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PUERTA PURCHENA

Exotismo histórico

MAGDALENA CANTERO SOSA

Viernes, 16 de enero 2009, 03:20

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EL Salón del Trono comenzó a llenarse con los invitados. Unos tras otros, escenificaron un desfile exento de marcialidad, pero con altas dosis de glamour ascético. Desde el color verde caqui, -tan poco favorecedor en invierno-, hasta el atrevido blanco -apto únicamente para los más osados-, todos estaban dispuestos a dejarse ver, y por supuesto, a no pasar desapercibidos. Aún así, nadie negará que la monotonía y el aburrimiento de los diseños anegaron la sala. Imperdonable entre quienes sólo tenían que molestarse en conjuntar los zapatos con el pantalón, pues el resto ya está creado para no dejar nada a la improvisación, -por eso se llama uniforme-. Sin embargo, no era difícil entrever la mano femenina detrás de algunos señores, que con su consabida tendencia al daltonismo, y esas edades, corrían serio peligro de parecer turistas de Benidorm. Lo más comentado entre los corrillos informales generados entre los caballeros asistentes: la indumentaria del Duque en el momento de su muerte. Se referían claro está, al Duque de Sin tetas... y no al de Ahumada, por aquello del renovarse o morir; y porque además soñar es gratis.

¡Que mira Antonio, que tú no cabes en esa indumentaria! !Que si me machaco en el gimnasio, estos kilos navideños los pierdo en un santiamén! ¡Que a quién vas a engañar si los botones de tu uniforme son un peligro para la vista como salgan disparados!, etc. Otros, habían elegido un tema de mayor enjundia filosófica para el que no hallan respuesta razonable: la calvicie. Y es que era ver a José Bono introducir la punta de los dedos entre los mechones del flequillo, para que a algunos se les saltaran las lágrimas de envidia.

Aunque el protagonismo lo detentaron las joyas y condecoraciones exhibidas sin pudor en el pecho; al igual que las evocaciones primaverales en bandas y fajines, otorgando ciertas dosis de movimiento y frescura entre tanta solemnidad. Acertada la elección de la banda del monarca en color morado, que no pasó desapercibida. Una apuesta segura en la primavera 2009. El fútbol y los fichajes de la temporada fueron otros de los temas relevantes que suscitaron, entre ellos, las frases más enfáticas y acaloradas. Eso, y el temor que confesaban los representantes del PP, de que nuevamente se pusieran de moda las maxi hombreras de los ochenta, con consiguiente partidazo que sacaría a esta tendencia el Presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Los peeling faciales, las dietas sin carbohidratos post navideñas, o los puntos de interés en las rebajas, levantaron tal alboroto en la sala, que las palabras de la Ministra de Defensa, Carmen Chacón pidiendo silencio, sonaron como una rotunda bofetada. Por primera vez, en los tres siglos de celebración de la Pascua Militar desde que Carlos III la instituyó como muestra de reconocimiento a los Ejércitos, una mujer, la titular de Defensa es la responsable de hacer balance. Balance que coincide con los 20 años de misiones internacionales de paz; con el vigésimo aniversario de la incorporación de la mujer a las Fuerzas Armadas; con el compromiso de incrementar los efectivos en el 2009, y la primera vez que a una mujer, la comandante del cuerpo militar de sanidad, recibe la condecoración de San Hermenegildo. ¿Que cómo vestía la Ministra?, ¿Quién en su sano juicio repararía en ello?

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