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EMPUJE. Chispi intenta, con coraje, deshacerse de la marca de un defensor gallego. / M. MANZANO
Derroche de honor para ganar una semana de plazo
Balonmano

Derroche de honor para ganar una semana de plazo

Keymare vence a Pilotes y pospone su descenso matemático Unos 100 aficionados disfrutaron de una segunda parte brutal

VÍCTOR J. HDEZ. BRU

Domingo, 19 de abril 2009, 04:33

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En el descanso, casi nadie dudaba que Keymare Almería perdería ayer la categoría de forma matemática. Si no ganaba, se producía ya el descenso real y el equipo estaba dos abajo.

Además, las segundas partes suelen ser las peores para un equipo sin banquillo y que suele llegar sin oxígeno a los finales y, para colmo, el 'Rafael Florido' volvió a batir ayer, por segundo partido consecutivo, su récord de menos presencia de público. Ayer, en la primera parte no hubo muchos más de 50 espectadores y, al final, posiblemente se llegó a los 80.

Sin embargo, esto es deporte y, si algo han demostrado los hombres de Gregorio Borrego este año, así como el propio técnico, es que pasan del marcador, que no miran a la clasificación y que se dejan la piel sobre el parqué en cada partido, en cada jornada.

Ayer, antes de abandonar oficialmente la Liga Asobal, cosa que ocurrirá la próxima semana o dentro de dos, los profesionales de Keymare Almería se dieron un homenaje merecido, derrotando a Pilotes Posada y haciendo una segunda mitad espectacular.

Fe y calidad

El equipo naranja va a perder la categoría porque es el club con menos recursos de la Asobal, pero ayer sus jugadores recordaron que no tienen que envidiar a nadie en casta, en pundonor y en fe, una fe ciega y que ayer 'movió montañas'.

Una fe traducida en un Héctor Tomás enorme e infranqueable en la portería, en un Eloy González inconmensurable en los siete metros, pidiendo a gritos un sitio en un equipo grande; y en un Tioumentsev espectacular en el dribling y el lanzamiento.

Junto a ellos, los Bertos, Chispi Vázquez, Félez y compañía, que rayaron a altísima altura, sin olvidar a Isma Safiani, que marcó el mejor gol del partido, rectificando en el aire un pase a los seis metros para anotar desde el extremo por el palo corto.

No obstante, aunque ellos fueron los destacados, no es del todo justo nombrarlos, puesto que lo que ayer ganó, en Almería, fue un equipo, un equipo que jugó como si de la final de la Copa de Europa se tratara y que luchó hasta el último balón, como los peleó su técnico que se desgañitaba en el banquillo, a pesar de saber, todos ellos, que a lo sumo en un par de semanas estarán descendidos de manera matemática.

De menos a.. mucho más

Y eso que el cuadro almeriense no había comenzado demasiado bien el encuentro, perdiendo por 0-3 de inicio y yendo luego por detrás durante toda la mitad, aunque bien es cierto que, neutralizado ese negativo parcial del arranque, no dejó que su rival volviera a coger ventajas importantes. Al descanso, tan sólo dos abajo (14-16).

Sin embargo, lo realmente brutal fue la segunda mitad, con dos nombres propios por encima de los demás: los del portero Héctor Tomás y el pivote Eloy González Gil, sin duda, desde el inicio de la temporada, los dos mejores jugadores del equipo en general.

El cuadro almeriense empató el choque a 17 cuando se llevaban ocho minutos y, tras tres empates consecutivos, se puso por delante en el 13, con un simbólico gol de Eloy González desde su 'hábitat natural', los seis metros (20-19).

Luego llegaría el recital de Héctor Tomás, que incluso paró un penalti, entre otras muchas intervenciones, y provocó el fallo de otro lanzamiento de siete metros.

El cuadro almeriense llegó a tener tres tantos arriba y, con dos de ventaja, entró en el último minuto.

Un último minuto en el que ambos equipos intercambiaron pérdidas de balón y ataques infértiles, pero al final, el cuadro almeriense supo amarrar y ganar un encuentro que no servirá más que para honrar, merecidamente, a sus profesionales. Que no es poco.

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