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Fran Gavilán
Jueves, 8 de octubre 2015, 01:11
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La violencia contra la mujer no sólo no disminuye, sino que adquiere nuevas formas. Los casos de malos tratos entre parejas jóvenes están a la orden del día. Cada vez más adolescentes sufren y ejercen violencia machista. Cada año llegan a los juzgados casos de maltratos en las que las víctimas tienen entre 14 y 17 años.
Y en esa violencia machista entre adolescentes las nuevas tecnologías han adquirido un papel muy importante. Tal y como indicó ayer la coordinadora del IAM en Almería, Francisca Serrano, «no existe un perfil común de víctima o de agresor en la adolescencia, al igual que ocurre en los adultos».
Sin embargo, la diferencia principal de la violencia machista entre adultos y adolescentes se centra en el uso de las nuevas tecnologías entre las parejas de adolescentes. «No ha cambiado tanto el patrón de agresión entre jóvenes y adolescentes. Lo fundamental es controlar a la pareja y esto es más fácil con las redes sociales y los smartphones. Los agresores pueden pedir pruebas gráficas, ubicaciones y obligar a mantenerse en línea», explicó Francisca Serrano.
Las nuevas tecnologías se han convertido «en una herramienta más para ejercer el machismo contra las mujeres». Según señaló Serrano, «las chicas jóvenes, de entre 13 y 15 años, son las más vulnerables a la violencia de género que se ejerce desde Internet». Asimismo la coordinadora destacó que más de un veintena de adolescentes han sido atendidas este año por ser víctimas de la violencia machista a través de las redes sociales.
Ante este motivo, el IAM ha diseñado una herramienta pionera en España para luchar contra esta lacra social, cada vez más extendida entre adolescentes. Se trata de un 'Protocolo Específico ante la Ciberdelincuencia de Genero'. Serrano, quien dio a conocer ayer esta iniciativa, destacó que este novedoso programa «busca ofrecer a los profesionales del IAM las pautas para atender de manera eficaz a las víctimas que presentan síntomas de sufrir violencia de género a través de las nuevas tecnologías».
La «base del iceberg»
La coordinadora provincial del IAM indicó que la creación de este protocolo responde a las necesidades de llegar «a la base del iceberg, es decir, prevenir y detectar la violencia ante de que sea ejercida contra la menor». En este sentido, Francisca Serrano destacó que la realidad social detectada en el IAM en los últimos años «pone de manifiesto que la violencia de género sufrida por las mujeres más jóvenes se da cada vez más a través de los canales de relación y comunicación utilizados por la juventud, como son las redes sociales».
En este sentido, la incursión de las nuevas tecnologías en el uso de la violencia de género ha provocado «la multiplicación de los efectos del maltrato por su capacidad de difusión a través de las redes sociales, el mayor anonimato del agresor al utilizar Internet, la continuidad en el tiempo de la violencia o la exhibición de la intimidad de la víctima ante miles de personas», resaltó Serrano.
El protocolo prevé que en cualquiera de las fases del proceso de atención a la víctima se pueda detectar la ciberdelincuencia de género. Para ello, en todos los formularios de atención (ya sea psicológica, jurídica o social) se recogen parámetros descriptivos para la recogida exacta de información sobre cualquier episodio de ciberdelincuencia de género.
Según marca el documento, el área social del IAM valorará las redes sociales en las que intervienen la víctima y el agresor, para evaluar el posible impacto en la vida de la víctima, de menores a su cargo o de familiares. Por su parte, el área psicológica será la responsable de la recogida completa del relato, ya que es en este ámbito en el que mejor se pueden detectar los ataques a través de las TICs (Tecnologías de la Información y la Comunicación), y donde se evalúan las consecuencias psicológicas.
Una vez recogida toda la información, se elaborará un diagnóstico y una planificación para la intervención en el ámbito de las TICs, donde se valorará la conveniencia de seguir pautas de seguridad informática y, en coordinación con el área jurídica, las medidas legales necesarias. Por su parte, desde el ámbito psicológico se tomarán las estrategias terapéuticas adecuadas para paliar los efectos del control y de las crisis de reputación a través de las TICs, así como para dar el apoyo necesario durante la exposición gráfica de las pruebas electrónicas en el procedimiento judicial
La coordinadora provincial del IAM hizo hincapié, asimismo, en «la importancia de la prueba electrónica en la denuncia y en todo el proceso judicial», con el objetivo de que puedan ser utilizadas contra el maltratador.
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