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La pasión de la cantaora almeriense, sobre las tablas de la Plaza Vieja, en la última velada de flamenco.
Póker de arte almeriense

Póker de arte almeriense

María José Pérez, que ofreció a la ciudad su Lámpara Minera, Juan Gómez, José del Tomate y Antonio 'El Genial' concluyeron una edición sobresaliente

MARÍA PAREDES MOYA

Viernes, 28 de agosto 2015, 01:41

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La antesala de las bodas de oro del Festival Flamenco 'Ciudad de Almería' se cerró la noche del miércoles, rozando las dos de la madrugada, con el gran nivel ofrecido por el arte almeriense. Y es que la tercera velada estuvo dedicada a cuatro artistas de la tierra, de los que pudieron disfrutar gratuitamente los más de mil aficionados reunidos una velada más en la Plaza Vieja.

María José Pérez, que ofreció a la concejala del área de Cultura y Fiestas Mayores, Ana Martínez Labella, el trofeo que le acredita como vencedora de la Lámpara Minera del Festival del Cante de las Minas de La Unión en agradecimiento a la ciudad; el veterano cantaor de Pescadería Juan Gómez; José del Tomate, hijo de Tomatito, y su cuadro; y Antonio García 'El Genial' fueron los encargados de poner el broche a uno de los mejores festivales que se recuerdan.

El crecimiento de María José Pérez está siendo exponencial en los últimos años. Asidua a actividades organizadas por el Ayuntamiento, como el homenaje a la saeta en la pasada Semana Santa o la Navidad Flamenca, la joven almeriense agradeció que «siempre cuenten conmigo y el apoyo recibido», visiblemente emocionada.

Con apenas treinta años de edad, la cantaora ofreció el timbre de su voz dulce y su gran capacidad para la prolongación de cada quiebro con emoción desbordante en un recital que comenzó, como era de esperar, por tarantos, cante minero por excelencia.

La facilidad melodiosa de su voz brilla por alegrías, un palo con el que se mueve con facilidad pasmosa, como demostró, por ejemplo, en una estrofa recuperada de Carmen Linares: «Es tanta la claridad que por tu ventana sale, que dice la vecindad ya está la luna en la calle».

Pérez agravó el recital por seguirillas, donde hizo derroche de pulmones en cada embestida y donde Antonio Carrión volvió a brillar en las seis cuerdas. Para cerrar, con la esperanza de «volver a vernos pronto y mucho más tiempo», dedicó varios temas a sus abuelos, tíos, madre y padre, hilvanando así 'Vino amargo', de Rafael Farina; una aflamencada revisión de 'Ojos verdes', de Concha Piquer; y 'Yo me llamo pensamiento', fandango de Manuel Vallejo.

También por fandangos, sin micrófono, se despidió al borde del escenario ante un público al que puso en pie.

Como ocurriera en la noche del martes con José Menese, el cantaor de Pescadería Juan Gómez, de 73 años de edad, ofreció una actuación repleta de hondura y tradición flamenca, apostada en la gravedad de su voz, sobre todo, en los tonos bajos al rematar fraseos. Soleás por Juanito Mojama, seguirillas de Antonio Mairena y un toque de malagueñas.

Conocedor de los viejos cantes, Juan Gómez recuperó incluso un palo en desuso como la caña y continuó por unos tarantos llenos de guiños, no sólo a la ciudad, sino también a San Cristóbal, La Chanca y Pescadería.

Gómez terminó con una generosa tanda de fandangos, donde brilló 'No quitarme la botella', de otra vieja figura como 'El Chocolate', y unos grandes aderezos de guitarra firmados por El Niño de la Fragua. El de Pescadería mostró su gratitud en todo momento: «Es un honor volver a cantar en este festival en esta ciudad, que es la mejor del mundo».

El futuro porvenir

Después de la veteranía de Juan Gómez, era el turno para el lado contrario, la juventud talentosa de José del Tomate y su cuadro, donde también se encontraba su hermana Mari Ángeles Fernández.

Los hijos de Tomatito demostraron una vez más su incipiente arte genético. José del Tomate va ganando poso en su interpretación a la guitarra, que va sumándose a la capacidad de compás rítmico que desarrolló en los tangos iniciales, 'Yo pienso como el ciprés', de Camarón de la Isla, incluido.

Tras seguir por bulerías y fiestas, Mari Ángeles Fernández interpretó 'Romance de Curro El Palmo', de Joan Manuel Serrat. Y, para terminar, José del Tomate avanzó unos tangos «que irán incluidos en mi próximo disco que estoy grabando» y que contará con colaboraciones destacadas.

Durante su actuación, se pudo ver a Tomatito al fondo de la Plaza Vieja, viviendo como uno más el concierto, pero con la procesión de los nervios y el orgullo de padre por dentro.

Para completar el póker de arte almeriense, el cuarto en actuar fue Antonio García 'El Genial'. El joven cantaor, habitual voz de acompañamiento para numerosos artistas del baile, tuvo la oportunidad de cerrar como solista el festival flamenco de su tierra. Lo hizo de manera recta y seria, apostando por comenzar por soleás de Juan Talega y Enrique Morente.

No sería la única referencia al genio de Granada, pues también, en la tanda de tangos, incluyó el 'Tienes la cara', que abría el disco 'Sacromonte'. Unos tangos que, salvo ese tramo, sonaron más a pureza que a fiesta, ejemplo de una manera muy particular de entender el cante por parte de 'El Genial'.

Ataviado con su habitual traje y corbata negra y camisa blanca fuera del pantalón, continuó su recital por alegrías, arrancadas por García Lorca: «Por la rama del laurel van dos palomas oscuras». Para cerrar, eligió unas seguirillas que calentaron progresivamente hasta explotar en un cierre acompañado de un brillante palmeo. Un cierre sorprendente que completó un festival de enorme nivel y que tuvo en las noches anteriores a Miguel Poveda, La Macanita, José Menese y Antonio Reyes.

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