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Nuestro Padre Jesús de las Penas sale de la plaza de la Administración Vieja
Rosario del Mar muestra la dominicana vinculación cofrade con la patrona de Almería

Rosario del Mar muestra la dominicana vinculación cofrade con la patrona de Almería

La cofradía volvió a llevar ante su barrio el fervor por sus titulares en la tarde del Jueves Santo

JOSÉ LEYVA

Viernes, 25 de marzo 2016, 02:00

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Con una puntualidad propia de hermandades que llevan muchos años de experiencia en lo que a celebración de salidas procesionales se refiere, la Cofradía del Rosario del Mar se presentó en el Paseo, en el tramo que se conforma como Carrera Oficial de nuestra Semana Santa, diez minutos antes de su hora prevista de entrada. Y, después de que la presidencia se acercara al palquillo de horas para solicitar la venia, el cortejo entró en el Paseo.

Tras las Cruz de Guía y los primeros penitentes de túnica y antifaz negro y capa blanca, llegó hasta el Paseo el Cristo de las Penas en el abandono de sus discípulos. Bella imagen salida de la gubia de Luis Álvarez Duarte que fuera realizada en 1996 y que refleja en su cara la verdadera pena que sintió el hijo de Dios cuando, en los momentos posteriores a su prendimiento por el ejército romano, se vio totalmente abandonado por parte de sus discípulos que, asustados, no dudaron en dejarle solo y buscar un lugar donde ocultarse.

Con una chicotá de tres marchas, la cuadrilla que manda Pepe Carmona llevó al Señor de las Penas en el abandono de sus discípulos desde la entrada de Carrera Oficial hasta la tribuna de prensa que está instalada unos metros más arriba de la esquina con la calle Rueda López. A buen seguro que la premura con que la cofradía comenzó a transitar por el Paseo tiene que ver con el esfuerzo por evitar que se volviera a repetir el incidente que, el año pasado, colapsó el centro histórico de la ciudad, con las cuatro cofradías que procesionaban esa noche, concentradas en un mismo punto.

La Dominicana hermandad del Rosario del Mar, título adquirido por concesión de los Padres Dominicos que custodian a la Patrona de Almería en el convento desde el que sale en procesión, continuó transitando el Paseo con seriedad y orden. Debe ser extraño transitar por Carrera Oficial nada más salir a la calle en procesión y que el resto del itinerario se desarrolle con posterioridad. Extraño pero, seguramente, bonito. Y digo bonito porque, con el primer formalismo ya cumplido, se disfruta de otra manera de la procesión. Bien lo saben los miles de almerienses que salen con sus respectivas cofradías en días de Semana Santa; Que todo lo que ocurre tras la Carrera Oficial se vive de otra manera.

A continuación fue el paso de palio de Nuestra Señora del Rosario del Mar en sus misterios dolorosos el que se presentó en el Paseo, precedido de una amplia representación de la autoridad portuaria, institución con la que la hermandad mantiene también una estrecha relación, y de algunas mujeres ataviadas, como se decía antaño, con la clásica mantilla española. La Virgen del Rosario del Mar venía acompañada musicalmente por la Asociación musical Daliense que, con los sones de las marchas 'Jesús de las Penas' y 'Mater Mea', dulcificaron el trabajo costalero de la cuadrilla que manda Rafael Morcillo, capataz general y hermano mayor de la hermandad.

El palio del Rosario del Mar se detuvo frente a la tribuna de autoridades desde la que contemplaban el transito del cortejo tanto el alcalde capitalino, Ramón Fernández-Pacheco, como la presidenta de la Agrupación de hermandades y Cofradías de Almería, Encarnación Molina, y que felicitaron a Morcillo por una nueva salida procesional en tarde de Jueves Santo.

Luego el cortejo se perdió, revirando en Ricardos, en busca de las calles que les condujeran hasta el barrio de la Almedina, su barrio, para que sus vecinos y devotos pudieran rezarle a las imágenes titulares de la hermandad y para que el cortejo nos ofreciera estampas tan incomparables como su tránsito por la puerta misma de la Alcazaba. Luego pasarían por la Catedral y realizarían allí su Estación de Penitencia para, finalmente, llegar de nuevo a la Iglesia de Santo Domingo, la de la Patrona, donde recogerse poniendo así punto y final a un segundo Jueves Santo que ya forma parte de la historia de esta hermandad.

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