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La Isla de Alborán azotada por el oleaje en un día de temporal y viento. Y vista nocturna del faro y su edificio. :: DENAL
Alborán, enclave vital de seguridad marítima
ALMERÍA

Alborán, enclave vital de seguridad marítima

Alrededor de 83.000 buques al año transitan por el Mar de Alborán

JOAQUÍN TAPIA

Sábado, 3 de agosto 2013, 14:56

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Llegar a la Isla de Alborán significa, para el navegante, haber superado la distancia de 56 kilómetros desde cabo Tres Forcas o 90 desde la población almeriense de Adra. Punto del mar Mediterráneo a mitad de camino entre la costa española y el norte de África.

«Un destacamento naval (DENAL) de 11 militares, tiene por misión principal vigilar de forma permanente la Isla para ejercer así la soberanía española sobre la misma», explica el Jefe de Operaciones Amardiz y Jefe Inspector del Destacamento, capitán de corbeta José Verdugo Mora. Protección necesaria, porque la mar, al tiempo que próspera industria, es el mejor de los caminos. El más libre, el más abierto y, quizás por ello, el más vulnerable.

«A partir de 1997 se estableció el Destacamento» que permite la presencia continuada de la Armada en la Isla. De anterioridad, durante los años que cesó la vigilancia «in situ», el lugar es expoliado y convertido en punto de reunión del narcotráfico y de las mafias de la inmigración ilegal.

La misión de la Armada es alcanzar los objetivos marítimos de la Defensa Nacional. Esto incluye, entre otras funciones, adquirir y ejercer el control del mar, especialmente en el Estrecho de Gibraltar y otras áreas de interés atlántica y mediterránea; la proyección del poder naval sobre tierra (cometido esencial de la Infantería de Marina); la defensa de la soberanía nacional y del ordenamiento constitucional, bajo la dirección del Gobierno.

Destacamento

La Armada tiene establecido tres destacamentos que van rotando (uno) cada veintiún días aproximadamente, estando formado por Jefe de Destacamento Naval (puede ser un teniente de navío del Cuerpo General o bien un capitán de Infantería de Marina) 1, suboficial; 1, cabo primero; 1, marinero de la especialidad de hostelería; 1, cabo de Infantería de Marina; 3, soldados de Infantería de Marina y 3, cabos marineros de otras especialidades de la Armada.

Además de la misión fundamental de ejercer la soberanía española, «otras misiones encomendadas al DENAL son el mantenimiento de las instalaciones de la Isla en el mejor estado de limpieza y alistamiento, así como velar por la preservación del ecosistema, el correcto seguimiento de las normativas de pesca y controlar e informar de cualquier intento de pesca ilegal dentro de los límites de la Reserva Marina de la Isla».

Los relevos del personal militar se realizan la mayoría de las veces en barco (como en estos días) que fondean cerca de la Isla, trasladándose al personal y material en pequeñas embarcaciones hasta el muelle. También se pueden hacer en helicópteros cuando las condiciones meteorológicas no son las adecuadas.

Vida en la Isla

Una vez efectuado el relevo y acomodado el personal entrante, lo principal es su adiestramiento en diferentes situaciones de emergencia con las que se puede encontrar, detallando los cometidos que corresponden a cada uno de los once componentes del destacamento. Las situaciones pueden ser, llegada de inmigrantes, llegada de narcotraficantes, operación suministro de agua y combustible, operaciones con helicópteros y evacuación médica.

Durante los veintiún días de permanencia del destacamento en la Isla, el régimen de vida se asemeja al de cualquier unidad de la Armada. Se inicia con el izado de la Bandera a las ocho de la mañana para continuar con los trabajos de mantenimiento diarios, excepto el puesto de guardia del Centro de Comunicaciones (CECOM) que es permanente. En el curso de las veinticuatro horas y de manera continuada, «hay una persona de guardia que vela por la seguridad de la Isla, sus aguas y está pendiente de las comunicaciones desde el exterior», indica el Jefe Inspector Verdugo Mora.

Consecuencia de las características climatológicas del lugar, los equipos exigen una mayor vigilancia y mayor esfuerzo de mantenimiento a fin de que la vida en la Isla sea la más adecuada y funcional. La salinidad es muy alta y se trata de evitar que ello lo acusen los equipos. «Si no estuvieran perfectamente cuidados, cualquier avería dificultaría la vida en la Isla». Después de la comida y tras un breve descanso (salvo la persona de guardia en el Centro de Comunicaciones que mantendrá siempre cubierta la vigilancia de la Isla, tanto visual como en comunicaciones) se realiza un pequeño ejercicio de simulacro relacionado con las situaciones de emergencia, «para así aumentar el grado de alistamiento y preparación en caso de tener que afrontar una situación real».

