Borrar
Los agentes de los GEAS de la Guardia Civil son capaces de sumergirse hasta 50 metros de profundidad.
Las amenazas del fondo marino

Las amenazas del fondo marino

Los GEAS de la Guardia Civil luchan cada día contra los furtivos que acceden a aguas de Cabo de Gata

Fran Gavilán

Martes, 6 de diciembre 2016, 01:10

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Se dedican a pescar exclusivamente en las zonas protegidas. Actúan siempre durante la noche y ya saben que lo que pesquen lo van a vender durante la mañana. El botín puede ser muy alto. En un buen día con el arpón «pueden llegar a sacar un beneficio de entre 400 y 800 euros». Así lo asegura el jefe del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil, el sargento Antonio Rial, quien advierte de que estos furtivos que se dedican a «destrozar» los fondos marinos cuentan con «la complicidad de restaurantes y pescaderías de la zona», quienes compran los pescados, muchos de ellos protegidos, «a sabiendas de que es un delito».

La pesca furtiva se ha convertido en uno de los principales caballos de batalla de los GEAS de la Guardia Civil de la Comandancia de Almería, una unidad de élite que, entre otras funciones, velan por la seguridad de los fondos marinos del territorio almeriense y también el granadino.

Los agentes de los GEAS muestran su especial preocupación al señalar que en los últimos años han localizado a «numerosos buzos» en el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar y en otras zonas protegidas de la costa que se dedican exclusivamente a la pesca subacuática furtiva. «Son personas que saben que van a poder vender todo lo capturado ese día tras pactar las capturas con restaurantes y pescaderías de la zona», señala el sargento Rial. Una práctica que, además de poner en claro peligro de extinción a las especies protegidas, suponen un delito «muy grave».

De hecho, los autores de estas malas prácticas se enfrentan a multas de hasta 1.000 euros por una infracción a la Ley de Ordenación, Fomento y Control de la Pesca Marítima, el Marisqueo y la Acuicultura Marina. El jefe de los GEAS advierte: «Estas prácticas jamás quedan impunes y nuestra unidad está muy vigilante para evitarlas».

En este sentido, la labor de esta unidad ha permitido frenar a muchos pescadores dedicados a esta práctica, «la mayoría llegados de Murcia», destacan los buzos de la Benemérita. La última de estas operaciones se produjo el pasado mes de septiembre. Una operación de los GEAS, en colaboración con agentes del Servicio de Protección a la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil, logró detener a P. M. P. y L. V. O., dos vecinos de Cartagena (Murcia) de 32 y 22 años, que fueron sorprendidos cuando realizaban pesca submarina en aguas de la Reserva Integral Marina del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar.

Los agentes incautaron, además, artes de pesca deportiva y trece piezas capturadas por los detenidos, a los que se les imputó un delito relativo a la protección contra la flora y la fauna. Como en hechos anteriores, los GEAS sorprendieron a estos furtivos durante la noche tras una laboriosa investigación de varios meses.

Y tan sólo una semana más tarde los guardias sorprendieron a una pareja en la playa de 'Los Genoveses', a los que se les intervino un mero, un pulpo y dos lubinas que habían sido pescadas de manera furtiva. «Por desgracia, esta práctica está extendida y está provocando que muchas especies hayan desaparecido prácticamente», lamenta el jefe de los GEAS tras indicar que el mero, por ejemplo, está en «grave peligro de extinción».

Desde esta unidad señalan que estas pescas furtivas no serían tan numerosas «si restaurantes y pescaderías de la zona no compraran este pescado». En este sentido, el sargento Rial explica que tienen localizados los establecimientos que incitan estas prácticas y «tarde o temprano serán sancionados».

Contaminación y expolio

Pero la pesca furtiva, tanto en barco como subacuática, no es la única amenaza que se cierne sobre las aguas del litoral almeriense. «El fondo marino está cada vez más amenazado», destaca el jefe de los GEAS tras lamentar que «la mayoría de las personas no están concienciadas con el respeto al mar». Bolsas y botellas de plástico, cascos de cristal.... son algunos de los elementos que han provocado la muerte de «numerosas especies marinas» en las costas almerienses, indican desde esta unidad de la Guardia Civil.

De hecho, las playas almerienses han sido testigos en lo que llevamos de año de la muerte de más de medio centenar de cetáceos y una treintena de tortugas marinas, según las cálculos que maneja la asociación para la recuperación de la fauna marina Equinac.

Y muchas de estas muertes «se deben a la contaminación», atiende el máximo responsable de los GEAS de Almería, unidad fundada en 2008 y que cuenta actualmente con ocho agentes. Rial explica que muchos peces tratan de comer de la basura vertida al mar y «mueren por asfixia». Una realidad que invita a reflexionar a la sociedad, máxime cuando el fondo marino «está en claro peligro», destaca el sargento.

Otra de las labores imprescindibles que llevan a cabo los buzos de la Guardia Civil se centra en la defensa y en la recuperación del patrimonio sumergido en el fondo del mar. La costa almeriense cuenta con diversos puntos ricos en patrimonio histórico, principalmente en pecios. Zonas «que están marcadas por gps y constantemente vigiladas para evitar los expolios», explica el jefe de los GEAS.

«Cada vez que alguna embarcación se queda fondeando durante mucho rato por una zona marcada arqueológicamente nos acercamos por si hay algún problema. Cada cierto tiempo nos sumergimos para observar si ha habido alguna variación en los yacimientos. También se llevan a cabo inspecciones en los museos de buceo, por ejemplo, para ver si no han notificado un hallazgo reciente que han encontrado. Durante las 24 horas hay Guardia Civil en el mar vigilando las zonas de interés», explica el sargento Antonio Rial.

Desde el GEAS quieren hacer entender a la población que la colaboración ciudadana es muy importante en la conservación del Patrimonio. Además, coger un objeto puede acarrear «fuertes sanciones» y «hasta cinco años de prisión».

La recuperación del patrimonio es otra de las tareas imprescindibles de los GEAS. Atrás quedan hazañas tan importantes como la recuperación, en julio de 2010, de una virgen de bronce de la Virgen del Mar, que se había perdido accidentalmente dos años atrás durante su traslado al faro de poniente del puerto.

La talla, de unos 13 centímetros de altura, fue localizada por los GEAS a 500 metros de la línea de costa y a una profundidad de 30 metros. La imagen fue entronizada originalmente en septiembre de 1980 a diez metros de profundidad frente al faro de poniente del puerto de la capital.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios