Almería acaba su año hidrológico como el más seco de las últimas tres décadas

Las lluvias caídas durante la última semana no han podido remontar un año hidrológico que pasará a la historia de los registros meteorológicos como uno de los más secos en la provincia. A falta de incorporar las últimas cifras a este indicador, que mide las precipitaciones caídas en una región entre octubre y septiembre del año siguiente, los datos facilitados a este diario por la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) retratan la temporada que este martes concluyó como el año más seco en Almería de las últimas tres décadas y el cuarto desde que se tienen registros.

La agencia ya había adelantado que, en términos generales, el sur y este de Andalucía había registrado una merma de precipitaciones de un 75 por ciento comparado con la media de los últimos años. Sin embargo, los datos concretos de la provincia de Almería son aún más pobres: ha llovido menos de la mitad, un 46 por ciento, respecto del periodo 2012-2013, según el observatorio que la AEMET mantiene instalado en el aeropuerto desde 1968.

En términos exactos, si en la temporada pasada se anotaron 219,4 litros por metro cuadrado, este año solo se ha llegado hasta los 101, una cifra prácticamente igual a la registrada hace ahora tres décadas. De hecho, el primer lustro de los años ochenta aún se recuerda como el más seco de la historia reciente de la provincia.

Aunque la aridez es inherente a la climatología de la provincia -conviene recordar que Almería acoge las mayores extensiones de zonas desérticas de la península, según los mapas que maneja la agencia-, la media nacional se situó durante el periodo que acaba de terminar alrededor los 605 litros por metro cuadrado, una cifra solo un 5 por ciento debajo de los valores habituales.

Sequía agrícola

Las últimas mediciones del año agrícola -desde septiembre hasta agosto del año siguiente-, no son más halagüeñas. La AEMET tiene medidores en Abla, Albox, Vélez Blanco, Cabo de Gata, Laujar, Garrucha y Adra y todos registraron un déficit de precipitaciones de, al menos, el 50 por ciento respecto a los datos considerados 'normales' -la agencia utiliza la media de precipitaciones acumuladas entre 1980 y 2010 para comparar-.

Únicamente durante el mes de junio se sobrepasaron los umbrales de precipitaciones medios en la provincia, lo que no sirvió para invertir la tendencia a la baja apuntada durante todo el curso. De hecho, la AEMET informó de la especial relevancia de la escasez de lluvias durante el último abril, mes en el que la cantidad de precipitaciones acumuladas se aproximó al mínimo histórico.

Un último dato: hasta septiembre de 2014, la provincia no alcanzó siquiera una pluviosidad que la agencia podría colocar entre los márgenes habituales de un año clasificable como seco. Con estas cifras, habrá muchos que sigan mirando al cielo.