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La presidenta del Gobierno andaluz, Susana Díaz, durante el rodaje del mensaje de fin de año en la Alcazaba, en Almería.
Un adelanto que solo gusta al PSOE

Un adelanto que solo gusta al PSOE

Izquierda Unida espera que un resultado aún más abultado le permita afrontar un futuro pacto con más peso específico

Miguel Cárceles

Martes, 27 de enero 2015, 00:45

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En política, muy pocas cosas ocurren así como así, por casualidad. Por ello, el hecho de que en algunas conversaciones políticas las apuestas no fueran sobre si habría o no adelanto electoral sino sobre cuándo serían las elecciones o, incluso, cuándo sería el momento en el que la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, daría a conocer su decisión de citar a los andaluces a las urnas, era ya de por sí una muestra clara de que, salvo en Izquierda Unida, prácticamente todos daban ya por concluida la novena legislatura andaluza.

El elevado tono con el que Díaz se había referido a sus socios de Gobierno o las críticas de algunos miembros de IU habían vertido sobre la presidenta -Alberto Garzón, candidato de la formación a entrar en La Moncloa llegó a calificar de «indecente» la polémica por el anunciado viaje de Diego Valderas al Sáhara- no hicieron otra cosa que verter gasolina sobre el fuego. Y con ello, en Almería tanto PSOE como PP se afanaban más este lunes en organizar unos comicios para los que quedan menos de dos meses -y compaginarlos con la precampaña municipal- que en hacer valoraciones a vuelapluma que, en cualquier caso, fueron un calco de las que a lo largo del día fueron haciendo sus cabezas de partido en Sevilla.

«Se veía que la situación de inestabilidad no se superaba», alegaba este lunes tarde José Luis Sánchez Teruel, secretario general del PSOE de Almería. Hace una semana tomó parte de una reunión con Susana Díaz y con el resto de secretarios provinciales de la formación en la sede sevillana de San Vicente. Inestabilidad que vinculan, especialmente, al anuncio de IU de sopesar en un referéndum entre su militancia sobre la continuidad del pacto de izquierdas y del gobierno de coalición. «Con esta decisión, Andalucía va a ganar un año más para afrontar con mejores condiciones la política de defensa del Estado del Bienestar y de los planes de empleo. Adelantar un año para la estabilidad del gobierno», aseveró.

A Sánchez Teruel no hizo falta que le llamara nadie. Lo sabía, era algo inevitable. Así que se enteró -dice- como el resto del mundo, a través de los medios de comunicación. Quien sí que se enteró de primera mano fue Rosalía Martín (IU). A las horas de la conversación entre Díaz y Antonio Maíllo -pasadas las nueve de la noche- estaba abandonando el Parlamento de Andalucía junto con otros diputados de su formación. «Maíllo llamó a Castro [portavoz del grupo de IU en la Cámara autonómica] y, como estábamos con él, nos enteramos en seguida. Después, algo más tarde, Maíllo fue llamando a los coordinadores provinciales».

La situación estaba siendo debatida durante los últimos días -y semanas- de forma amplia en IULV-CA. En la última reunión de la dirección colegiada de la federación de izquierdas ya hubo voces que aseveraban que el tono que había adquirido la polémica no tendría marcha atrás. Que era la crónica de una muerte anunciada. Ni siquiera en los peores minutos de la crisis de la Corrala Utopía, en la que Díaz retiró las competencias de vivienda por decreto a IU para devolvérselas a las pocas horas, la ruptura era tan traslúcida como en estas jornadas preelectorales.

Y si bien desde IU se culpa de forma directa, sin ambages, a Díaz de la ruptura de la coalición de gobierno, aún se apuran a señalar, de partida, a dos meses de las elecciones, que sea cual sea el resultado, su intención es impedir que Juan Manuel Moreno Bonilla, presidente del PP andaluz, entre en San Telmo. «Esto [la ruptura agria del pacto] dificulta un acuerdo después, no lo vamos a negar. Pero habrá que administrar los resultados que den las urnas. En IU vamos a pedir que la gente nos dé más fuerza, vamos a trasladar que si con 12 diputados fíjate lo que hemos hecho, con 24 podríamos hacer mucho más. Y con eso, administraremos».

Al PP, que venía demandando elecciones anticipadas durante los casi tres años de Ejecutivo bipartito, los comicios adelantados le llegan en un momento poco adecuado. No en vano, en la formación conservadora dan por hecho que el desconocimiento de su nuevo líder, Moreno Bonilla, y el desgaste de tres años y medio al frente del Ejecutivo estatal no son elementos ajenos a la decisión de Díaz de disolver el Parlamento. Lejos de admitirlo abiertamente, lo hacen de forma implícita. Las valoraciones de los líderes provinciales del PP fueron, unívocamente, una crítica a la presidenta porque, a su juicio, ha hecho pesar sus intereses partidistas. Algo, obviamente, contrapuesto a los de los populares, admitiendo de este modo el contrapié de las fechas.

«Lo lógico es que se si se adelantaban las elecciones, se hicieran con las municipales, que es lo adecuado desde mi punto de vista. Creo que ha primado el interés personal y partidista clarísimamente, de una forma muy directa. Y creo que ha habido un desprecio al trabajo realizado por todos buscando lo mejor en Andalucía. En este momento no era adecuado el adelanto electoral», alegaba Luis Rogelio Rodríguez-Comendador (PP), alcalde de Almería. Asevera que su formación está «preparada» para afrontar la doble cita electoral de primavera -triple este año- y que se hará una «campaña conjunta» para andaluzas y municipales.

Al PP le ha pillado el adelanto electoral aún sin candidatos designados oficialmente para las municipales y, mucho menos, con las listas cerradas. Es un elemento a tener en cuenta en tanto en cuanto la normativa electoral andaluza impide compaginar el cargo de diputado y alcalde. Aún así, y con la premura de unas elecciones a 55 días vista (este lunes, hoy son ya 54 días) aseveran no tener «prisas». En los últimos comicios locales, los candidatos populares se conocieron siete meses antes de la cita con las urnas en un acto con pompa encabezado por Mariano Rajoy.

Su presidente, el del PP almeriense, Gabriel Amat, habló este lunes de «ambición personal» de Díaz a la hora de convocar elecciones. «Ha cuadrado su agenda de circunstancias y conveniencias para quitarle la silla a Pedro Sánchez», líder estatal del PSOE, acusó Amat. El calendario apremia a todos, a los populares -pillados por sorpresa- más aún. Ni que decir a los partidos más pequeños, a los que una triple cita en pocos meses puede mermarles su capacidad en el 'juego' de las campañas. Mucho más a un Podemos aún sin estructura autonómica.

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