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Amat y sus querellas

Amat y sus querellas

PEPE FERNÁNDEZ | www.pepefernandez.com | @Pepe_Fdez

Domingo, 21 de septiembre 2014, 01:14

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El 20 de octubre de 2009, las denominadas popularmente 'cochineras' de la Policía rodearon el Ayuntamiento de El Ejido y el comisario de la localidad procedía, amable y cortésmente, a detener al alcalde Juan Enciso. Ni una foto se obtuvo de las múltiples detenciones de aquel día. Saltaba a la luz la 'Operación Poniente', macroinvestigación judicial que llevaba meses instruyéndose en el juzgado almeriense de la magistrada Montserrat Peña, a instancias de las fiscalías del TSJA y Anticorrupción, tras las denuncias de un miembro de la 'non nata' AMAyT, IU y la gestora del PP de El Ejido ( Gabriel Amat no estaba convencido).

Fueron jornadas de alto voltaje político. El pánico se desató en toda la clase política almeriense. Temían, la mayoría, que las investigaciones policiales, los pinchazos telefónicos, pusieran al descubierto la «gran omertá» reinante entre todos ellos, como así se evidenció a posteriori.

Las detenciones y encarcelamientos sorprendieron a todos, especialmente a Enciso, al que un amigo fiscal le había susurrado confidencialmente por teléfono que la investigación había sido archivada. Hasta el carismático líder socialista y consejero de Agricultura, Martín Soler, se mostraba convencido del archivo el mismo día de la colocación de la primera piedra del PITA. A mediodía, en el restaurante Sevilla, el entonces subdelegado, Miguel Corpas, le espetó ante quien suscribe:

-¿Cómo que archivado, Martín? Si hay una habitación hasta el techo de papeles y para el próximo martes está prevista la entrada de la Policía en el Ayuntamiento de El Ejido.

Aquella indiscreción de Corpas, conocida por la Policía esa misma tarde, a través una llamada recibida en el teléfono intervenido de Pepe Alemán, dio al traste con el calendario de la jueza. La estrategia adoptada, sobre la marcha, fue 'filtrar' que, en efecto, toda la investigación había quedado en agua de borrajas. Fue tan eficaz la añagaza que, todo el clan de El Ejido, acabó celebrándolo con champán Grand Cru en el restaurante 'La Costa', junto a altos ejecutivos de Abengoa/ElSur que también acabarían imputados. El propio Enciso, eufórico, llamó esa tarde al director de su radio municipal y le impartió instrucciones concretas para arremeter -«intoxicar»- contra periodistas y medios que habían destacado por sus denuncias sobre la corrupción en el Poniente. El responsable de la emisora, a la mañana siguiente, cumplió a rajatabla, sin ningún pudor profesional, las órdenes recibidas de 'El Chato'.

El clan volvió a confiar en los teléfonos móviles y en su contrastada impunidad. Creyó a pies juntillas que el huracán había pasado. Semanas después, casi todos dormirían durante meses en El Acebuche.

La radio municipal

La emisora municipal de El Ejido, cabecera de la cadena de radio provincial de la Diputación -pacto oculto PSOE-PAL-, ACL, se convirtió antes, durante y después del arranque de la 'Operación Poniente', en punta de lanza de la defensa mediática de los investigados.

Fue también martillo pilón contra el PP y su presidente, Gabriel Amat, a los que hacían responsables políticos directos de la instrucción que condujo a Enciso, socios y amigos, a prisión. Nada más lejos de la realidad. Amat solo maniobró para neutralizarlos políticamente en su lucha interna por el poder provincial en el PP. Nunca quiso verlos en prisión. No le gustan los juzgados.

Días después de las detenciones, ya en noviembre, a través de Radio Ejido, su director se despachó con estas revelaciones en antena: «... El alcalde de Roquetas tiene empresas en Portugal, en Gibraltar, 160 empresas, está toda su familia metida; que lo han condenado y se han declarado sentencias inejecutables, por sepa Dios qué y, sin embargo, el que está en El Acebuche es el alcalde de El Ejido».

Amat y sus empresas

En una de mis crónicas de esos días, me hice eco de estas llamativas acusaciones desde Radio Ejido, recibiendo la llamada inmediata de Gabriel Amat, muy molesto, especialmente por lo de Gibraltar y Portugal:

-«Como leerás Gabriel, cito expresamente a Radio Ejido como fuente.

-Pues si eso es así, me voy a querellar contra ellos, pero no tengo la cinta.

-Si quieres te la envío, la tengo en mi archivo».

Y, en un archivo Mp3, se la mandé por e-mail. Amat nunca se querelló, siguiendo su vieja costumbre de no remover la caca y menos en sede judicial. Sus métodos son otros y más expeditivos.

Cuatro años después, Gabriel Amat, presionado desde el partido en Sevilla, rompió su tradicional 'modus operandi' y decidió, por vez primera, acudir a los tribunales para limpiar su honor, querellándose contra AMAyT, la asociación anticorrupción de Almería que ha visto judicializadas las numerosas denuncias presentadas hasta ahora contra él, otros cargos públicos y empresarios de Almería.

Esta semana, el líder del PP tuvo que comparecer en el juzgado para ratificarse y responder a unas 80 preguntas de la defensa. La jueza no aceptó ni una sola. Extraña decisión. El argumento de su señoría se basó formalmente en que Gabriel Amat, que está siendo investigado judicialmente, podría ver perjudicado su derecho de defensa posterior en esos sumarios.

Tan singular situación -colisión de derechos en definitiva- solo tiene una explicación: la jueza que instruye la querella de Amat es al mismo tiempo instructora de dos macroinvestigaciones contra el alcalde de Roquetas: 'Caso La Fabriquilla' y la 'Trama Amat'. Se puede concluir, por tanto, que su señoría ha preferido preservar jurídicamente las dos grandes investigaciones en curso, es de suponer que como única conocedora de lo descubierto hasta ahora.

En resumen: que la querella por el honor de Amat puede esperar, en tanto se determinen sus posibles responsabilidades penales que, de confirmarse, darían la razón a AMAyT en sus denuncias.

Mientras tanto, la defensa ha pedido el sobreseimiento de la querella o se verá obligada a presentar documentos -«prueba diabólica»- que sustenten las denuncias contra el veterano líder de la derecha, al que nunca le gustaron las querellas porque los trapos sucios se lavan discretamente y porque sus cuentas las ajusta de otra manera.

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