grabado por Loreto, la trabajadora social que hizo el viaje desde Granada y que se ha comprometido a contribuir con su gran granito de arena en la dignificación del último tramo de vida de Lola. Entre el maullar de gatos, esta internauta hace un llamamiento a la sociedad civil para que se implique y ayude a mejorar la calidad de vida de esta vecina. El vídeo lo han visto miles de personas y han sido muchos los que se han ofrecido a colaborar con lo que pueden. Hay electricistas o albañiles para la reforma, gente dispuesta a hacerle el papeleo o personas donando muebles.

Todo hombro es bienvenido. De hecho se ha abierto una cuenta para cubrir los gastos de la posible reforma, habiendo gente de fuera interesada en contribuir económicamente. Esto hace prever que la ola de solidaridad ciudadana se ha desatado, y amenaza con ser imparable.