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Nueva Andalucía, a vuela pluma

Nueva Andalucía, a vuela pluma

Un barrio en el que habitan unas 17.000 personas y que disfruta de unos servicios y comercios que lo convierten en la piedra angular de la capital

Sergio González Hueso

Domingo, 29 de mayo 2016, 00:43

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Mientras el presidente de la asociación de vecinos de Nueva Andalucía, Antonio Cano, da instrucciones a unos cuantos feriantes ya medio instalados en Plaza Nueva -las fiestas se están celebrando allí este fin de semana-, en el parque de enfrente media docena de almerienses veteranos se prepara como cada día para jugar a la petanca.

La tarde es soleada y la sombra de los árboles y la frescura del césped se hacen indispensables cuando uno va cargado de bolas metálicas. El rito de los prolegómenos se realiza en unas pistas en las que el día anterior se probó un poco el mismísimo alcalde, que se hizo acompañar por Cano y la junta directiva de la asociación para ver que se cocía. Entonces no estaba el parroquiano que hoy se encuentra dormido en uno de los bancos que hay junto al terreno de juego. Su presencia no parece importunar a los 'deportistas'. Pero no por qué les sea indiferente, que va. El problema es que están muy acostumbrados a compartir el parque con muchos almerienses cuya vida la están escribiendo sobre renglones torcidos.

Pese a que los conocen a casi todos, lamentan, eso sí, el «perfume» de los porros o la «suciedad» y el comportamiento a veces incívico de unas personas que aprovechan la cercanía del gran establecimiento comercial para no tener que ir muy lejos a por su avituallamiento. «¿Qué se puede hacer?», pregunta Cano, sabedor de las ventajas que para todos tiene el mítico parque ubicado frente al «Pryca», uno de los pulmones verdes de su barrio.

Aunque las fiestas lo han tenido bastante atareado en las últimas semanas, más si cabe este año con toda la polémica surgida a consecuencia de su replanteamiento por parte del equipo de gobierno debido a las molestias derivadas del ruido... etc. El representante vecinal le ha quedado un par de ratos en sendas tardes para mostrar alguna que otra zona de Nueva Andalucía. El barrio entero tomaría casi un día completo, pues es uno de los de mayor extensión de una ciudad que le debe casi todo.

Oficiosamente este montón de calles representa uno de los órganos vitales de corte económico de la capital almeriense. No obstante, muchos de sus vecinos saludan cada mañana desde las archiconocidas Padre Méndez, Calzada de Castro o Blas Infante, arterias que bullen diariamente debido a su comercio de proximidad. Son los mismos vecinos que llevan a sus hijos o nietos a los centros educativos de Padre Méndez, donde además está asentada una Ciudad de la Justicia que logró dinamizar y acercar más si cabe este antiguo barrio del extrarradio que pilló lo mejor del proceso de expansión de la ciudad.

Para convencerse de ello sólo se necesita pasear por sus anchas arterias, bien representadas por las avenidas de Montserrat o del Mediterráneo, que dan forma a la cartografía de la ciudad. En la segunda cayó primero el complejo deportivo Rafael Florido, uno de los mejores de Andalucía, y después el gran edificio que acoge hoy las dependencias de la Policía Local, entre otros. En la primera, tras el 'parking' del Gloria Fuertes, esperan la llegada de los 400 estudiantes que vendrán de la mano de la residencia de estudiantes, cuyas obras encaran ya su recta final.

«Si les diera por hacer el soterramiento sería la bomba», comenta Cano, que sueña desde que se afincó en Nueva Andalucía con que su barrio por fin se conecte sin dificultad con El Zapillo, Las 500, El Tagarete o, lo que es lo mismo, con la franja litoral. No queda muy claro si en el paseo que dio este vecino con el alcalde saliese dicho asunto peliagudo. Otros, en cambio, sí lo hicieron. Pequeñas cuestiones de índole menor que, en el fondo, representan en el grado de preocupación cotidiana de los ciudadanos un lugar muy destacado. Que si zahorra allí, que si un bache en esta calle, que los árboles de la plaza de las fiestas están sin podar. Más limpieza y papeleras o mantenimiento. Por ejemplo del que adolece el parque de Gloria Fuertes o el de Nueva Andalucía. La mejora de los firmes y acerados de algunas calles como Calzada de Castro -que ya está en obras- o Arcipreste de Hita, por citar a vuela pluma.

Labores básicas que el paso del tiempo obliga a realizar. Como por ejemplo reformar la sede de la asociación de vecinos. Esta lleva en pie 20 años y desde entonces poco se ha hecho en su interior. Por el horizonte viene un replanteamiento del local, de color amarillo y sito en la Plaza Nueva de la avenida del Mediterráneo. El presidente, al que comienzan a pesarle ya los 30 años que lleva en el cargo, lleva consigo una ristra de llaves con las que lo mismo abre una furgoneta, que un quiosco o la misma sede vecinal, en la que posa para una foto. Su empeño es que la remodelen para que agranden la oficina municipal con la que comparte espacio.

Este es, según su criterio, una de las cuentas pendientes que la Administración tiene con su barrio, en el que también existe una guardería abandonada en Blas Infante que dice que habría que buscarle un uso. En la calle Santiago las aceras «están fastidiadas» y al parque de Padre Méndez le vendría «bien» un cambio, cree.

Todo esto de lo quiere de la mano de un Ayuntamiento con el que dice llevar trabajando desde hace muchos años e independientemente del color político que lo dirija. En esto ha tenido que ver la asociación, que dice que llegó a ostentar un récord en su número de asociados. Fue durante las vacas gordas. Estas se murieron cebadas ya y es sólo durante esta semana, con la organización de las fiestas, cuando él percibe que no está sólo. «Me da lástima la asociación, porque cuando esta no esté se abandonará el barrio.

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