A las siete de la tarde se dan por finalizadas las actividades y hasta la hora de la cena, el personal puede dedicar el tiempo libre en distintos entretenimientos (ejercicio físico en el gimnasio, ping-pong, navegar por Internet, escuchar música, ver la televisión, leer «o echar un rato hablando con el marinero cocinero para hacerle más llevadera la preparación de la cena».

Algunas particularidades es el suministro de agua y combustible a la Isla. Lo realiza un buque de la Armada. Debido al poco calado tiene que fondear a una distancia prudente de la misma y por medio de mangueras va rellenando los tanques. «Con mal tiempo la vida en el exterior de la Isla es imposible».

Importancia estratégica

La Isla de Alborán y su entorno constituye un emplazamiento de vital importancia para la seguridad marítima, tráfico de buques e investigaciones científicas. «Es una zona que tiene su riqueza».

Debido a su gran valor estratégico, a mediados de los años sesenta del pasado siglo XX, se registraron varios intentos de supuestos barcos de pesca soviéticos de establecer un asentamiento fijo en Alborán, lo que motivó que el Ministerio de Defensa estableciera en la Isla un destacamento permanente de control y protección.

Alrededor de 83.000 buques mercantes al año transitan por el Mar de Alborán, tráfico que es controlado desde el COVAM (Centro de Operaciones y Vigilancia de Acción Marítima) ubicado en Cartagena.

La pesca básica, por fuera de la zona de Reserva Marina, se reparte en métodos artesanales, arrastre y cerco. Las flotas autorizadas a utilizar estos caladeros pertenecen fundamentalmente a los puertos de Adra, Carboneras, Garrucha, Almería y al granadino de Motril. Las especies que suelen pescar son mero, pargo, falso abadejo, sargo, corvina, gallineta, morena, congrio, langosta común y diversos tipos de gambas.

«La zona del Mar Alborán normalmente está vigilada y visitada por barcos de la Armada española», en este sentido, por hacer breve resumen de sus actuaciones, recientemente fueron interceptados y expulsados de la zona dos barcos presuntamente dedicados a la ilegal extracción de piezas y restos arqueológicos submarinos. Y tan solo hace unos días también fue interceptado por un buque de la Armada de vigilancia en la Reserva Marina, un catamarán de bandera de Gibraltar y tripulación española, llevando a bordo equipos de submarinismo y cámara hiperbárica.

En tiempo pasado la pesca incontrolada, entre ello la extracción de coral rojo por el sistema de «barra italiana», dio lugar a una sobre explotación y esquilmado del caladero.

Valor científico

De otra parte la Isla y su entorno tiene un marcado interés científico. Podemos decir que a nivel internacional, lo mismo con carácter civil que militar, pese a la poca información que trasciende sobre las actividades que se realizan. Zona muy estudiada, desde la búsqueda de hidrocarburos al análisis energético de corrientes marinas.

En el Mar de Alborán se realizan con cierta frecuencia maniobras militares conjuntas con otras marinas de la OTAN, «encaminadas principalmente al control de buques a su paso por el Estrecho». Durante la vigilancia marítima se controlan, junto a Segepesca (Secretaría General de Pesca) y Guardia Civil, los pesqueros y demás embarcaciones que navegan por las inmediaciones de la Isla.

Salvo autorizaciones, están prohibidas las excursiones y visitas, no pudiéndose fondear a menos de una milla ni navegar a menos de media milla.

El clima es de tipo desértico con muy pocas lluvias en invierno, totalmente ausentes en verano y con altísimas concentraciones de sal en la superficie, debidas a los rompientes y fuertes vientos que de manera constante baten la Isla (preferentemente de poniente). Estas características ambientales condicionan la evolución de la flora y la fauna.

De las especies inventariadas de flora alboránica se encuentran unas determinadas, incluidas dentro de la lista de «taxones en máximo riesgo de extinción en Andalucía» y catalogadas como «estrictamente protegidas».

La fauna terrestre tiene muy pocos representantes, siendo los que arrojan mayor biomasa las aves. Existe una colonia de gaviota común así como otras especies migrantes que utilizan la Isla como lugar de descanso o dormidero. En la época de cría nidifican en la superficie, al abrigo de algún matorral, la gaviota patiamarilla y la gaviota de Audouin. Ambas especies protegidas y en riesgo de extinción.

Existen un gran número de visitas normalmente de personal del Real Observatorio de la Armada, del Instituto Hidrográfico de la Armada, relacionadas directamente con los sismógrafos situados en la Isla. También se suelen recibir visitas de barcos de SEGEPESCA, Guardia Civil, Servicio de Aduanas y Salvamento Marítimo.

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