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Los viajes de los políticos demuestran que no ven el tren como una opción

Los viajes de los políticos demuestran que no ven el tren como una opción

Ninguno de los diputados y senadores de Almería que declaran sus viajes a Madrid ha utilizado el ferrocarril en alguno de sus numerosos traslados

Miguel Cárceles

Martes, 19 de abril 2016, 01:16

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La información sobre cuánto viajan sus señorías los diputados y senadores de las Cortes Generales españolas, a dónde lo hacen y en qué medio de transporte, está a merced de lo que los grupos políticos buenamente quieran trasladar a los medios de comunicación. Ni siquiera el escándalo del exsenador y expresidente de la Junta de Extremadura, José Antonio Monago (PP), que fue acusado de hacer 32 viajes privados y personales a Canarias a cuenta de las arcas públicas del Senado torció la mano a la presidencia de las Cámaras y permitió que los ciudadanos conocieran con detalle la factura de viajes de sus representantes políticos.

A día de hoy, la única información que facilitan tanto Congreso como Senado es una cuantía total, sin detalle ni desglose. Por ejemplo, la Cámara baja gastó 450.771,43 euros en billetes de avión, barco, autobús, tren, taxi o coche a sus miembros durante el último trimestre del año. De ellos, 375.977,02 euros fueron para viajes propios de la actividad parlamentaria, 266,15 euros por viajes oficiales y 74.528,26 euros por viajes de carácter político (esto es, a actos o reuniones privadas de los partidos, y no de la Cámara).

Precisamente esta laxitud fue la que alegó la Sala Segunda del Tribunal Supremo para archivar la querella planteada por la Asociación Pro Justicia Siglo XXI contra Monago por un presunto delito de malversación de caudales públicos en relación con los viajes a Canarias. «No son constitutivos de ilícito penal alguno», pues el reglamento del Senado «autoriza el pago con cargo al presupuesto de la Cámara de los gastos de viaje realizados de acuerdo con las normas que la Mesa en cada momento establezca».

La cuestión es que el único partido que publica de forma constante y cíclica los viajes de sus parlamentarios es el PSOE. En la página web de sus grupos parlamentarios en Congreso y Senado, los socialistas publican un completo listado en el que cada representante de ambas cámaras expone los viajes que hace entre Madrid y su circunscripción, y a otras circunscripciones (para reuniones de partido, por ejemplo). Ciudadanos tiene la intención de hacerlo próximamente. Fuentes del partido naranja alegan que la página web de su grupo parlamentario, cuando esté en servicio, publicará información exhaustiva sobre los viajes de sus diputados y senadores, incluso con códigos de vuelo o billete de tren para que sea fácilmente comprobable que la información es veraz.

Pese a todo, una prospección sobre la información que ofrecen los partidos, los diputados y senadores de forma individual y el PSOE en su web parlamentaria, demuestra que los representantes políticos almerienses no viajan en tren para acudir a su circunscripción. La razón: «es una locura», resumía ayer el diputado de Ciudadanos Diego Clemente. Las trece horas de viaje entre la ida y la vuelta, junto con los horarios de la actividad parlamentaria, convierten en imposible lo que debiera ser una posibilidad factible.

Según el último informe del PSOE, referente a los dos primeros meses de 2016, las Cortes Generales han asumido el coste de 31 trayectos entre Almería y Madrid en uno u otro sentido para sus diputados o senadores de la circunscripción almeriense. De esos trayectos, sólo seis fueron en un medio diferente al avión. Y en ningún caso lo fueron en tren: los diputados y senadores prefirieron coger el coche y conducir entre ambas ciudades que montarse en un vagón del Talgo que viaja entre ambas ciudades.

El resto de diputados y senadores de Almería -de PP y de Ciudadanos- también reconocen viajar de forma habitual en avión. Algunos, incluso, aseguran haber tomado como alternativa el conducir en coche hasta Málaga o Antequera para continuar desde allí el viaje en AVE o volar desde aeropuertos cercanos como el de Chauchina en Granada o el de El Altet en Alicante. El diputado de Podemos por la circunscripción almeriense, David Bravo, es el único que puede viajar en AVE desde su residencia habitual en la ciudad de Sevilla.

Almería no es una realidad aislada. Si se distribuye cómo viajan los diputados y senadores socialistas de todo el país de forma habitual a Madrid para participar de las sesiones y comisiones parlamentarias -son los que lo hacen público- se observa cómo en las ciudades con AVE, los diputados viajan de forma habitual en tren. Con la excepción de Toledo y Segovia -que están a un paseo en coche- y León, recién añadida a la lista de ciudades con Alta Velocidad. Mientras tanto, sólo los diputados y senadores de las provincias de la cordillera cantábrica, las gallegas y las andaluzas de Cádiz, Granada y Almería, además de las insulares, viajan en avión de forma habitual a Madrid. Ninguna de estas provincias tiene AVE y en todos estos casos el viaje en tren es superior a las cuatro horas.

«El problema es que ni siquiera puedes trabajar en el tren, porque no hay cobertura y el tren ni tiene enchufe ni tiene wifi», relata otro parlamentario almeriense. Por suerte, Almería tiene aeropuerto. Si fueran diputados por Teruel, después del AVE se verían obligados a coger después el coche.

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