El 108 de la calle Granada

En el 108 de la calle Granada sigue habiendo tertulias de las de antes. De esas en las que no importa llegar a un consenso -harto difícil en este país cainita- pues los participantes reflexionan juntos y tratan de comprenderse unos a otros en aras de conquistar una empresa común, en este caso mejorar en lo posible la cotidianeidad de sus vecinos, los que campean como pueden los avatares de la vida en el céntrico barrio de Santa Rita.

Fulgencio Mañas, hombre elegante y de negocios, es el presidente de la asociación de vecinos Puerta Purchena, cuya sede es un diminuto local ubicado en dicho número de la calle Granada. Sus escuderos son Paco Ruiz y Antonio Torres Tripiana, otrora concejal del Consistorio y persona que parece llevar la voz cantante en más de un asunto, quizás por su anterior negociado. «Lo más indignante de todo es la falta de sensibilidad del Consistorio para con la participación ciudadana. Ya no es que atiendan solicitudes o no, es que directamente no contestan a los escritos presentados». Torres Tripiana pronuncia estas palabras nada más sentarse en la única mesa que hay en el habitáculo más grande de la sede, esa que ha tenido que reformar la propia directiva con su dinero y que pertenece a un particular que ha tenido a bien cederla de manera provisional.

Mientras Paco trata de reflexionar sobre el motivo por el cual se porta tan bien el dueño con ellos, Tripiana le corta para continuar versando sobre el día a día del movimiento vecinal en el centro. Paco está de acuerdo con él y hace ver que desde el Consistorio se aprovecha poco el potencial humano de las asociaciones. Ellos son un buen ejemplo, pues son gente con la vida resuelta y que lo único que les mueve es facilitar la vida de sus conciudadanos. En parte es por esta cuestión por la que solicitan al equipo de gobierno municipal que les ceda un local de mayor tamaño.

«Las asociaciones de vecinos deberían ser utilizadas para llegar allí donde no puede hacerlo la Administración más cercana, para canalizar las demandas y la voz de los ciudadanos, pero no se hace y es una pena», lamenta Fulgencio Mañas, quien explica que en sus más de tres años de singladura como representante vecinal se han planteado hacer muchas cosas, pero las han descartado al instante al no contar con los medios suficientes. Hablan de espacio, por supuesto, pero también de arreglos o mantenimiento de un local viejo al que le han tenido que echar mucho tiempo y dinero. Esto no ha impedido a esta asociación, por ejemplo, hacer exposiciones mensuales de artistas locales o dar cursos de taichí, pintura, fotografía o inglés. Algo de lo que se benefician unos 60 o 70 vecinos y que se lleva a cabo de manera totalmente altruista.

Tras realizar este esfuerzo que además les sale por un pico, no entienden por qué el Consistorio se niega a cederles una sede más adecuada. «Dicen que no tienen ningún local en la zona; sí que hay, lo que falta es voluntad política», critica Paco Ruiz, que apunta al edificio de Santos Zárate o al terreno donde se ubicaba el 18 de julio.

Un casa «emblema»

Esa «falta de voluntad política» por parte del equipo de gobierno también parece que pasa factura respecto a otro de los asuntos candentes que tiene a parte de la asociación enfrascada a día de hoy. Es la protección de la casa en la que vivió el artista precursor del Movimiento Indaliano, Jesús de Perceval, nombrado Hijo Predilecto de la Ciudad de Almería, y al que recientemente el Consistorio honró colocando una placa conmemorativa en una fachada de la calle Eduardo Pérez, pues era el lugar donde el nació el artista.

«No criticamos que se ponga una placa en una casa, que además fue derribada, lo que nos parece una impostura es que el único legado en pie que nos queda, que es la casa donde habitó el artista, tuvo su taller o enseñaba a los niños, no esté protegida», critica Torres Tripiana, mientras el nieto del artista, sentado a su lado, acompaña con gestos de aprobación su alegato en defensa cerrada de este inmueble sito en la calle del mismo nombre que el artista.

«Lo que no puede ser es que el Ayuntamiento [que niega este extremo] encargue hacer un dossier de unos 200 edificios singulares entre los que se encuentra esta casa, en el marco del nuevo Plan General, y después de haberlo hecho lo haya metido en un cajón a dormir el sueño de los justos, o mejor dicho, de los injustos», continúa el vicepresidente la asociación 'Puerta Purchena', que añade que todo este asunto se le presenta «incomprensible». «Yo no sé si tiene valor arquitectónico la casa de Jesús de Perceval, lo que sí sé es que su valor histórico y cultural está fuera de toda duda» y que desde el Consistorio parece que quieren «obviar esta casa».

A estos vecinos no les cuadra que el equipo de gobierno se escude en que la catalogación de un bien inmueble sea hecha exclusivamente en base a su valor arquitectónico o etnológico y no histórico o «sentimental», como defienden desde Urbanismo. Por lo que la semana pasada comenzaron una ronda de reuniones con distintos partidos políticos y asociaciones para debatir sobre el futuro de esta casa. Por el momento, a la primera reunión convocada acudieron representantes del PSOE, de IU, de Ganemos Almería, así como la Asociación de Amigos de la Alcazaba o la asociación de vecinos del Casco Histórico. Todos ya han mostrado su compromiso de impulsar su protección, algo que no parecen estar muy por la labor los de Comendador, que apuntan a que la catalogación no depende tanto de ellos como de la Junta.

«Lo único que sabemos es que nadie del equipo de Gobierno o del PP ha querido venir a las reuniones a darnos a conocer qué harán tras las elecciones, si es que la van a proteger o no», denuncia Torres Tripiana, que ha vuelto a convocar otro encuentro para esta semana y espera que a este sí acudan.