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Poco más de un millar de asistentes concurrió en el parque de la Estación para reivindicar un mejor ferrocarril.
Una fiesta con poco que celebrar

Una fiesta con poco que celebrar

Más de un millar de ciudadanos se concentra en favor de un tren decente para Almería

Miguel Cárceles

Sábado, 29 de octubre 2016, 01:07

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El ruido del tráfico, intenso a esa hora en las carreteras de Ronda y Sierra Alhamilla, hacía un efecto de pantalla sobre el parque de la Estación. Fuera, el sonido de los claxon, el del rugir de los motores y el del corte del viento de los coches apresurados en una jornada previa al puente de Todos los Santos. Dentro, como en un microcosmos, el sonido era el tribal de los timbales. Menos mecánico, más humano. En cierto modo, era una semejanza a lo que ocurría: un grupo de ciudadanos lucha por no tener que recurrir casi exclusivamente al coche si quiere moverse. ¿Cómo? Con un tren «decente», que le lleve a todos sitios en tiempos cómodos sin tener que, una vez más, ponerse frente a un volante. Desde fuera, mientras tanto, ese rugir de las pancartas quedaba tapado por el sonido cotidiano de los coches.

Más de un millar de ciudadanos vencieron esa barahúnda del día a día, del ir y venir cotidiano, y se sumaron a una fiesta con poco que celebrar: la del cumpleaños de la Mesa del Ferrocarril. Un año de reivindicación, pero un año con poco fruto que ofrecer a la sociedad de la que se nutre. Tan sólo un Talgo VI que dura, en el mejor de los casos, 23 minutos menos (siete minutos menos en el otro viaje diario). Total: casi siete horas a bordo.

«Es un día de celebración, pero también de reivindicación. Apenas hemos logrado nuestros objetivos. Desde aquí exigimos al Ministerio de Fomento que dote de presupuestos al AVE a Almería y a la mejora del tren convencional», exponía el portavoz de la Mesa en Defensa del Ferrocarril, José Carlos Tejada (CCOO). La cita, ayer a las siete de la tarde, era para una celebración y concentración para exigir al Gobierno que apuntale y mejore el tren de Almería. La afluencia de público, nada desbordante, más bien escueta, consiguió al menos llenar el espacio gracias a la implicación de los partidos y las organizaciones sociales miembros de la plataforma y a que, además del manifiesto, la celebración de este cumpleaños tuvo también la participación de algunas empresas hortofrutícolas, de Cervezas El Cabo (que montó un stand) y de varias asociaciones de vecinos que ofrecieron actuaciones de sus grupos de baile y zumba. Grupos de niños que, con ellos, arrastraban a sus padres a la jornada reivindicativa en el parque de la Estación.

También hubo casi pleno al quince en la asistencia de representantes políticos a la concentración. El alcalde de Almería, Ramón Fernández-Pacheco; la práctica totalidad de la corporación local almeriense -no de otros municipios, ajenos en cierto modo a una reivindicación territorial más amplia- y un representante del equipo de Gobierno de la Diputación que no fue su presidente, Gabriel Amat, sino el diputado Óscar Liria. El regidor, Fernández Pacheco, invitó a las fuerzas políticas a dejar de lado la reivindicación ideológica y a hacer una reivindicación ciudadana de unas infraestructuras necesarias. «No me gustan las conexiones ferroviarias que tenemos», dijo, rotundo, rodeado de sus compañeros de filas, antes del acto.

La carencia vino, sin embargo, del aporte de la ciudadanía. La reivindicación de ayer, populosa, no fue nada desbordante. Sí lo fue, hace una semana, la de Badajoz; y hace un mes, la de Granada. En Almería, las grandes movilizaciones se cuentan con los dedos de una mano. Las más populosas han sido dos: la posterior al asesinato del concejal vasco Miguel Ángel Blanco a manos de ETA y la huelga general de noviembre de 2012; en ambos casos con más de 20.000 almerienses en la calle.

La Mesa esperaba pulsar el ánimo con la celebración reivindicativa de ayer antes de sopesar una manifestación al uso, la que pretenden promover para el próximo 2 de diciembre. La evaluación tendrá lugar en próximos días, cuando se decidirá si seguir adelante con ella. Ciertamente, hace un año la concentración en el parque de la Estación fue menos numerosa que la manifestación de diciembre. Y con presupuestos en pocas semanas, quizás la Mesa vuelva a cargarse de razones objetivas con las que arrancar a la gente hacia la trasera de las pancartas.

La plataforma, sin embargo, ya tiene camino ganado. Cumple un año con dos objetivos cumplidos -al magen del cambio de Talgo-. El primero es el haber conseguido establecer una plataforma unitaria en la que confluir al margen de los habituales partidismos. El otro es el haberse erigido como enlace inexcusable con el Gobierno en una reivindicación que, al margen del volumen de manifestantes, es recurrente en la sociedad almeriense: la de unas infraestructuras ferroviarias acordes.

«Exigiremos al Gobierno en los presupuestos», lanzaba Rosa Ortiz, periodista, encargada de leer el manifiesto de ayer en el parque de la Estación, al millar de asistentes. Poco después, el baile y la danza, la algarabía en un cumpleaños que celebrar pero que sigue con la espalda casi sin carga. «Este tiene que ser la legislatura del AVE», insistía Tejada. El BOE, cuentas de por medio, será el que dicte sentencia.

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