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Portadores. La imagen de la Patrona procesionó en su trono, sobre los hombros de unos emocionados portadores, y con el tradicional olor a nardos.
Sobre las olas...
FIN DE FIESTAS

Sobre las olas...

La procesión de la Patrona, la Virgen del Mar, cierra los festejos de la capital almeriense

A. MALDONADO

Lunes, 1 de septiembre 2014, 04:06

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Los sones de la banda de música anunciaron ayer el final de la Feria de Almería, las fiestas en honor de la Virgen del Mar que, si bien oficialmente acabaron el sábado, no se completan hasta ver a la Patrona salir a la calle bajo el arco de la basílica de los Dominicos. Caminar sobre las olas de almerienses que le salen al encuentro, que cumplen con la tradición de ver a 'La Pequeñica', como la llaman muchos, echarse a las plazas almerienses entre vítores, los sones del himno de España y los estruendosos cohetes que anuncian su salida, un año mas, al encuentro de sus hijos.

Juana, una mujer de unos cincuenta años, esperaba al paso de Nuestra Señora en la calle General Tamayo. En la mano, cinco velas encendidas. Y su mirada clavada en la imagen. Sus ojos brillosos anunciaban la emoción con la que acudía a ver de cerca a la imagen aparecida en las playas de Torregarcía. Como ella, centenares de almerienses. Cada uno con su historia, con su devoción, con su tradición, con su por qué para salirle al encuentro a la Patrona de Almería en el último día de las fiestas que le rinden honores.

A la Virgen del Mar le acompañaron en su deambular tradicional por las calles de Almería la gran mayoría de los miembros de las corporaciones local y provincial, decenas de mantillas, miembros de las hermandades y cofradías almerienses y sus vigilantes perpetuos, los Dominicos.

La procesión de ayer cerró los actos religiosos que venían celebrándose desde el viernes, fecha en la que tuvo lugar la ofrenda floral y que abrían un tríduo de cultos que también contó con la tradicional misa, en la Basílica, el día en el que el santoral recuerda a la advocación mariana de la virgen marinera.

«¡Viva la Virgen del Mar! ¡viva la Patrona de Almería!, ¡viva la madre de Dios!», gritó emocionada, sentida, una mujer al paso de trono, portado a hombros, de la Patrona. Sabía de lo especial del día, que no volverá a verla en las calles de Almería hasta el mes de enero, el día de la Romería a Torregarcía.

Las lágrimas devotas eran, la noche antes, las de miedo de un pequeño al escuchar el estruendo de los fuegos artificiales que apagaban las fiestas patronales. «Son fuegos artificiales, mira qué bonitos», intentaba aplacar su padre, con la mirada puesta en el espigón de La Térmica.

La Feria de Almería de este 2014 es ya historia. Una pequeña llama del recuerdo. La Patrona descansa ya en el camarín de su Basílica, bajo la custodia de los Dominicos. Se cumple, un año más, el ritual, una tradición que tendrá que esperar 365 días para volver a cumplirse a rajatabla, caminando de nuevo sobre las olas.

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