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Una mujer juega con una máquina tragaperras en una cafetería de la capital.
Denuncian el acceso incontrolado a salones de juego en la provincia

Denuncian el acceso incontrolado a salones de juego en la provincia

Indalajer critica la falta de control en la entrada de personas adictas en la mayoría de locales de Almería, cuyos propietarios deben pedir el DNI por Ley

F. G.

Martes, 12 de julio 2016, 01:19

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La Asociación Almeriense de Jugadores de Azar en Rehabilitación, 'Indalajer', ha denunciado la «falta de controles» de acceso en la mayoría de los salones recreativos de la provincia. Una realidad, indicaron, que está provocando que «siga aumentando el número de personas adictas al juego patológico que demandan ayuda especializada para desengancharse».

Desde 'Indalajer' estiman que esta dolencia afecta ya en la provincia a más de 8.000 personas y en el conjunto de Andalucía alcanza una cifra superior a 200.000. Sin embargo, «apenas un 1% de los afectados recibe tratamiento».

Por este motivo, el colectivo pidió ayer a las autoridades que «se tomen en serio este problema», que adopten las medidas necesarias que obliguen a los propietarios de estos salones a fichar a sus usuarios, y que impidan el paso a aquellos que practican el juego de forma incontrolada, dados «los graves perjuicios económicos que esto causa en su entorno familiar», lamentaron desde la asociación.

«La ley exige que los bingos y los salones de juego pidan el Documento Nacional de Identidad a sus clientes, pero no lo están llevando a cabo», denunció ayer a este periódico el presidente de Indalajer, Manuel Fernández, quien exigió a la Junta de Andalucía que «tome cartas en el asunto».

«No exigen documentación»

Los responsables de esta asociación, que en la actualidad trata a 120 personas con diferentes patologías no tóxicas, entre las que se encuentran el uso desproporcionado de teléfonos móviles, tablets, tarots, videojuegos, juego 'on line' o compras compulsivas, advierten de que muchos de los usuarios de los salones «que vienen aquí dicen que no les exigen la documentación» al ir a jugar a las tragaperras.

La falta de control de los usuarios, sobre todo de los que están enganchados, hace que no puedan tratar el hábito a tiempo y que recaigan en prácticas compulsivas que no favorecen su proceso de deshabituación. Por eso, muchos afectados, tanto jóvenes como mayores, cuando acuden al centro para rehabilitarse, «llegan muy mal, con muchos problemas y con mucha agresividad», aseguró Manuel Fernández.

Desde el colectivo denunciaron que, por desgracia, el número de enfermos aumenta cada año, rompiendo una tendencia que se había estabilizado. «Cada día vienen más personas a causa de una adicción, cada semana tenemos nuevas incorporaciones; la gente está parada y las nuevas tecnologías se han metido de lleno en sus vidas, principalmente entre los más jóvenes», lamentó Manuel Fernández, presidente de Indalajer.

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