"La fotografía es imparable, pero se regulará su publicación"

Carlos Pérez Siquier (Almería, 1930), Premio Nacional de Fotografía en 2003, ha dicho que "a la fotografía no hay quién la pare. Lo que sí creo es que se va a regular la publicación de fotos porque cada vez se ejercen más los derechos a la propia imagen y la intimidad".

Y ha censurado la mala praxis periodística: "Es lamentable ver a personas perseguidas como si fuese una cacería. Se dispara contra cualquier persona porque es bella o famosa. La fotografía se está convirtiendo en un elemento peligroso".

Pérez Siquier ha recibido el Escudo de Oro de la ciudad de Almería y se ha dado su nombre a una plaza del barrio de Cabo de Gata de la ciudad, en reconocimiento por su trayectoria y en homenaje a su labor, distinciones concedidas apenas dos meses después de recibir el premio Bartolomé Ros por su trabajo sobre el barrio almeriense de La Chanca.

El fotógrafo ha abogado por la autorregulación de la fotografía: "No se trata de una cuestión de censura sino de comportamiento ético en un momento en el que en los medios y televisiones se multiplican los programas más vulgares, que son los que obtienen más éxito. Estamos llegando con esta situación a una degeneración a la que hay que ponerle freno".

"Lo importante, y lo que determina la valía del autor y de la fotografía es el paso del tiempo. La moda es efímera. Si a pesar de haber pasado 50 años se sigue recordando dentro del mundo del arte o en un museo; esa persona ya está dentro de la Historia y puede morir a gusto porque esa obra le sobrevivirá".

"En mi caso, el tiempo trabaja físicamente en mi contra pero positivamente en mi obra. Y es una satisfacción para una persona en este mundo del arte saber que, aunque desaparecerá sin dejar rastro, otras generaciones te recordarán. Esto te ayuda mucho más a vivir que una medalla", ha asegurado.

Sobre el reconocimiento en el Cabo de Gata, ha dicho: "Representa una satisfacción muy personal porque esta tierra forma parte de mi forma de ser y estar en el mundo, es una de mis señas de identidad; el Cabo de Gata tiene un atractivo sentimental pero también físico, hay algo telúrico en una tierra de volcanes; en un macizo entre el mar y la Sierra de Gata que separa los vientos de Levante y Poniente".

Pérez Siquier trabaja actualmente en tres series sin sentido comercial, sino como fundamento de futuros libros, y considera que "lo que ha cambiado mucho desde los tiempos de AFAL (Agrupación Fotográfica Almeriense) es la sociedad".

"Comencé a fotografiar La Chanca en tiempos de silencio, de posguerra y muchas dificultades, con gente muy humilde pero de gran valor humano que para mí significaron un intercambio de miradas muy elocuente".

Años después de este trabajo, "que ha servido a nivel nacional como modelo de reportaje documental humano", el fotógrafo advierte que antes "los modelos ofrecían muchas facilidades y se sentían satisfechos de ser los protagonistas; ahora, algunos se sienten violados en su intimidad y otros desean obtener una contraprestación dineraria, en gran medida influidos por los paparazzis que han mercantilizado el sistema".

Pérez Siquier ha apuntado que "la fotografía se ha democratizado tanto" que "distinguirse como autor es francamente difícil", mientras que las nuevas tecnologías han provocado que haya "algunos fotógrafos profesionales que usan medios digitales y disparan sin pensar" y se ha "perdido la veracidad del medio, ya que el argumento puede ser trucado antes o después en sus colores, formas, equilibrio... Todo lo que hace grande a una fotografía".

"Digitalmente, estamos en los principios" y "el tiempo establecerá una separación entre los que hemos trabajado con fotografías químicas, analógicas, y los que han comenzado a hacerlo con cámaras digitales; Se cerrará un ciclo en el que no desaparecerán los medios analógicos, aunque serán de una minoría más estudiosa".

"La fotografía digital está muy democratizada pero está en sus primeros balbuceos. Hay que ponerle poesía y misterio. He visto trabajos de autores que me han dejado estupefacto, preguntándome si lo que estaba viendo era realidad o ficción. Eran imágenes que además de perfectas, tenían sentimiento; de personas que han sabido plasmar en un formato digital lo que tenían en su mente", ha concluido.