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«Luis, sé fuerte» desde El Cañillo

Lo reconoció el propio Rajoy en la entrevista concedida a Jordi Évole para La Sexta: el SMS que indignó a millones de españoles lo envió el presidente desde Almería

Miguel Cárceles

Domingo, 10 de abril 2016, 00:12

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Por las fechas en las que se produjo el intercambio de mensajes, podríamos haber sabido que el SMS más famoso de España, ese que recogía el «Luis, sé fuerte» dirigido al entonces tesorero de su partido, Luis Bárcenas, se había producido con Mariano Rajoy en tierras indálicas. Porque el intercambio de mensajes tuvo lugar la noche del 18 de enero, al borde del cambio de día. Y en esos instantes, el presidente del Gobierno estaba recién llegado a la capital almeriense después de un viaje intermodal. Supongo que no sería por cuestión económica, sino de horarios, pero Rajoy voló de Madrid a Granada y, desde allí, vino a Almería en coche acompañado del entonces presidente del PP Andaluz, Juan Ignacio Zoido, en un trayecto complicado por la dificultosa climatología en el Puerto de La Mora.

El PP celebraba en Almería su Intermunicipal. Y de forma sorpresiva, ese viernes, 18 de enero, la portada del diario El Mundo hacía temblar los cimientos populares en todo el país. «Bárcenas pagó sobresueldos en negro durante años a parte de la cúpula del PP». Las cuantías, mensuales, se situaban según el relato de este diario entre los 5.000 y los 15.000 euros y llegaban a los altos cargos populares en sobres. El dinero tendría origen, abunda El Mundo, en constructoras, empresas de seguridad y donaciones.

Entonces Rajoy aún no había sido señalado por los papeles de Bárcenas como uno de los presuntos cobradores de esas cuantías -que corroboraron algunos altos cargos como Pío García-Escudero, aún presidente del Senado-. Pero el partido estaba noqueado. «En absoluto nunca he tenido conocimiento de esta práctica, que no me consta que se haya producido en la dirección nacional de mi partido. Estas informaciones las he recibido con muchísima sorpresa y no me consta en absoluto que en mi etapa se haya producido el pago de sobresueldos de ese dinero que se conoce como 'B'», declaraba el secretario de Política Autonómica y Local del PP, Javier Arenas, en la primera reacción oficial del partido esa mañana y que recogió IDEAL.

Arenas admitió posteriormente que cobró complementos salariales por su trabajo en el partido al margen de sus percepciones por sus responsabilidades políticas, pero aseguró que todas estas percepciones fueron declaradas a Hacienda.

«Quedaos bien tranquilos, estáis en un gran partido que defiende la honradez y la decencia, es un partido en el que quien la hace, la paga». María Dolores de Cospedal, secretaria general, inauguraba la Intermunicipal de El Toyo y tranquilizaba así a la agitada militancia. «No vamos a permitir que se eche por tierra el trabajo de tantas personas honradas». El Caso Bárcenas era entonces la madre de todos los casos de corrupción, pero para nada el único en el PP, para el que Valencia era ya un auténtico dolor de muelas. Y aún quedaban por saltar otros tantos, entre ellos el último: el caso Taula por presunto blanqueo en el Grupo Municipal del PP de Valencia.

Esa noche, Rajoy cenó ya en Almería. Y hay quien le vio pasear por Almería en compañía de altos cargos del PP de la provincia, dicen que en las cercanías de la Puerta de Purchena. «Luis, lo entiendo. Sé fuerte», le escribió el presidente, anunciándole que le llamaría al día siguiente. Al menos, lo debió tener difícil por la mañana, porque ese día 19 debía clausurar la Intermunicipal. Con la prensa no perdió ni un minuto. Preguntado por un periodista cuando caminaba por el pasillo camino del plenario de la convención popular sobre si lo de los sobresueldos era cierto, contestó con mezcla de desdén y sorna un escueto «sí, hombre». Muy típico de su retranca gallega.

Rajoy no mencionó ni una sola vez el apellido de Bárcenas -una palabra tabú en su vocabulario desde entonces-. Se anduvo con circunloquios para decir lo que quería sin necesidad de citarle. «Hay personas que estaban asumiendo unas responsabilidades políticas en el partido y que ya no están, el partido actuó y se adoptaron las responsabilidades políticas, ahora hay asuntos en los tribunales y quienes están actuando son los tribunales», dijo entonces Rajoy.

En su entrevista con Jordi Évole el pasado domingo, no distó demasiado. Rajoy reconoció expresamente que envió ese mensaje desde Almería -si bien, días después de enviarlo, apenas una semana, aseguró en una entrevista en una radio que no recordaba haber hablado con Bárcenas-. Y circunscribió la responsabilidad política por el presunto pago de la reforma de la sede nacional del Partido Popular en la calle Génova de Madrid en dinero negro a su entonces tesorero, responsabilizándole por completo de un comportamiento que está investigando el juez de la Audiencia Nacional.

«No se acierta siempre», le dijo Rajoy a Évole cuando le dijo que cómo es posible que le enviara ese mensaje justo el día después de que se publicara en El Mundo que Bárcenas tenía 22 millones de euros. Probablemente a día de hoy se habría cortado los dedos antes de darle al botón de enviar.

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